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[DIASDEROBLE] Uwe Boll, el Ed Wood de la modernidad


El peor director de la historia tiene competencia seria.
 

Vaya uno a saber por qué, recién termino de ver la película Alone in the Dark 2. Porque… claro, si pensaron que la primera parte era una pésima adaptación, no contentos, hicieron una segunda parte digna del olvido, con un presupuesto paupérrimo y un guion salido de un jardín de infantes. Por eso mismo es que me he decidido a escribir sobre Uwe Boll, engendro nacido en Alemania que ha sido el causante y responsable de las peores adaptaciones de videojuegos en la pantalla grande.

El tipo como director es malo, no hay con qué darle. Tiene algunas cintas que son mejores que otras, pero el parámetro con el que se mide es muy pobre. Uno no entiende bien de dónde saca el dinero para financiarse todas las películas, ya que cada una que hace es un fracaso en taquilla y el tipo sale perdiendo siempre. No por nada estuvo varias veces nominado a los premios Razzie como lo peor del cine.

El odio hacia este personaje nace allá en el 2003 cuando, en una naciente moda de películas de zombies, lanza la adaptación del juego House of the Dead. Todos los gamers del mundo estábamos ansiosos de poder ver una adaptación de uno de los mejores videojuegos de las maquinas recreativas hasta el momento, al menos de esos donde debías tomar una pistola y usar tu puntería para dispararle a todo monstruo que se te cruce. House of the Dead fue el punto de partida y una película realmente espantosa, que no respetaba en casi ningún punto a la historia del videojuego. Como si fuese poco, tuvo una secuela, dirigida por un don nadie llamado Michael Hurst.

En 2005 llega Alone in the Dark, y las cosas aparentaban tener otro color. Christian Slater y Stephen Dorff estaban entre los protagonistas y una banda gigante como Nightwish como parte de la banda de sonido. Pero todo resultaba una mentira: la película era una falta de respeto a uno de los juegos de terror más recordados por los que alcanzamos los 30 años de edad, en lo que podría suponer el comienzo de los Survival Horror y gran inspiración para juegos como Resident Evil o Silent Hill.

Más tarde, ese mismo año, como si nada hubiese aprendido, este tipo trae a nuestros ojos, pobres ingenuos, la cinta BloodRayne. ¿Lo único destacable? Su protagonista, una hermosísima Kristanna Loken, quien se veía acompañada en el reparto por nombres de la talla de Michael Madsen, Udo Kier, Billy Zane, Michelle Rodriguez y, nada más y nada menos que, Sir Ben Kingsley. Alguien confiaba en este tipo, al menos él mismo, como mínimo. Por el contrario, el mundo entero de los videojuegos tenía un nuevo enemigo y se llamaba Uwe Boll.

En el 2007, cuando todos pensábamos que al tipo se lo había tragado una horda de orcos furiosos, aparece In the Name of the King: A Dungeon Siege Tale, basado en el Dungeon Siege. Acá la cosa ya se volvió personal, ya que no solo arruinó un juego épico, sino que logró que uno de los nacientes héroes de acción del cine actuara en su película: nada más ni nada menos que Jason Statham. También podíamos ver nuevamente a Kristanna Loken, que al parecer no entendió nada, el gran Ron Perlman y Leelee Sobieski. A esta altura, uno no entendía bien si este hombre le pagaba en exceso a los actores o los tenía amenazados de muerte durante todo el rodaje.

Postal también salió en el 2007, mostrando la simpleza de las producciones de este hombre. Con tintes de comedia política, la cinta se mostraba un poco más cerca de la historia del Postal 2. De todas formas, fue un fracaso mire por donde se mire, aunque algunos han dicho que ciertas partes tenían una comicidad bien lograda. Los gags que intenta mostrar son de cuestiones muy americanas, incluso parodiando a algún que otro presidente y a esos enemigos intocables que a los EE.UU. tanto les gusta tener.

¿Otra película más en el 2007? El contexto seguía hablando por si solo. Esta vez, nos encontrábamos con la secuela BloodRayne II: Deliverance, donde la ausencia de Kristanna Loken (quien parecía haber aprendido la lección) era suplantada por la también hermosa Natassia Malthe. Como si fuese poco, la película estaba ambientada en el Lejano Oeste y uno de los vampiros malos (pero malos, malos) era el mismísimo Billy the Kid. ¿Sigo?

Un año más tarde, caía Far Cry, un gran FPS recordado entre todos los hardcore gamers, que ya va por su cuarta entrega. Uwe Boll decidió tomar riendas sueltas sobre este juego y hacer una adaptación digna del cine de acción de los 80s… pero del malo, de ese cine clase Z que era difícil de digerir. Aun así, hay quienes dicen que esta es una de las mejores cintas de Boll si hablamos de adaptaciones de videojuegos.

No… para el tipo nada es poco, ni nada es mucho. Por eso en el 2010 nos trae Bloodrayne: The Third Reich. Si les pareció que poner a Billy the Kid de la forma que lo puso en la entrega anterior era extremo… bueno, no van a querer ver lo que hizo mezclando nazis con vampiros y linajes de sangre. Pésima por donde se la mire, la película se hace insostenible aun teniendo a la bella Natassia Malthe como protagonista.

¿Para qué buscar juegos nuevos, si se puede seguir robando con secuelas? Con ese criterio llega, en el 2012, In the Name of the King 2: Two Worlds. Pero claro… Jason Statham no iba a cometer el mismo error dos veces, por lo que el protagonista es el resurgido y venido a menos Dolph Lundgren, acompañado por la bella (y al parecer, musa inspiradora de Boll) Natassia Malthe.

Este engendro del cine, que debería irremediablemente dejar de hacer adaptaciones de videojuegos, tiene otras películas con mejor aceptación (y con mejores resultados) siendo todas ellas productos originales que nada tienen que ver con el mundo de los videojuegos. Quizás en otra entrega hable de ellas… pero no creo que este tipo valga la pena. [i]

 

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