[REVIEW] Mario Tennis Aces

Game, set y match para el Tano

¿Cómo sacarle a un juego deportivo toda la seriedad, llevar sus controles a la mayor sencillez posible pero, aún así, dotarlo de una gran profundidad sin perder de foco la diversión? Mario Tennis Aces es un claro exponente de que todo eso se puede lograr de un saque (cuac).

Arrancamos con un primer servicio fuerte que deviene en indudable ace: los controles. Con cuatro botones controlamos el golpe de raqueta, el cual puede ser liftado, cortado, plano, dejado y globo. Además de esto, podemos ejecutar una pirueta sobrehumana que nos traslada rápidamente a otro lugar de la cancha. Luego quedan los botones L y R para realizar el tiro especial (distinto para cada personaje), tiros apuntados y una ralentización del tiempo que nos ayuda a la hora de contraatacar las pelotas endiabladas. Seis botones y una propuesta sencilla son suficientes para brindar miles de posibilidades jugables. ¡Bien, Tano, muy bien!

Y ya que mencionamos la jugabilidad, vamos a proponer que imaginen un partido de tenis (no, si se iban a imaginar un partido de curling) corriente y con reglas normales, que es la base del juego. Ahora bien, a esto se suma la posibilidad de efectuar tiros cargados y potenciados, si los realizamos parados sobre un indicador con forma de estrella que aparece en la cancha.

De la misma forma, sobre el indicador también podemos efectuar tiros apuntados, movimiento especial donde el tiempo se ralentiza y vamos a una vista de primera persona con una mira. De esta manera, decidimos a dónde vamos a tirar un pelotazo con la fuerza para volarnos la peluca, cejas incluidas.

Por último, y con la posibilidad de ejecutarlo desde cualquier lugar de la cancha, tenemos (previa animación que difiere según el personaje controlado) nuestro tiro especial, con una fuerza y mecánica similar al del tiro apuntado. Estos dos últimos tipos de golpes especiales deben ser bloqueados por el rival en una ventana de tiempo muy acotada. Si le pifia a esta ventana, dañará su raqueta de manera progresiva hasta romperla. Si se queda sin raquetas, descalificación y ciao bambini.

A no desesperar, porque para ayudarnos tanto en estas tareas “especiales” de bloqueo como en las mundanas, tenemos la ralentización del tiempo. Pero atención, porque tanto los tiros apuntados, los especiales y la ralentización consumen nuestra barra de energía. Si bien se va reponiendo cada vez que metemos un raquetazo mundano pero fuerte, entra en juego su estratégica administración. Ser ofensivo con una pasión descerebrada nos puede dejar vulnerables ante el rival, ya que debemos considerar que los golpes pueden consumir la barra entera (especial) o una porción de inmediato (apuntados). La ralentización, técnica en especial defensiva, consume energía a medida que la usamos y podemos encontrarnos sin nafta justo cuando necesitamos devolver un meteorito. Esta mecánica de técnicas especiales es sobresaliente y se vuelve un juego de estrategias independiente dentro de la estrategia específica del tenis.

A ponerse en campaña

La campaña para un jugador tiene un sabor agridulce. Es importante aclarar que, pese a los defectos que vamos a mencionar, la campaña es buena. Sólo que por momentos decimos “¿cómo puede ser que le hayan pifiado en este detalle?”.

Por un lado está muy bien en cuanto a duración y diversidad. Tenemos partidos de tenis en canchas con obstáculos diversos, desafíos, enfrentamientos y peleas de jefe, siempre adaptados para ser funcionales a la jugabilidad tenística. Por ejemplo, podemos jugar un partido contra un rival en una cancha donde se mueven flotando dos espejos mágicos con “efecto Portal”.

Pero en medio de tanta alegría, nos deja atónitos la pobre sensación de progresión. Cuando conseguimos una nueva raqueta, no importa lo espectacular que resulte su estética -si es de fuego, hielo o espejos- no tiene nada de especial, excepto ser más poderosa que las anteriores en todas sus estadísticas. Lo cómico es que nos deja elegir el orden en que la iremos usando, por si se rompen. Es decir, ¿por qué querríamos usar una raqueta más débil sin ninguna característica extra?. No podemos dejar de imaginar este diálogo: “¡Mirá, Roberto! ¡Tengo una raqueta de fuego!” “¡uh! ¿Y qué hace, Carlos?” “Nada, Roberto, es igual que la que compraste vos en la casa de deportes… ¡pero tiene fueguito!”

También, a medida que Mario gana o pierda partidos, suma experiencia que se deviene en un aumento de sus atributos en cada leveleo. Ahora, la curva de dificultad es tan sinuosa, que este avance se vuelve confuso, afectando también la sensación de progresión. Nos ha pasado de perder más de media hora tratando de ganarle a un minion menor y luego derrotar al jefe de la zona al primer intento. Es más, los dos últimos enfrentamientos antes del jefe final tienen una facilidad escandalosa. Por otra parte, en uno de ellos nos dejan jugar un doble, el único de la campaña, que le agrega más vértigo y variedad. Lo que nos lleva a preguntamos, con cara de quién observa a otro ponerse los zapatos antes que el pantalón: ¿por qué no agregaron más partidos dobles antes del final?

En tren de criticones, otro punto flojo es que la campaña tiene de poca a cero rejugabilidad. Además, si encuentran algún incentivo para completar todos los desafíos, por favor nos avisan. La única recompensa tangible, más allá de la experiencia, son las raquetas. Ya hemos mencionado lo básico de este sistema, pero además de ello no todos los desafíos nos recompensan con una. Al final, si resulta que los completamos todos, es porque son divertidos, inspirados y porque aceptamos el reto, pero no hay nada que nos motive fuera de eso.

Mario Tennis Aces Party

De todos los modos restantes, se destaca el de juego local contra otros jugadores, hasta cuatro en dobles. Ya sea en dos consolas o a pantalla dividida en la tele, aquí se pueden elegir una serie de seteos que en algunos casos pecan de ser poco puntillosos, como en la elección de cancha. Si bien es un juegazo para una juntada, volvemos a preguntarnos “¿cómo puede ser que le hayan pifiado en esto?”: no tenemos opción para organizar torneos entre los parroquianos.

Otra opción a la hora de los enfrentamientos es el “modo libre”, que nos propone efectuar los golpes de raqueta con los sensores de movimiento del joy con. Si bien es muy divertido, este modo pierde demasiado de la precisión y comodidad del control normal. Queda relegado para cuando queremos jugar con niños pequeños, “casuals” o tener una excelente coartada para removerle una pieza dental a quien nos caiga grueso.

El modo online permite partidas sin mayor compromiso que cagarse a raquetazos o directamente iniciarnos en un torneo. De las partidas que jugamos en línea, en casi todas ellas tuvimos al lag tanto como enemigo o aliado, en contadas ocasiones y por un tiempo brevísimo, pero es tenis y basta un segundo para perder la pelota.

Game, set, match para el Tano

Mario Tennis Aces es un muy buen juego, si bien tiene algunas carencias que nos dan algo de bronca. Aún así, es un juego de tenis que se aleja de la simulación pero resulta de lo más divertido para jugar con amigos, sin perder de vista ser accesible para todos. [i]

DESARROLLADO POR: Camelot Software Planning
DISTRIBUIDO POR: Nintendo
GÉNERO: Deportes, Simulación
DISPONIBLE EN: Nintendo Switch

CALIFICACIÓN

78%

QUÉ ONDA: Un juego de tenis alejado de la simulación pero cargado de mucha diversión y barroca irreverencia.
LO BUENO: Conseguir semejante profundidad jugable con tanta sencillez de control. Campaña con desafíos y ambientes diversos e inspirados. Jugar con amigos en modo local es un placer y una verdadera fiesta. Colorido, divertido, gráficos y sonido cuidados.
LO MALO: Cuestionable sensación de progresión y despareja curva de dificultad en la campaña. No tiene modo torneo para competencias en modo local. El online tiene un lag que está entrenando para Roland Garros. La campaña no tiene incentivos para rejugarla ni para terminar todos los desafíos.