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La saga de Carnaval: Segunda Parte

 



“Comadres: Dicese de la fiesta que supuestamente es solo para mujeres, pero debido a que es la “previa del carnaval” prácticamente TODO el mundo toma. Y las minas se loquean, porque se LOQUEAN y van de un lado a otro y son hasta capaces de violarte si estás en su wish list o algo así. Y la plaza se llena EN SERIO, porque (y acá me voy a poner quejoso) 5, CINCO años CONSECUTIVOS que en compadres llueve y en comadres hay un sol que está para sacar a freir huevos en la plaza principal. Y te encontrás a todo el mundo y las puteadas se hacen más y más grandes y las minas dirán cosas como “caracha” (EL adjetivo chapaco para putear a la “perra”, “golfa”, “bitch” “etc” en cuestión que hoy le cruzo una mirada de más al SU hombre). Los hombres pensarán o porque mierda no están solteros en carnaval o en porque Dios nos complica tanto la vida con tantas mujeres hermosas en un solo lugar y en ese estado. Es casi casi, una especie de catarsis colectiva, todavía no empezó el carnaval, así que no hay porque preocuparse, solo don´t worry be happy, todavía no empezaron los problemas de pareja quizás y hay unas buenas catarreadas que sabés que un Lunes esquivarías como a lepra ponele

 

Sol, mucho sol. Demasiado sol. Sin nadie a quien encontrarme, salí de mi casa temprano, porque tenía que tocar esa misma noche. Finalmente sacarme el gusto, la espinilla de tocar con mi hermano en una banda en vivo. Apenas media hora de ensayo, pero eso es el rock también en parte. Hacer lo que uno quiere, cuando quiere y porque quiere y lo que sale de ese entremés de pelotudeces, de acordes distorsionados o no, de solos interminables, como monólogos inexpresables en palabras, eso es rock. La plaza estaba llena. Mujeres con sus amigas, hombres buscando a mujeres y sus amigas. Ningún vestigio  de la lluvia que había destrozado en parte los planes de compadres. Sólo diversión, capris, Ready Mix, Lizto, cerveza, algún dejo de THC en el aire, muchos puchos y hormonas que te intoxicaban ni bien estabas cerca. Me acoplé a un grupo. Tranquilo. Era temprano, recién las 3 y teníamos que estar para tocar a las 9. Tiempo había y finalmente tras muchas vueltas había conseguido joda también. Era un fernet, muchos tipos que no conocía y la típica amiga en pedo que te quiere hablar en esos momentos y en ese estado en el que todos somos amigos de todos. Pucho tras pucho, trago tras trago el clima iba subiendo de a poco, como avisando lo que se venía para cada uno de nosotros que se entregarían a las delicias de un carnaval que duraba tanto como uno quisiera. Y faltó hielo. Tuvo que faltar hielo. Vamos a comprar hielo? Quien va?. Vaquita para el hielo. Y fui a comprar el hielo. Y estaba ahí. Y estaba con mi amigo, que dijo algo así como: “Bueh, XXX, oficialmente te presento a LocoSombrero”.

Y de ahí no hubo quien lo pueda parar. ¿Tenés idea lo que es escuchar prácticamente media hora de catarreada sólo de cosas buenas de vos? Vergonzoso cuando menos. Incómodo sin dudarlo. 

Amigos que te quieren ayudar a levantarte una mina y te tiran más para abajo que otra cosa.

Pasamos horas caminando de una fiesta a otra, a veces de la mano, otras no, charlando. Solo charlando.  Y yo la pase feliz conociendo a alguien que es como un hUAU asi con “h” porque tiene algo que no se puede explicar y es mudo. Rara. Dificil. Complicada. Increible.

(Toqué, la pasé bien, en el intervalo fumé un poco para calmarme. Fui feliz dos segundos. )

 

Quien tiene fuerzas para salir ese Viernes me pregunto. Es imposible, todos están destruidos, todos están esperando que básicamente los pasen a buscar. O durmiendo, porque al otro día es la fiesta de disfraces. Yo mandé un par de mensajes, que fueron contestados de tal manera que preferí respetar el chaqui ajeno(esa sensación que todos aborrecen, pero que yo al desconocerla encuentro cuando menos, intrigante)

Continuará…

 

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