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Assassin’s Creed III

Assassin's Creed III

Ubi planea volver a revolucionar las animaciones generadas on the fly.

El lunes esperábamos ver Assassin’s Creed III en acción. Habíamos visto imágenes y hasta varios trailers que incluían secciones de gameplay, pero no imaginábamos tanta libertad y fluidez en esta nueva iteración.

La cámara sigue a unos venados a medida que corren veloz y agraciadamente por un campo cubierto de nieve, esquivando árboles y saltando troncos e inadvertidamente pasa a nuestro nuevo protagonista, Connor, que avanza con la misma velocidad que los animales. Salta troncos y piedras cubiertas de nieve, sube una colina y se lanza hacia un gran árbol, pero eso no lo detiene, pasa de rama en rama, columpiándose de ellas y hasta corriendo sobre ellas.

Connor mata a unos ciervos para conseguir la carne que le pidió el cocinero del ejército rebelde, pero aunque regresó sano y salvo, en medio del camino se topó con unos lobos que tuvo que matar a sangre fría. Está claro que más allá de todas las diferencias de esta tercera parte, sobre todos los cambios, Assassin’s Creed III ofrece un ecosistema diferente. Ya no son solo grandes ciudades, sino también el campo y bosques, a lo largo de varias estaciones del año, que cambiarán radicalmente la manera que jugamos.

Al volver al asentamiento, Connor habla con uno de los soldados estadounidenses, quien le informa que uno de los templarios está escondido en un fuerte inglés, lo que nos da detalles de la historia. Nuestro personaje se encuentra en una posición interesante, porque al ser un nativo estadounidense no está muy interesado en la causa rebelde, pero su deber como parte de la secta de Asesinos lo obliga a introducirse en el conflicto. Sería aún más interesantes, si hubiera templarios del lado estadounidense también, presentando a Connor como un arma letal que tiene peso en ambos lados, en vez de ser un paladín de los norteamericanos.

Acto seguido vemos a Connor sobre un caballo, avanzando con velocidad entre la nieve y los árboles hasta que ve soldados enemigos… en ese momento, elige un enfoque más silencioso. El combate parece una evolución de lo que ya vimos, con brutales ataques y aún mejores contraataques, pero con detalles que vale la pena mencionar, como usar enemigos como escudos para evitar los disparos enemigos. Las animaciones son aún más fluidas que antes, permitiendo que un ataque se transforme en un contraataque, gracias a la flexibilidad que le ofrece el hacha tomahawk. En el pasado, al tener espadas, el personaje se veía obligados a cambiar totalmente la orientación de su cuerpo para defenderse o contraatacar, Connor puede hacerlo sin mirar. De esta manera, el combate es un placer a la vista, no queremos pensar lo que debe ser jugarlo…

Connor cubre un golpe justo después de despachar un <i>redcoat</i>
Connor cubre un golpe de espaldas justo después de despachar un redcoat

Lo que sigue es clásico Assassin’s Creed, infiltrar una base desde las alturas, encontrar al templario y aniquilarlo. Connor Kenway no se limita a trepar paredes, lo que hará infiltrarse mucho más fácil, trepando rocas y montañas. Y esto se aplica también a los varios tipos de terreno, ya sean subidas o bajadas, Connor se mueve fluidamente a través de todas las superficies, asegurandonos que podamos llegar a nuestro objetivo y no frustrarnos con pasajes bloqueados.

Debemos admitir que nos quedamos con ganas de ver un poco de acción por el lado de Desmond. Recordamos que Ubisoft siempre dijo que esta se suponía que sea una trilogía y estaríamos decepcionados si la saga terminara sin ver a Desmond convertirse en un verdadero asesino. De todos modos, no nos extrañaría que haya más juegos después de este, donde tal vez puedan darnos ese gustito. Por el momento, dormimos tranquilos sabiendo que vamos a jugar esta joyita este año, en octubre. [i]

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