Sin categoría

El Violento Pecado de los Ochenta

Para más posts igual de malos que este, vayan a mi blog: Letras que dicen Cosas. /PublicidadDescarada


En este preciso momento me estoy comiendo alto buzón. El reloj marca la 1:56AM y quisiera estar fichineando un juego en particular, pero no puedo. Quisiera estar jugando Hotline Miami, una joyita independiente de dos pibes bastante limados, pero no puedo porque no es el producto más pulido y tiene alto bug que te deja colgado en medio de un nivel si tenés Windows 8. Y yo soy un boludo, así que tengo Windows 8. Meh.

 

Más allá de su apariencia simplona en imágenes, Hotline Miami es un juego brillante. Y como cualquier juego brillante, no hace una cosa bien, sino que hace todo bien y merece una disección detallada de cada aspecto. Para empezar, el arte y música son fantásticos. No es tanto como una representación verídica de los ochenta, sino como nosotros hoy vemos esa extraña época, con sus beats sintetizados precoces, luces de neón y todo eso que se te puede venir a la mente si pensás en los ochenta.

Tal vez no sea super llamativo para vos, pero yo tengo una especie de fetiche con esa época y ese estilo. No por nada me encantó la película de Nicolas Winding Refn, Drive. Más allá de que es una excelente película, tiene ese estilo y, Hotline Miami, tiene más coincidencias con ese filme del que parecería en un principio.

Afortunadamente, una de las cosas que mejor trata Hotline Miami, es su historia. Críptico es poco. Como un asesino a sueldo —o eso pareceríamos— nos dan misteriosos contratos por teléfono, que llevamos a cabo de la manera que queramos, aunque generalmente es con suma violencia. Pero al mismo tiempo que ocurre esto, también nos topamos con sueños donde tres individuos no sólo cuestionan nuestras acciones, sino también nuestra misma naturaleza e identidad. De momento estoy por la mitad del juego y no tengo idea de a dónde quieren ir con esto, pero tiene toda la pinta de que tiene un punto al cual llegar.

Para quien no haya tenido la posibilidad de jugarlo, se trata de un topdown shooter, pero cualquier regla que creas que debe seguir un fichín de ese estilo, Hotline Miami se la pasa por el traste básicamente. Las reglas siguen la de la realidad misma. Si le das un palazo en la cabeza a alguien, muere instantáneamente. Si le pegas una piña, lo sacas de la pelea y podés ejecutarlo de las maneras más brutales que se te puedan ocurrir y si te hacés con algún tipo de arma de fuego, mejor ni hablar.

Y las mismas reglas se aplican para vos, de un solo golpe hay que arrancar de nuevo, pero en verdad no es un problema. Porque de la misma manera que Super Meat Boy, al instante estás jugando de nuevo, lo que te permite ejercer el típico prueba/error sin ningún tipo de frustración y aprendiendo el nivel de forma sistemática, viendo qué funciona y qué no. Y llega un momento en que hacés todo el nivel prácticamente sin pensar, pero ahí está el detalle. Pensar es clave, porque aunque lo aparente, no es un juego de acción, sino que cada nivel es un puzzle con ciertas reglas dependiendo de los tipos de enemigos y su ubicación.

Digo todo esto y es un fichín que todavía no terminé, lo cual me está carcomiendo el cerebro. Por lo poco que leí, sé que el juego tiene un mensaje escondido y, aunque aparente ser violento por el simple hecho de ser violento, tiene un subtexto que habla más de nosotros como gamers que la violencia en sí, lo que hace que tenga aún más ganas de jugarlo. Pero no puedo claro, por ese fatídico bug que todavía no arreglaron. GET ON IT! -=[Z]=-

Escribe un comentario