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[REVIEW] Monaco

Monaco

Tres medios de prensa unen sus fuerzas con un solo propósito: ¡hacer bullicio!

Si hay algo que los superhéroes nos han demostrado es que la unión hace la fuerza, o por lo menos, millones de dólares en la taquilla. Por eso cuando Macko y quien escribe decidimos empezar nuestro propio emprendimiento fraudulento en la fauces de la red criminal, acudimos a dos de los micos más nefastos que pudimos encontrar: Chopper de fama GamEvo y Lale, productor de Press Stars.

Monaco tiene un concepto muy simple: cuatro criminales (o menos), cada uno con una habilidad específica, que tienen como objetivo robar un elemento o rescatar a una persona y juntar la mayor cantidad de monedas en el proceso. Pero lo peculiar es que, más allá de que cada uno tenga su especialidad, casi ninguna es exclusiva. Por lo general, todos pueden hacer todo, pero uno lo hace mucho mejor o mucho más rápido. Por ejemplo, todos pueden robar monedas, pero el Pickpocket posee un simpático mico que lo hace por él, por ende puede robar sin ser detectado y mucho más rápido.

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Esto prácticamente te obliga a idear un buen plan y mantenerlo a raja tabla, o también podés corretear por todo el lugar como demente y hacer como se te viene la gana, alertando a todos los guardias en el proceso. Por supuesto, nosotros hicimos la segunda, por mal que le pese al cable a tierra de la operación, Lale, el resto no hacíamos otra cosa que correr en círculos agitando los brazos como pavos buscando picotear nubes.

Comenzamos como un trío —Monaco no agrega compañeros IA, es decir que si estás jugando solo, sos un llanero solitario en todas las misiones— ya que Chopper estaba retrasado. Así fue como tres guapos jóvenes se embarcaron en el viaje que cambiaría sus vidas para siempre… en realidad no, pero sonaba bastante épico.

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Lale, encabezaba cada uno de nuestros avances en el rol del Cleaner, maestro del cloroformo y la inconsciencia, capaz de sacarse de encima a cualquier muñeco que agarre por la retaguardia… mejor dejemoslo ahí.

Macko, fiel a su personalidad destructiva, ocupó el lugar del Mole, cuya habilidad es la de hacer agujeros en la pared. Esto significaba que al comienzo de cada nivel lo perdíamos de vista por entre el polvillo de los ladrillos y no volvíamos a ver su calva cabeza hasta que el objetivo estuviera cumplido. En ese momento, reaparecería por una pared y nos ofrecía una elegante ruta de escape por entre las tuberías.

Y finalmente, este humilde servidor, como el Gentleman, claramente un hombre gentil, cuya habilidad es la de pasar completamente desapercidibido siempre y cuando se pueda esconder. Así, cada vez que me escondía podía disfrazarme y caminar apaciblemente por entre los guardias, transformando: “Yo siempre estoy acá.”, en mi frase de cabecera para despistar a los lelos que me miraban con cara rara.

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Monaco no es un juego fácil, requiere de la colaboración de cada uno de los integrantes del equipo, porque solo basta uno que no esté en sincronía para despeluchar todo el plan, ser descubiertos y tener a ocho sabuesos buscandote por todo el lugar. Pero bien jugado, Monaco es divertido hasta cuando te están persiguiendo, es una conjunción de cada uno de sus elementos, el aspecto visual, la música y hasta el movimiento de los personajes que lo hace muy fácil de disfrutar, aún cuando el plan está saliendo desastrozamente mal.

El diseño de los niveles aumenta la apuesta con un alto grado de complejidad, con cada vez más cantidad de pisos que te obligan a mantener una alta disciplina durante los 20 o 30 minutos que puede durar una operación. Y no solo es la complejidad de la estructura lo que cambia a medida que se avanza, sino también los desafíos dentro de ellos. Eventualmente, rayos laser que solo pueden ser desactivados mediante computadoras y puertas que activan alarmas al ser abiertas se vuelven moneda corriente. En estos casos, el Hacker se vuelve una herramienta esencial.

Eventualmente Chopper se unió a la partida como el Pickpocket y el equipo estaba completo. El resultado: un desastre. Correteabamos por el lugar como pollos desnucados: Macko andaba sin dejar pared por agujerear, yo escapa de los guardias totalmente descubierto al grito de: “¡No! ¡Yo siempre estoy acá imbéciles!” y Chopper andaba haciendo cosas raras con su monito entre la oscuridad.

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El aspecto estético merece un párrafo aparte… este. En un principio no es fácil entender lo que está pasando. Y esto no es porque ni las personas tienen forma de personas, sino porque solo podés ver lo que estás mirando. Suena a una estupidez, pero es así, tenés un campo de visión limitado y al mirar en una dirección, el resto se oscurece con la textura de un plano monocromático y, a menos que escuches sus pasos —que aparecen como piecitos en el plano—, es imposible saber dónde están los guardias. A menos que seas The Lookout, cuya habilidad es precisamente esa.

Esto no solo funciona mecánicamente, sino que ofrece un increíble espectáculo visual gracias al contraste entre los coloridos personajes y los lugares ocultos que no fueron descubiertos. A esto se le suma la música, una especie de jazz sin ningún tipo de estructura que va cambiando considerablemente dependiendo del estado de la misión.

Frustrado por la incomptencia de sus camaradas, Lale decidió tomar asuntos en sus propias manos y cual Agente 47, empezó a bajar muñecos hasta llegar al objetivo. Mientras tanto, en otra habitación, Chopper y quien les escribe nos encontramos en un punto sin salida, mientras Macko pedía por el auricular si podíamos revivirlo. Los guardias se quedaron perplejos por la belleza de nuestras facciones, hasta que Chopper, hecho un manojo de nervios, espetó: “…yo siempre ando por acá…” “Es ‘yo siempre estoy acá’”, defendí orgullosamente, “¡y Chopper nunca está acá! … ¡A él muchachos!”, y me escabullí sabiamente entre los matorrales.

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Quien tenga una buena memoria tal vez recordará un fichín para SEGA Genesis llamado, Bonanza Bros, en más de una ocasión, Monaco nos recordó a este fichín, solo que visto desde arriba y con otras reglas. Y como aquel, es extremadamente divertido tanto cuando las cosas están saliendo acorde al plan como cuando el caos se apodera de la pantalla, y eso es algo que no todos los fichines cooperativos logran. Muchos son divertidos solo cuando se juega bien y otros solo cuando todo se desmadra. Monaco alcanza ese equilibrio perfecto.

A causa de esto, Monaco no funciona tan bien en soledad o hasta con un jugador más. Pero si llegas a encontrar dos o tres amigos con los que jugar, entonces la ecuación cambia por completo y se transforma en algo bastante especial, que no se ve todos los días. Desde cómo se ve y cómo suena, hasta cómo se complementan cada uno de los personajes, es una experiencia cooperativa que nadie debería perderse. [i]


 

PUBLICA: Pocketwatch Games
DESARROLLO: Pocketwatch Games
GÉNERO: Stealth
PLATAFORMAS: PC (Review), Mac, XBLA

CALIFICACIÓN

86%

Qué onda:  Un juego perfecto para hacer desmanes o jugar en serio entre amigos.
Lo bueno: El estilo estético, la música, las clases y las posibilidades que ofrecen. Es divertido lo juegues bien o mal.
Lo malo: Producto de su estética a veces es difícil entender qué está pasando. De a uno o de a dos no es tan divertido.

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