Para ser mago no basta con una varita y una galera. Un mouse y un cerebro vienen bien también.
Muchos, cuando fueran grandes, querían ser bomberos, policías, astronautas… Otros, queríamos jugar fichines sin parar y contarles a los demás lo bien que la pasamos con ellos. Jerry quiere ser mago. Todas las noches sueña con ello. Y hoy (como suele pasar con los sueños), esta noche, su sueño se hará realidad. Suerte que existen los que querían ser grandes creadores de aventuras gráficas, para que nosotros podamos disfrutar de este genial fichín.
A Jeremiah Hazelnut (Jerry, para los amigotes) le quedan dos días de vacaciones. Después, a volver al ourror del colegio (igual hay que ir, eh, jóvenes micos, a no hacerse los vivos). Sin embargo, dos días pueden ser suficientes para vivir la mayor aventura en la vida y, tal vez, volver a tiempo para la cena.
The Night of the Rabbit hace gala de su naturaleza de cuento de hadas desde el principio. Ya en la presentación, vemos cómo un conejo blanco antropomórfico (sí, sí, amantes del furry, hay MUCHOS más animalillos antropomórficos, alegráos) espía a Jerry por la ventana de su habitación cuando se va a dormir. “Este mico promete”, debe haber pensado el conejo. Así es que, al día siguiente, Jerry recibe una carta mágica que, tras resolver algunos asuntos (ejem, puzzles), lo lleva a convocar al susodicho conejo (el Marquis de Hoto), quien le ofrece ser su aprendiz de mago y, eventualmente, vivir una inesperadamente compleja aventura en mundos mágicos.
Si la presencia de un conejo blanco que nos lleva a mundos mágicos les suena de algo… no es casual. Este juego tiene una onda muy de Alicia y de las historias del escritor Neil Gaiman. A veces tanto, que las referencias y la inspiración, empiezan a rozar la línea del plagio. Sin embargo, si les suelen gustar ese tipo de historias, van a estar más que felices.
El fichín es una aventura gráfica point and click hecha y derecha, con las características que ya son moneda corriente en este tipo de juegos, en pos de brindar experiencias más amenas. Hacemos todo con un click. Simple. Si algún objeto es agarrable, o si se puede hacer algo con él, Jerry lo va a hacer. ¿Pixel Hunt? Olvídense. Jerry tiene una moneda agujereada que le muestra “cosas mágicas” (o sea, los puntos interactivos del escenario). Si se olvidaron qué tenían que hacer, un hechizo especial nos comunica con el Marquis de Hoto para recordarnos nuestro objetivo a largo plazo, y Jerry lleva un diario con notas que nos recuerdan las últimas cosas que logramos y nos echan una luz acerca de los objetivos a corto plazo (sin embargo, muchas veces se sienten poco precisos). Si estás muy lejos de algún lugar, Platón, la rana del correo, se encarga del viaje rápido con su bicicleta. Todo eso está perfectamente encajado en el universo del juego; son mecánicas que hacen que no perdamos tiempo trabados con cosas triviales y, en cambio, que lo pasemos resolviendo asuntos trascendentes para la experiencia y la historia, dándole al fichín una dificultad y duración genuinas. Sus aproximadamente 15 horas de juego, son POSTA, nada de estirar la duración con tácticas ficticias y cuestionables.
Para agregar dificultad y variedad a los puzzles, vamos a ir aprendiendo distintos hechizos, y tenemos un libro que nos permite alternar entre el día y la noche, herramientas que vamos a tener que usar regularmente, aparte de los obvios objetos que vayamos levantando y guardando en el inventario.
Algo que destaca en esta aventura es el énfasis en los extras coleccionables. Tenemos algunos que van a requerir que recorramos los paisajes minuciosamente, como las gotas de rocío mágico (que si juntamos todas, nos pueden revelar algunos datos interesantes de la historia), o los stickers. Hay cartas que, además de servirnos para jugar un minijuego con los pobladores de Mousewood, nos van ir tirando crípticos datos para que vayamos armando el trasfondo de la historia en nuestra cabeza. Y un audiolibro de 160 minutos (jugoso), dividido en 8 capítulos con distintas historias inspiradas en Mousewood y sus habitantes. Si les gustan ese tipo de cosas, van a tener para entretenerse un buen rato. Sino, pueden obviarlos totalmente, sin que eso frene el avance en la aventura.
Visualmente, el fichín es un deleite. Las screens hablan por sí solas. Los paisajes naturales de Mousewood desbordan de vida con esos fondos pintados a mano, algo a lo que ya nos tienen bien acostumbrados (o “mal acostumbrados”, en realidad) los chicos de Daedalic. Las animaciones acompañan bien, aunque no son ninguna maravilla.
¿Quieren una verdadera experiencia de aventura europea? El fichín les permite elegir voces tanto en inglés como en alemán y, a pesar de que ambos doblajes están muy bien, les recomiendo probarlo en alemán (su idioma original) ya que le da un gustito… especial. Imagínense si a un plato autóctono germano, en vez de mandarle una verdadera salchica alemana como el bratwurst, le mandaran un… típico “zochori argento”. No dá. Y por los textos, no se preocupen: pueden ponerlos en varios idiomas (inglés y español incluidos, por supuesto). Poder elegir libremente el idioma de las voces y los textos es un buen detalle que todos los juegos deberían tener.
La música no es algo súper destacable, sin embargo, es lo esperable de una aventura de este estilo y le sienta a la perfección. Toda la OST es acústica, algunos temas más tirando a ambientales, otros más melódicos… pero en general cumple con sentar el tono para cada área. Los violines y las flautas lideran las melodías, y suelen acompañar guitarras acústicas, campanitas y percusiones que dan una onda muy natural y zen. Realmente es muy amena para escuchar afuera del juego (la tienen si adquieren la edición premium que además trae un comic y el audiolibro en mp3). Yo, por ejemplo, la escucho mientras escribo este notor.
Lo más picoroso de esta aventura, a pesar de todas las bondades que ya comentamos, es cómo, de a poquito, se va volviendo más y más intrincada. Más perturbadora. Más surreal. Ir armando la historia y las teorías en nuestra cabeza es, sin duda, el mejor puzzle del juego. Más de una vez, algunas revelaciones nos van a dejar con la mandíbula por el piso. El fichín llega a tocar temas que uno no esperaría en un juego con esta pinta, como la urbanización y el daño al medio ambiente, o la adicción a las drogas. Las últimas horas del fichín, en especial, son todo un deleite en narrativa, diseño de puzzles y sorpresas.
The Night of the Rabbit no es una aventura súper memorable, pero logra llamar la atención con su aspecto y su fantástica historia, ofrece un nivel de desafío equilibrado y justo, tiene unas cuantas horas de contenido, y les puede revolver un poco el corazón. Si son abitués de las aventuras gráficas, denle una probadita. [i]
CALIFICACIÓN
80%
QUÉ ONDA: Una aventura point and click clásica, con muchas horas de contenido y una historia fantástica con varias sorpresas inesperadas.
LO BUENO: El ritmo con el que se desenvuelve la historia. Los fondos. Puzzles bien diseñados. ¡El puzzle final!
LO MALO: Sistema de hints no muy claro ni útil.