Mirá mami, soy un pan que vuela
LOS VIDEOJUEGOS NO TIENEN LÍMITES y el ser humano tiene la increíble capacidad de identificarse con todo. Incluso con objetos inanimados, como una rebanada de pan. De los creadores de Surgeon Simulator, y de la familia de los simuladores bizarros, llega la versión completa de I Am Bread, una historia de locura, carbohidratos y confusión.
Nuestra hazaña es ser una rebanada de pan con fuerza sobrenatural, a la cual debemos ayudar a convertirse en una tostada de la manera que sea. Podemos trepar, girar, arrastrarnos o realizar saltos mortales. Pero, al igual que la regla de los 5 segundos (esa que dice que podés comer algo que se haya caído al piso antes de los 5 segundos, lo cual es totalmente FALSO), debemos evitar tocar el piso antes que nuestra barra de “Comestibilidad” se termine. Varias cosas nos restan comestibilidad, como huesos de pescado, vidrios, hormigas, agua y otras cosas que no queremos en nuestro desayuno.
Al parecer estamos en la casa de una persona con serios problemas mentales. Lo sabemos porque antes de cada nivel, en Modo Historia, nos muestran una carta psiquiátrica describiendo síntomas de paranoia, alucinaciones y amnesia. Algo bastante tirado de los pelos y un poco turbio, teniendo en cuenta que aparenta ser un juego feliz y despreocupado. La música es alegre, pegadiza y molesta después de un buen rato de frustración. Casi como si se nos burlara en la cara de nuestro sufrimiento. La realidad es que I Am Bread es difícil a propósito, en un aspecto en el que puede no gustarle a todos: los controles.
I Am Bread nos advierte desde el principio que lo juguemos con Joystick, y aun así es frustrante y para nada intuitivo. Pareciera como si hubieran intentado emular al juego web “QWOP”, pero con un entorno complicado, hostil e inerte. Podremos experimentar la genuina desesperación de ser un objeto inanimado intentando moverse, como una de esas pesadillas donde estás desnudo en público pero no te funcionan las piernas.
Este juego fue concebido pura y exclusivamente para generar comedia visual, tanto en la estética como en la reacción de los jugadores. Así es como podremos encontrar numerosos videos en YouTube en todos los formatos posibles, con resultados bastante graciosos. De hecho el juego incluye un exportador de gifs instantáneo bastante útil que guarda los últimos 5 segundos de gameplay. Está claro que es un juego el cual usaremos para hacer jugar a algún amigo que nos caiga medio mal o cualquier persona que reaccione de manera graciosa a la frustración.
Luego de una jornada desesperante en la que no pudimos hacer ningún progreso con el primer nivel, observamos los diferentes modos de juego que incluye la última actualización de I Am Bread.
- Carrera de Bagels: Somos un bagel que rueda a mayor velocidad y es mucho, MUCHÍSIMO más fácil de controlar que la rebanada. Simplemente tendremos que completar un circuito sencillo y avanzamos a la habitación siguiente.
- Rampage: Tendremos que destruir otros objetos inanimados como copas de vino, botellas, tazas y demás. Una onda Goat Simulator, pero interpretamos una baguette (!).
- Cacería de Queso: Somos una galleta que debe encontrar piezas de queso distribuidas en la habitación.
- Gravedad Zero: Cambia la física completamente y nos propulsamos con el poder de unos jets.
Luego de explorar estos mini juegos, que utilizan todos los mismos escenarios, nos familiarizamos más con los controles y volvimos al Modo Historia con otro punto de vista. Digamos que la única regla del juego es la física misma, así que hay mucho lugar para la experimentación y tendremos que ir encontrando maneras creativas de volvernos tostada.
Hay una sorprendente satisfacción en resolver los puzzles, acompañada de un stress físico bastante importante, pero muchas veces la desesperación vendrá gracias a una cámara que por momentos se vuelve completamente inútil. Aunque en I Am Bread la cámara es libre, también se mueve y muchas veces nos bloquea la visión por completo. Una tortura más. También hay momentos donde nuestro pan saldrá volando de la nada en uno de esos glitches graciosos que en realidad por dentro nos hacen llorar porque nos obliga a empezar todo de nuevo. Apiadándose de nuestro sufrimiento, los desarrolladores nos brindan un buff de invencibilidad para lograr pasar el modo historia sin sufrir tanto. Obviamente nos califican con la puntuación más baja siempre, pero si tan solo querés ver los escenarios y completar los puzzles, puede ser una opción viable. Eventualmente uno le agarra la mano a los controles y logra resolver los niveles de manera más fluida, y es ahí cuando el juego comienza a ponerse interesante.
Hay 7 niveles y habitaciones con infinidad de objetos. La física funciona bastante bien y los objetos se comportan de manera realista (salvo, claramente, el pan). La música de los niveles siguientes se pone mejor y la posibilidad de explorar agrega una rejugabilidad considerable. Lo que nunca deja de molestar es la cámara, y sería grandioso que los talentosos diseñadores realizaran una mejora en este aspecto. Este tipo de juegos siempre son bien recibidos en la comunidad y es un original exponente de la escena indie actual.
Si están interesados en un juego que los desafía en un aspecto poco explorado del gameplay pero pueden tolerar los nervios y tienen una paciencia de acero, les recomiendo tener I Am Bread en sus librerías. Aunque la realidad es que suele ser más divertido ver cómo sufren los demás y no vivir el calvario de lograr controlar una rebanada de trigo fermentado. Si lo llegás a dominar, grabalo y ponelo en Youtube porque sos groso. Si sufrís de una paciencia delicada y preferís controles simples, no te lo recomiendo como inversión. No es un juego para todos. [i]
DESARROLLADO: Bossa Studios
DISTRIBUIDO: Bossa Studios
GÉNERO: Simulador de pan
PLATAFORMAS: Windows (Review), Mac, PS4
CALIFICACIÓN:
75%
QUÉ ONDA: Un juego de controles complicados y premisa bizarra
LO BUENO: El humor británico, cuando le agarrás la mano se vuelve interesante.
LO MALO: Puede que nunca le agarres la mano y rompas el joystick de bronca.
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