La “muerte” de Superman
En 1994, Blizzard se metió en el temita este de hacer juegos del hombre que lo tiene todo. Así nació The Death and Return of Superman, para Sega Genesis y Super Nintendo. Se trataba de un beat’em up de esos que no podemos largar desde el momento que prendemos la consola. El menú del juego arranca con el puño de Doomsday atravesando el escudo sangrante del hombre de acero. ¡Epa! Cuanto picor. La historia es una adaptación un poco libre de los arcos argumentales “Doomsday!”, “Funeral para un amigo” y “El Reinado de los Supermanes”, aunque con algunas omisiones para simplificar la trama.
A las piñas con los Underworlders, Superman se encuentra con el bicho malvado que es Doomsday. Spoiler, ambos se golpean al mismo tiempo y mueren. Exacto, el personaje principal se muere en el segundo nivel. El resto del juego lo pasaremos controlando a Cyborg, Superboy, Steel y a Erradicator, hasta que nuestro héroe regrese. La sensación de progresar en una historia atrapante, en lugar de encontrarse con otro juego genérico, nos deja un recuerdo imborrable de este título.
Pero la verdadera “muerte” en los fichines llegó de la mano de un juego olvidable para Gameboy, y luego de su siguiente intento doméstico. El infame Superman 64, cuyo verdadero nombre es en realidad Superman: The New Adventures. Este ourror vio la luz en 1999 para arruinarnos la vida y barrer con cualquier reputación que el hombre del mañana conservase en este medio. ¿Hace falta describirles el esperpento que fue aquel intento de juego? Se sentía como si nos hubiesen dado el cartucho equivocado, el del prototipo.
Un bache de 3 años se generó (era necesario olvidar) hasta que el estilo de la serie animada fue adaptado en Superman: Shadow of Apokolips, para Playstation 2 y Gamecube. Querido por algunos, odiado por otros, sin duda es un mejor trabajo en 3D que su antecesor (incluso tuvo una secuela para Game Boy Advance), pero no alcanzó para devolver la esperanza en que los poderes y los conflictos del superhombre podían ser bien adaptados a los videojuegos.
Ese mismo año, en 2002, Circus Freak lanzó Superman: The Man of Steel, un título que está malnacido desde la portada. Desde el sistema del combate hasta la pesima actuación de voz, mejor depositarlo en la zona fantasma del olvido.