16 bits, el nuevo negro
No es novedad, la ferviente vertiente del “retro” en nuestro mundillo del fichin. Gran número de estudios, principalmente independientes, han optado por este “retroceso inducido” a una época pasada y, en muchos de los casos, han triunfado. Múltiples pueden ser las razones que acuden a nosotros para poder elevarlos a un estatus de genialidad; mecánicas, arte, nostalgia. Sea cual sea, denotan que no siempre lo más novedoso es superior o, así mismo, que las buenas ideas puede gestar un título que llene de alegría y picor al mico, aún con pocos recursos. Ahora bien, no porque sea “retrou”, será genial.
Cuando se dió a conocer nuestro titulillo en cuestión, más de uno habrá dicho “opa”. Con una estética particular, un estilo de juego ágil y violento, pudimos ilusionarlos con un proyecto de despampanantes colores, al que le apostariamos fichas a lo pavote; de hecho, así fué. Gracias a uno de nuestros entrañables micos, y su banca al “Kickstarter” pertinente, es que lo tenemos en nuestras manos.
Entonces, ¿Dónde se encuentra ubicado el Hyper Light Drifter en definitiva? ¿Triunfo o derrota?