El precio del tributo
JAMÁS TUVISTE OTRO HORIZONTE que una línea nevada. Nunca viste una tierra que no estuviera cubierta de blanco. Y aún así, a pesar de esta crianza monótona, en tus venas corre la sangre caliente de un guerrero, hambriento por devorar al enemigo. ¡La bestia ruge! Hasta que la ve a ella.
Desde el primer minuto, I am Setsuna establece sin vueltas sus intenciones. Rememorar viejas épocas cuando los RPG orientales tenían ese noséquéquequéseyo que los hacía únicos en el mundo. Títulos como los primeros Final Fantasy, Dragon Quest, y principalmente, el eterno Chrono Trigger.
Cuando decimos “principalmente” Chrono Trigger, es porque tiene un estilo narrativo muy similar y hasta toma directamente el sistema de batalla, sin ningún tipo de vergüenza. No, nadie viaja en el tiempo, pero queda claro desde el primer momento lo que los desarrolladores intentan canalizar, aún si en ningún momento muestran la misma creatividad y capacidad por crear cosas únicas como aquella aventura de Squaresoft.

Y no es para menos, aquel JRPG es uno de los mejores que han agraciado alguna consola. No es una tarea fácil siquiera estar a la altura de ese clásico. Y aún así, por momentos I am Setsuna logra evocar ese título a la perfección. Sobre todo en el combate. Por turnos, pero al mismo tiempo, veloz y dinámico. Aunque no tenemos control directo sobre ellos, los personajes están en constante movimiento, así también como los enemigos, y el posicionamiento puede ser muy importante, porque es posible hacer daño a más de uno, si están alineados o muy cerca el uno del otro.
Exactamente igual que aquel JRPG, los personajes tienen la posibilidad de atacar o utilizar habilidades especiales llamadas “Tech”, las cuales se van sumando a medida que avanza la historia y hasta pueden ser combinadas en “Combos” con otros personajes que tienen la habilidad adecuada. Aunque ya lo dijimos, vale la pena remarcar, el combate es igual que el de debut de la serie Chrono, y esto es bueno, porque sigue funcionando tan bien como en 1995.
También tomaron prestado el concepto del mapa del mundo, que le permite a la party caminar todos los rincones del mapa y encontrar diferentes zonas que explorar. El combate dentro de los escenarios no es aleatorio, y es posible ver a los enemigos antes de entrar en conflicto con ellos. Hasta podemos ganar una ventaja táctica si los tomamos de atrás. Por suerte en el mapa general no hay encuentros.

La historia es bastante directa: Setsuna fue seleccionada como un sacrificio que se realiza periódicamente para disminuir la voracidad de los monstruos que acechan las tierras, y así tener diez años más de paz. Nosotros, ocupamos el rol de un mercenario que fue contratado para matarla, pero cuando llegamos, nos damos cuenta que su misión es una digna de seguir hasta el final, que de todas formas termina con la misión completa.
Si suena trágica, es porque lo es. El fichin tiene sus momentos de humor, pero por lo general es oscuro, más cercano a los primeros Final Fantasy que a la montaña rusa emocional que era Chrono Trigger. I am Setsuna no tiene un colorido elenco, pero los clásicos arquetipos presentes se estiran lo suficiente para tener momentos de sorpresa y peso emocional, y esto ayuda bastante a cubrir otros puntos.
Dichos puntos pueden ser la falta de una mecánica estilo Posada, con pueblos y ciudades para explorar que se quedan en los simple y no presentan ni variedad visual ni ningún otro tipo de sorpresa. Simplemente están. Lo mismo se podría decir de las misiones secundarias que se toman casi sin darte cuenta y permanecen siendo excesivamente simples.

Esto es algo muy similar también a Chrono Trigger (aunque narrativamente eran más complejas), pero de alguna forma esta nos parecía una parte en la que Tokyo RPG Factory podría haber expandido y modernizado, agregando un sistema para poder seguir las quests actuales, tanto principales como secundarias. De la misma forma, nos hubiera encantado que haya más interiores y otros estilos estéticos además del recurso de la nieve. Tanto blanco. Chrono Trigger logró ser escalofriantemente oscuro como el futuro apocalíptico; y vibrante y colorido como el carnaval del inicio. I am Setsuna es simplemente blanco.
Y aunque el arte que pinta el mundo no sea tan inspirado, la tecnología que lo soporta lo es absolutamente. Aunque la perspectiva imita a los juegos de antaño, el motor 3D con arte minimalista le queda literalmente pintado, con toques de atmósfera brillantes que lo hacen una verdadera maravilla para observar. Lo mismo va para la música, reproducida enteramente en un solo piano,

A pesar de sus problemas hay que decir que el debut de Tokyo RPG Factory es positivo, tal vez no tanto por su propia capacidad y el resultado de su primer proyecto, sino más bien por la ausencia de juegos como este, y la suficiente funcionalidad para cubrir ese frío espacio vacío del JRPG clásico, casi ya olvidado por las compañías que marcaron su era dorada como Nintendo y Square Enix mismo.
La gran mayoría de los elementos están en su lugar para que esta sea una aventura divertida y memorable, como las de antaño, pero al final del día se podría decir que le falta alma. Que carece de aquello que lo hace especial y único, y termina pareciendo más una copia que una carta de amor. [i]
DESARROLLADO POR: Tokyo RPG Factory
DISTRIBUIDO POR: Square Enix
GÉNERO: JRPG
PLATAFORMAS: PC, PS4, PSV
CALIFICACIÓN
67%
QUÉ ONDA: Un intento de volver a las raíces y crear un RPG con una historia compleja y personajes icónicos.
LO BUENO: La atmósfera, historia y combate. La música, aunque un poco repetitiva, y los gráficos.
LO MALO: Poca imaginación para los escenarios, y demasiado monótonos en su diseño. Personaje principal olvidable.