[REVIEW] Forza Horizon 3

La hermosa sensación de pistear like a champion

El clima seco del desierto me deja la boca pastosa. El viento levanta una polvareda, se me mete un poco de tierra en la nariz y estornudo. Me olvidé los pañuelos y me seco los mocos con la manga mientras me subo al auto. La carrera arranca y piso el acelerador a fondo. Curvas y contracurvas, aceleradas y frenadas con rebaje me ponen de a poco en punta. Se me siguen cayendo los mocos y vuelvo a limpiarme con la manga mientra cruzo la meta victorioso. Salgo del auto de un salto y festejo mientras me seco el sudor de la frente… con la manga. Alguien se acerca a saludarme y me mira con sorpresa. No se si es por mi aplastante victoria, o por mi vincha de sudor y mocos.

Me encantan los juegos de autos. Pero como gamer pochoclero, suelo recorrer con frecuencia las tierras de Need for Speed, porque no hay que tunear demasiadas cosas. Esa alquimia básica que fomenta sentarse y correr siempre me resultó de lo más atractiva. Cuando un fichín de autos se pone demasiado técnico, pongo punto muerto y me bajo. Nunca fui “tuerquita”, me abrumo con facilidad cuando hay muchas variables y empieza a convertirse en una simulación. Siempre me hablaron de la magia de Forza, pero jamás había caído en sus redes… hasta hoy.

Forza Horizon está diseñado por Playground Games, un estudio independiente británico que se ocupa específicamente de estos títulos y no son ningunos improvisados. La compañía se fundó en el 2010 y está integrada por tipos que trabajaron en Codemasters, Criterion Games o Ubisoft Reflections, entre otras. Ellos saben todo lo que está bien, si hablamos de juegos de carreras, y en Forza Horizon 3 eso se nota.

Forza Horizon 3 me hace feliz

Pocas veces uno se topa con un título que produce felicidad absoluta y FH3 es uno de ellos. Al principio puede parecer un poco caótico, pero una vez que uno se acostumbra, todo es disfrute. Bajo el bombardeo inicial del menú se esconde la simpleza de salir a correr sin tocar nada, o la complejidad de manosear hasta el último detalle del auto que vamos a usar. La mecánica es sencilla, en las hermosas tierras australianas tenemos que juntar fanáticos para armar festivales de autos. ¿Como reunir a toda esa gente? Mientras recorremos las rutas, descubrimos nuevos caminos o actividades. Si participamos de ellas y nuestra actuación es buena, juntamos fans para ir convocando a estas fiestas automotrices. Cuanto mayor es el número de adeptos, más grandes son. Al armar el primer festival, enloquecí buscando dentro dónde correr hasta que entendí que las carreras y los torneos sólo son para tunear autos, admirarlos y conseguir nuevas ofertas. La cantidad de marcas y de modelos que aparecen a lo largo de nuestra estadía es absolutamente demencial. Pero sólo es para extasiarnos, comprar y modificar cada tuerca de nuestros rodados. Hasta la pintura podemos cambiar haciendo la nuestra o usando cualquiera de las compartidas por otros usuarios. Pero la verdadera acción está afuera.
A medida que corremos y juntamos fans, vamos subiendo de nivel y se van habilitando nuevas modalidades de juego. Carreras, torneos y exhibiciones son las que nos permiten juntar experiencia, recorrer nuevas rutas y descubrir nuevos desafíos. En nuestras correrías virtuales podemos correr picaditas con otros usuarios que recorren las rutas. No son verdaderas personas, sino inteligencias controladas por la consola que copian los nombres de avatares reales utilizando algunas de las tácticas que usan los verdaderos usuarios. Pese a no ser corredores reales, la experiencia es increíble. Una vez desbloqueado el modo multiplayer, la alegría es completa. No sólo podemos correr en contra de nuestros amigos, ahora tenemos por primera vez la posibilidad de correr con 4 amigos la campaña en cooperativo.

Ni Xbox ni PC… LAS DOS

Hace un tiempo que Microsoft viene ofreciendo la posibilidad del cross platform. Si compras un juego de Xbox One y tenes Windows 10 podés bajártelo también en tu compu. Si estás jugando en la consola y tu viejo quiere ver a Tinelli, se acabaron las discusiones, te vas reptando a tu PC y podés seguir el juego exactamente donde lo dejaste porque tu progreso se salva en los servidores de Microsoft. Con Forza decidieron ir un paso más allá y el cruce de plataformas también es válido con el modo multiplayer. Si tu amigo lo tiene en PC, vos podes competir con él aunque tengas una consola. Finalmente Microsoft puso fin a la grieta entre la consola y la compu.
La versión de PC está perfectamente optimizada. Después de la última actualización de drivers, corre como una seda, surfeando entre los 50 y 60 frames al máximo de detalle, en un micro i7 con Nvidia 970. Por fin alguien que hace las cosas bien en ambas plataformas. ¡Poroto para Playground Games!

Un placer para los ojos

A FH3 le sobra amor visual. Es imposible no detenerse en los detalles del paisaje sin ponerse el auto de sombrero en alguna curva, o estrellarse de lleno contra algún árbol. Pueden pasar días hasta que el ojo se acostumbra a no sorprenderse con los detalles del cielo, la lluvia en el parabrisas, las montañas o el asfalto para concentrarse en la carrera. Por fortuna, aquí podemos retroceder los últimos segundos para evitar la catástrofe y así lograr la victoria pese a esos malditos y hermosos detalles visuales. La gente de Playground dió en el clavo con absolutamente todo sumando a los festivales del juego un festival para el ojo gamer. Es imposible no sorprenderse con cada escenario, los días, las noches, las selvas y los desiertos, potenciados exquisitamente con una impecable utilización del HDR.
FH3 tiene absolutamente todo lo que está bien en juegos de autos y, haciendo un gran esfuerzo para encontrar algún error, seguimos sin descubrirlo. Si hay una razón para exprimir y disfrutar una Xbox es este fichín. Ahora si me disculpan, voy a limpiarme los mocos de la frente y subirme a mi Mitsubishi. Necesito seguir ampliando mis festivales y toneladas de fans me esperan para aplaudir mi audacia tras el volante y regalarme paquetes de carilinas. [i]

CALIFICACIÓN

95%