La fantástica aventura va a empezar
Bueno, ya es octubre, y casi sin que nos diéramos cuenta estamos entrando en la recta final del 2016, pero el año no puede terminar sin que se cumpla una de las mayores reglas no escritas del mundo gamer. ¿Salió un nuevo Assassin’s Creed? No, no es eso. ¿Konami sacó otro juego de pachinko? No, nada que ver. ¿Se retrasó The Last Guardian? ¡No micos!, bueno, sí… pero no nos referimos a eso. Nos referimos a que nos acercamos a la salida de una nueva entrega anual de Dragon Ball para consolas hogareñas.
Así es, el año no puede terminar sin que la creación más famosa de Akira Toriyama vuelva a decir presente, y como al parecer a Dimps le fue bastante bien durante el 2015 con su flamante saga denominada Xenoverse, ahora nos traen su continuación en este nuevo juego llamado, obviamente, Xenoverse 2. Durante este finde nos pudimos sentar un rato a probar la nueva beta y testear las novedades, y esto fue lo que vimos.
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Comenzamos de la misma forma que lo hicimos con la entrega anterior, creándonos un personaje. Recordemos que la saga Xenoverse se caracteriza justamente por dejarnos el honor de ser protagonistas de la historia con nuestro propio guerrero Z. Las razas a elegir vuelven a ser las mismas: terrestre, saiyajin, namekiano, majin y de la familia de Freezer. De curiosos que somos, probamos todas, y encontramos el primer gran cambio.
Si jugaron al título anterior, recordaran que la única raza capaz de transformarse era la saiyajin. En esta nueva entrega, todas y cada una de las razas tienen la capacidad de hacerlo. Los namekianos pueden hacerse gigantes por tiempo limitado; los majin se transforman en Buu pequeño, también por un límite de tiempo; la raza de Freezer puede acceder a la nueva forma Golden; los saiyajines ahora pueden acceder hasta el nivel 3 de super saiyajin –y el ki ya no se consume gradualmente–; y por último los terrestres se transforman… bueno, en realidad no se transforman en nada, sino que llaman a Kinton y sacan el báculo sagrado. Una decisión extraña pero bueno, se ve bien y está llena de nostalgia.
La ciudad Tokitoki, que fue nuestra base durante Xenoverse 1, ya no existe. Ahora vamos a poder explorar una locación nueva llamada Conton, que no sólo difiere en el nombre, sino que es notablemente más grande. Tanto, que el juego nos va a habilitar un deslizador para poder movernos con mayor velocidad por la ciudad, con la promesa pendiente de dejarnos volar libremente por el lugar una vez que saquemos nuestro registro de vuelo (no, no es joda, hay que sacar registro de vuelo).
Una de las cosas que nos llamó la atención de ciudad Conton, es la existencia de cinco lugares llamados fallas temporales, alteraciones del espacio tiempo que nos permiten acceder a cinco zonas clásicas de la serie. Vamos a poder viajar a la casa de Majin Boo, la Corporación Cápsula, la nave de Freezer, la mansión de Mr. Satán, y el refugio del Gran Patriarca de Namek. Cada uno de esos sitios contiene una serie de sidequests y misiones para nuestro personaje que prometen ofrecernos muchas horas de juego.
La historia de Xenoverse 2 parece ir por el mismo lado que su predecesor. Por alguna razón que desconocemos, vuelven a aparecer distorsiones temporales que alteran los sucesos más icónicos de la saga de Dragon Ball, y nuestro deber es viajar al pasado y asegurarnos que todo transcurra de la forma que ya todos conocemos. Por supuesto, esta nueva entrega reconoce todo lo que sucedió en el título previo, de hecho si jugaron a este último y todavía conservan los saves, Xenoverse 2 importa a su personaje anterior y lo introduce en el argumento como el héroe que salvo al mundo. Un lindo reconocimiento a nuestras horas pasadas de juego, sin duda.
Los modos de juego al parecer se mantienen casi iguales a lo ya visto. Tenemos la historia principal, el torneo de artes marciales, misiones secundarias y batallas Vs. –tanto online como offline–. La novedad es la incorporación de la Academia, un lugar donde podemos aprender técnicas nuevas y entrenar a nuestro personaje. En la beta este modo no estaba habilitado, así que vamos a tener que esperar al juego completo para comprobarlo.
Muy bien, hasta acá todo muy lindo, ¿pero qué pasó con lo más importante, con el gameplay? Por lo que pudimos comprobar, Xenoverse 2 se juega exactamente igual al primero. Por un lado es bueno porque significa que no empeoró. Pero también es bastante malo porque los muchachos de Dimps descuidaron lo más importante, las bases del juego. Las batallas se siguen sintiendo repetitivas y poco profundas, con una pésima transición entre combate a distancia y cuerpo a cuerpo. Tenemos dos botones con los cuales realizar todos los combos, que prácticamente se hacen solos sin ningún esfuerzo de nuestra parte. Los poderes continúan siendo vistosos, y quizás sean el punto fuerte, pero por lo que experimentamos en la beta, el sistema de pelea sigue dejando mucho que desear.
Los gráficos también sufren de abandono y se ven muy similares al juego anterior. Y la música… ¡oh por Kamisama, esa música! En el Xenoverse 1, la única canción licenciada era Chala Head Chala, y después toda la banda sonora era original del fichín. Bueno, en esta segunda parte (por lo menos en la beta) no existe una sola melodía de la serie. Para colmo, la música nueva se esfuerza por desentonar en todo momento, taladrándonos la cabeza como un Makankōsappo.
Xenoverse 2 nos provoca sentimientos encontrados. Por un lado, hay un montón de contenido nuevo. La nueva ciudad es enorme, hay material que promete entretenernos durante decenas de horas, y las opciones de interacción con otros jugadores son mayores. Por otro lado, pareciera que Dimps se abocó demasiado sólo a mejorar las propiedades de MMO del juego, y descuidó la historia y lo más importante: el sistema de pelea. Por supuesto, aún es pronto para dar un veredicto. Sólo resta esperar hasta el 25 de octubre para probar el fichín completo y ver si estamos frente a una continuación digna o no. [i]

Facundo Fernández Lleventon, alias Cufa, es game designer, QA, escritor y filósofo del fichín. Supo ser Jefe de Redacción de [i], pero la senilidad lo jubiló. Peleado con la PC desde la niñez, es un hereje que defiende a las consolas como plataformas preferidas. Su mayor logro fue haberse infiltrado en las oficinas de CD Projekt, y su peor fracaso, haberse ido.