Campeando en la zona de confort
Para arrancar llevando tranquilidad a los hogares, podemos decir que Call of Duty: WWII tiene todo los que los fans esperan de la saga. Ahora bien, ¿no será ese el mayor problema a solucionar a mediano plazo? ¿Cuánto más resistirá una saga que viene apostando a lanzamientos con frecuencia anual y que no sorprende porque no arriesga nada? Nota: pusimos “apostando” por no poner otro verbo de connotación negativa, por lo general asociado con quedarse sin permiso con lo ajeno.
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Más allá de las pobres conclusiones de este vergonzoso intento de reflexión, la suma de las partes da como resultado un buen juego. Como era de suponer, la campaña es de una espectacularidad cinematográfica. Desde lo técnico, se apoya en una solidez gráfica destacable. Esto va acompañado de un renderizado, animación y actuación impecable de todos los personajes, pero también con un “pasillerismo” radical que decepciona. Incluso hasta se siente un retroceso con respecto a Infinite Warfare.
Rasquetear, nunca. Otra mano de pintura, siempre.
Existen algunos cambios o ajustes, como el haber vuelto a los botiquines en lugar de la regeneración espontánea. O el que nuestros compañeros IA nos brinden soporte, mediante botiquines, munición, bombardeo o marcación de enemigos (cada uno de ellos tiene una función particular). Pero esto no alcanza para subir el nivel de “alegror”. La sensación de ser arreados con un rinoscopio está demasiado presente en todo momento. Lo que sí, por favor juntemos firmas para que la ONU defina que utilizar “quicktime events”, de la manera que son usados aquí, sea de mínima una contravención.
Por fortuna, una de las cosas que nos impide dejar la campaña y soportarla mejor, es una historia y narrativa decentes. No por los tener grandes giros o complejidades argumentales, sino que su fuerte y gancho pasa por las relaciones humanas y los conflictos personales del protagonista. Podemos decir que logra desarrollar los personajes y nuestra empatía hacia ellos, lo cual nos impulsará a seguir adelante para conocer la conclusión.
Tampoco vayan a pensar que la historia tiene una complejidad argumental muy por encima de una lista de supermercado. Pero no por ello deja de entrarnos por el lado sentimental, tanto que es imposible tapar el aroma “Rescatando al Soldado Ryan”, “Band Of Brohters” o incluso un muy leve dejo a “La Delgada Linea Roja” que tiene. Es decir, a pesar de ser simple, está bastante bien enfocada y contada.
Rescatando al Soldado Ryan, para la hinchada
Como pueden suponer, una de las estrellas de la campaña que no podemos dejar de mencionar es el desembarco a Normandía. Tratamos de recordar si hubo alguna vez una secuencia mejor sobre el hecho, pero la memoria nos trampea y nos confunde con alguna peli bélica. Esto ocurre porque dicha fase resulta extraordinaria. Es remarcable como, con una duración tan breve, logra transmitir tanta desesperación y violencia. Y atención, advertimos sobre la crudeza gráfica, intensa y muy explícita que se repite a lo largo del juego. Imaginen una carnicería donde cortan los bifes a mazasos y se podrán hacer alguna idea de lo que les espera.
Por último, todo lo “atemporal” de la saga y que funciona bien, como el gunplay, sigue en pie y así debiera mantenerse. Pero, como si hiciera acuse de recibo de su falta de innovación, Call of Duty WW2 sigue intentando compensar con diversidad, metiendo alguna sección de conducción o sigilo. No sólo no lo consiguen, sino que empeoran el resultado. Por ejemplo, la mecánica de sigilo es de lo más chato, duro y arcaico que hemos visto últimamente en un juego de esta envergadura (perdón por mi francés).
Yendo al Lugar Común de una sola frase
“Call Of Duty siempre fue el multiplayer, la campaña es una excusa”. Es cierto, no por ello estamos menos hartos de escucharlo. El juego se promociona con ambos elementos y realmente apostábamos a un desarrollo de campaña que evolucionara, si no hacia adelante, para algún costado. No ocurrió.
Pero nos encontramos con algunas sorpresas en el multijugador, que es donde más mejoras e innovaciones hay. Para comenzar, se incluyó un área social, imposible de no comparar con lo que propone Destiny. También es imposible no decir que es más rica en interacciones y está mejor implementada que en el shooter de Bungie. Desde prácticas hasta un nuevo sistema para la asignación de objetivos y desafíos diarios y semanales para aumentar Xp, este elemento nos ha parecido un punto positivo de esta entrega.
Adicionalmente, otra de las cosas que podemos hacer en esta zona es sumarnos a la controversial maldición de las loot boxes. Si bien la mayoría de los contenidos son de orden estético, existen polémicos aumentos de XP con obvio impacto en los avances, generando disparidad entre jugadores.
La estrellita del multi
Por otra parte, otro agregado importante a los modos de juego clásicos es sin dudas el modo War. Sin inventar la pólvora, nos da una opción más para viciar y alargar la vida útil del juego. Para resumir, tenemos dos equipos en un mapa de dimensiones por encima del estándar. Se van dando una serie de objetivos en los cuales cada equipo asume una clara postura de defensa y el otro de ataque, rotando roles en cada vuelta.
El modo War es entretenido y bien planteado, con un componente de juego en equipo fuerte, el cual nos remite al modo Rush de Battlefield. Claro que a una velocidad intermedia entre ambas sagas. La mejor comparación que se nos ocurre es la del Medal of Honor del año 2012, en el que la velocidad de juego se nos antojaba en un punto medio entre los dos Titanes del shooter competitivo.
Y el ya clásico modo Romero…
Por último, vuelven los zombies, el modo cooperativo del cual ya nunca jamás se debería desprender la saga, porque cada vez le sale mejor. En lo básico, un modo horda, pero camuflado con una narrativa y aderezado con objetivos y puzzles, en los que se requiere coordinación de nuestros compañeros. Con un excelente reparto de actores (aguante Doctor Who), no recordamos una versión previa en la que nos haya gustado tanto la estética, ambientación y ritmo de este modo.
Un killstreak cada vez más cerca de romperse
¿Call Of Duty WW2 cumple con lo que sus fans pedían a gritos? Sí, de seguro estarán conformes, el juego cumple en la mayoría de sus apartados más apreciados. Pero confiar ciegamente en el “vox populi, vox dei” puede ser un error. Es probable que se la hayan agarrado con las “ambientaciones sci-fi”, cuando las piedras tenían que ser tiradas a las ventanas de una zona de confort, mucho más general y cada vez más evidente. La ambientación quizás haya sido parte del problema, pero es indudable que no es el todo.
Veremos que sucede en unos meses con la cantidad de jugadores en línea, si sólo a base de DLC se puede sostener la emoción. O en todo caso, si la saga resiste, sin rasquetear a fondo, otra mano de pintura sobre docena de capas previas, sin comenzar a descascararse. [i]
DESARROLLADO POR: Sledgehammer Games
DISTRIBUIDO POR: Activision
GÉNERO: FPS
DISPONIBLE EN: PS4, Xbox One, PC
CALIFICACIÓN
80%
QUÉ ONDA: Carlos Diuti apuesta a la nostalgia con un pleno a la Segunda Guerra Mundial.
LO BUENO: Historia rica en lo emocional, genera rápidamente empatía con los personajes. La mejor representación del desembarco a Normandía hasta la fecha. Impecable técnicamente, en muchos de sus pasajes es una espectacular peli bélica. El modo War es un gran agregado. La zona social es la mejor en el género shooter. El modo Zombis está su punto más alto a la fecha.
LO MALO: La campaña es un pasillo y, desde ya, corta. Pocos mapas para modo Zombis y War. Secciones como las de sigilo se pasaron de la edad jubilatoria hace rato. Algunos mapas son demasiado “camper friendly” y la pérdida de verticalidad no ayuda.