“Conocí a un viajero de una tierra antigua…”
Existe un proverbio que reza: “Todo hombre enamorado es capaz de cometer el acto más valiente, y más estúpido”. Con el afán de revivir a su amada, hubo un mico que llevó este dicho a otro nivel. Esta es la fábula de Wander, un simple mortal que se enfrentó a dieciséis colosos con tan sólo una espada y un caballo. ¿Ah, ya la escucharon? Pero apostamos que jamás la vieron así, en alta definición, lista para quitarnos el aliento.
Shadow of the Colossus es un clásico moderno. Lanzado originalmente en 2005 por Team Ico, en la querida PlayStation 2, el fichín cuenta una historia de amor y tragedia a través de muy poco uso de diálogos y personajes.
La premisa es tan simple como eficaz: un héroe misterioso llega a las Tierras Prohibidas a caballo, cargando el cadáver de una joven. Allí visita un templo donde, él sabe, podrá conseguir información de cómo revivirla. Pronto unas voces de ultratumba le proponen un pacto: si es capaz de vencer a los dieciséis colosos que pueblan el reino, le será concedido el deseo de traer a la chica de vuelta al mundo de los vivos.
Los colosos son entidades gigantescas y temibles (bah, no siempre) conformadas por elementos de la naturaleza y porciones del terreno mismo. El follaje es su pelo, escombros son su armadura. Para hallar a estos seres, Wander sólo cuenta con la ayuda de su fiel caballo Agro y de una espada luminosa que… ejem… le robó a cierta gente. La luz que emana del arma tiene el poder de indicarle el camino al próximo coloso, pero de una forma medio vaga que al principio nos va a confundir más de lo que nos va a guiar.
Como cada rival está lejos del anterior, la búsqueda nos lleva a recorrer esta tierra de una punta a la otra, y ¡oh micos si se ve hermosa! En el camino atravesaremos desiertos, bosques, colinas, lagos, geisers… y aunque conozcamos el paisaje, por haber jugado el original, ver los árboles asomarse entre las montañas en alta definición renueva la experiencia. Es probable que aún para los veteranos, se sienta como la primera vez que pisan estos suelos.
El menú es minimalista, con tan sólo una barra de salud y otra de stamina. La segunda es la que indica cuánta actividad vamos a poder realizar de corrido: si se agota, cualquier cosa que estemos haciendo se interrumpe y nuestro héroe se va a frenar o caer de donde esté colgado. Tengan esto en cuenta, es clave para el desarrollo de los combates.
Una vez que nos encontramos con uno de estos enemigos, una cinemática se dispara y la pelea comienza. Acá es donde el fichín brilla: cada enfrentamiento es totalmente distinto al anterior. Cada uno de estos colosos tiene un diseño propio, con actitudes que le son suyas y una particular forma de vencerlo. Al final del día, todo se reduce en encontrar el punto débil en el cuerpo del bicho y clavarle la espada una y otra vez. Pero en el cómo llegar hasta ese rincón está la cuestión: habrá que treparse por los ribetes de sus armaduras, o colgarse por los cabellos, o lanzarnos desde la altura. Todo sirve a la hora de montarnos al coloso, ¡pero cuidado! porque va a querer deshacerse de nosotros a las sacudidas como si fuesemos una minúscula pulga. ¡Por eso hay que cuidar la stamina! Un mínimo error puede resultar en una caída fatal.
Acompañando a su espada, Wander cuenta con otro armamento: un arco de flechas ilimitadas. Suele ser la primer arma a blandir en un combate, ya que en general, aunque no les hace ni cosquillas en cuanto a daño, nos permite despertar a los colosos de su siesta o hacerlos enojar. Hay otras formas de llamar la atención de los enemigos, pero las vamos a ir aprendiendo en el camino. Mientras tanto, también podemos usar las flechas para bajar frutas de los árboles (que nos aumentan la barra de salud) o cazar las lagartijas que veamos por ahí, que pueden aumentarnos la barra de stamina (si tienen la cola flúor).
Por último, pero no menos importante: regados por el territorio vamos a encontrarnos unos pequeños templos en los que podemos detenernos a rezar. Al hacerlo, quedan marcados en nuestro mapa, nuestra energía se recupera al máximo y el juego guarda nuestra posición. Esto es de mucha utilidad si estamos en plena búsqueda de un coloso, tenemos que apagar la Play para ir a la verdulería y no queremos empezar el camino de nuevo desde el templo principal. Y por las dudas que se lo pregunten: no, no podemos teletransportarnos entre templos. Carita triste.
Modos de juego
Además de la jugabilidad tradicional, el fichín cuenta con un modo de Nuevo Juego+, que nos da la posibilidad de comenzar otra vez la aventura conservando todas las mejoras a nuestra barra de salud y stamina que hayamos conseguido. Pero eso no es nada: además, rezando a los pies de cada coloso en el templo principal podremos volver a enfrentarlo en modo Contrarreloj. Vencerlos en el tiempo indicado nos dará acceso a nuevas armas y equipos que actuarán como modificadores. Los ítems valen la pena, pero creannos: derrotar a los colosos en tiempo record es una tarea engorrosa.
Quizás lean también sobre un modo Reminiscencia. Esto no es más que, luego de encontrar y vencer un coloso en su hábitat natural, volver a explorar su cadáver y rezar. Ahí se nos va a dar la opción de volver a enfrentarlo.
Cambios colosales
Entre las novedades que trae esta remasterización, la más obvia es la que ya mencionamos: se ve de la hostia. Esto no es un simple port, sino que es una completa reelaboración de todos los recursos gráficos, haciendo que se vea como un extraño híbrido entre un juego moderno y uno de su época. Podemos apreciar los más pequeños detalles en las flores, las cataratas, las columnas de los edificios, el claro del bosque, y mucho más. Es cierto, la re-versión lanzada en PS3 ya traía el HD, aunque era 720p. Pero esta nueva versión es incomparable con aquella: acá realmente se potenció todo su esplendor. En la PS4 corre a 1080p a 30FPS, pero si tienen la suerte de contar con una PS4 Pro, pueden disfrutarlo en Quad HD e incluso llegar a los 60 FPS.
Otros cambios fueron hechos en la interfaz. Sí, había poco para cambiar, pero lo hicieron. El indicador de stamina fue rediseñado y se ve bastante mejor. Se achicó el ícono de arma y se redujo la barra de salud.
Quizás el cambio más polémico es el de los controles. Para un mico como yo, que nunca tuvo la fortuna de probar este fichín hasta ahora, el nuevo mapeado de botones es cómodo y un poco más cercano a los que acostumbramos usar en los juegos modernos. Sin embargo, si son grandes fans del título y vienen de jugar con el mapeado original, puede que no se hallen a la hora de controlar su personaje. ¡Pero no se preocupen! Porque siempre tienen la opción de configurarlo para que vuelva a ser como en los viejos tiempos.
Finalmente, se incorporó la opción de seleccionar entre distintos tipos de filtros para modificar la imagen, algo que, salvo que seamos fanáticos empedernidos del Instagram, no tiene mucho uso.
La gente de Bluepoint Games, encargada de esta remasterización, no dudó en esconder algunas cositas, como guiños a The Last Guardian y a Ico (ambos juegos de los mismos creadores). Con esto alientan la teoría que circula por las redes de que los tres fichines transcurren en un mismo universo compartido. También sumaron unos coleccionables en forma de pequeñas luces brillantes, que hacen música cuando nos acercamos. Son 79 en total y están escondidos por todo el mapa. Encontrarlos nos desbloquea una espada especial, pero queda en ustedes investigar más al respecto.
¿Qué lo hace especial?
A pesar de su fama y reconocimiento dentro del mundillo gamer, este mico que aquí les escribe jamás había tenido la chance de jugar más que unos minutos al Shadow of the Colossus. Esta remake fue la oportunidad de oro, y valió cada segundo.
El trabajo de ambientación del juego es único, así como el tiempo que se toma en construir su atmósfera y plantear el desarrollo de sus personajes. Y todo esto con el uso de muy pocas palabras.
En el camino no vamos a encontrarnos a un solo enemigo menor: estamos apenas nosotros y los colosos. Los combates resultan épicos: ya sea por tierra, por aire o hasta bajo el agua, no hay dos batallas iguales. Cuando finalmente logramos vencerlos, la sensación resultante es agridulce: conseguimos nuestro objetivo, pero en el camino hemos matado algo hermoso.
No nos reciben mensajes de felicitaciones, sino unas extrañas sombras que se meten dentro de nosotros. Y cada paso se vuelve más sombrío. Durante nuestra jornada, no vamos a poder evitar preguntarnos si estamos haciendo lo correcto. En una industria que por momentos puede ser un poco inmadura ¿cuántas veces sucede algo como esto? Ahora piensen cuán frecuente era en 2005, cuando este juego fue lanzado. Ahí reside su importancia.
Pocos juegos logran estar tan desprovistos de elementos y resultar tan cargados de emoción y recuerdos de duelos insuperables. Si ya son fans y necesitan de una excusa para volver a jugarlo, no se nos ocurre una que esté más justificada que esta remasterización. Si en cambio, como quien les escribe, siempre quisieron pisar Tierras Prohibidas y no se animaron, esta es la oportunidad, con una nueva edición que adapta una joya de la industria a los tiempos que corren sin tocar un ápice de su esencia. Shadow of the Colossus está más gigante que nunca, y va a seguir haciéndole sombra a muchos otros fichines por un buen tiempo más.
“Nada queda a su lado. Alrededor de la decadencia
de estas colosales ruinas, infinitas y desnudas
se extienden, a lo lejos, las solitarias y llanas arenas”
[i]
DESARROLLADO POR: Bluepoint Games (remasterización) / SIE Japan Studio & Team Ico (original)
DISTRIBUIDO POR: Sony Interactive Entertainment
GÉNERO: Acción, Aventura
DISPONIBLE EN: PS4
QUÉ ONDA: ¿Qué mejor que jugar este clásico moderno? Jugarlo remasterizado en Full HD, con todo el apartado gráfico rehecho de cero. Una oportunidad única, o una excusa para volver a vivirlo.
LO BUENO: Una experiencia única. Cada combate es épico. El mapa se ve hermoso. El estilo minimalista en todos sus aspectos potencia la aventura. El desarrollo de la historia y su desenlace plantean tópicos interesantes. Alta rejugabilidad.
LO MALO: Aunque rehecho, se le ven un poquito los achaques del paso del tiempo. Los controles modernos pueden incomodar a viejos fans. Frustra no poder escalar con libertad en el mapa. Algunos glitches casuales que nos obligan a volver a cargar la partida.
Santiago Figueroa, alias Morton, fue durante unos años el Jefe de Redacción de [IRROMPIBLES]. Ahora es padre y vive en otro continente. Es fan de Sonic. También sabe hacer juegos y pelis. Pueden ver sus locuras en YouTube, o por Twitch, o vigilarlo por Twitter como @aliasmorton.
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