The Crew 2 [REVIEW]

Redescubriendo el norte

CUATRO AÑOS ATRÁS FUIMOS TESTIGOS de la caída y resurrección de Alex Taylor a lo largo y ancho de los Estados Unidos de América. Una historia de traición y venganza, que por muy trillada que pudiera parecer, cumplía con creces y nos garantizaba horas de entretenidas carreras con un objetivo claro: desenmascarar al asesino de nuestro hermano y devolver la gloria a los “faiv-tens”.

A diferencia de The Crew (Ivory Tower, 2014), en esta nueva entrega no hay trama. Apenas una mínima referencia a los “faiv” en uno de los tantos intrascendentes monólogos que escuchamos antes de iniciar los eventos. Todo se resume a correr para ser “famoso”. ¿Original, no? No: es el mismo recurso que ya vimos en GRID2 (Codemasters, 2013).

¿The Crew 2 apuesta entonces por el éxito fácil? Nada de eso: la fama cuesta. No cualquiera llega a ser “ícono” —máximo nivel “descriptivo” que podemos alcanzar—. Tampoco es suficiente con ser el mejor sobre 2 o 4 ruedas. Ahora también tenemos que demostrar nuestra destreza en el cielo y sobre el agua, expandiendo los horizontes del fichín de manera exponencial.

Comenzamos al volante de un Chevrolet Camaro ZL1 en el primer episodio —de un total de cuatro— del programa “Live Xtrem Series”, de donde saltamos sin más a una lancha y por último a una avioneta. Estos cambios rápidos entre disciplinas y vehículos tan disímiles constituyen la marca registrada de The Crew 2.

Fuera de estas transmisiones, cuatro casas concentran las distintas categorías y habilidades —trampa de velocidad, escapar, slalom, aerobatics, destrozo de boyas y baja altitud— en las que competir y progresar. Cada una cuenta, además, con un mentor y un rival al que recién nos podremos enfrentar, completados el 70% de los eventos.

Las mismas son: Street Racing, que como su nombre indica se desarrolla por entero sobre 4 ruedas —Street Race, Drift, Drag Race, Hyper Car—; Offroad, para amantes de la naturaleza —Rally Raid, Motocross, Rally Cross—; Freestyle, una por cada elemento —Aerobatics, Jet Sprint, Monster Truck—; y Pro Racing, donde se ponen más serios y rápidos —Power Boat, Touring Car, Air Race, Alpha GP—.

La representación del cuerpo principal de EE.UU. —olvídense de Hawái y Alaska— es abrumadora. Con un tamaño similar al de su antecesor —donde recorrerlo de este a oeste, a bordo de una Ferrari 458 Speciale a 340 km/h, nos toma más de 40 minutos—, está entre los mapas más grandes jamás creados para un videojuego.

Pero más allá de su extensión, lo que nos sigue asombrando, al igual que en The Crew, es la variedad y detalle del entorno. Encontramos las más importantes ciudades como Nueva York, Los Ángeles, Miami, Las Vegas y Chicago, por nombrar solo algunas, con sus edificios y paisajes más emblemáticos —y otros no tan conocidos—. Incluso, lo que hay entre estas grandes urbes tiene una riqueza y diversidad notable: ciervos, búfalos, osos, buitres, flamencos, cocodrilos, en fin, la fauna típica también dice presente.

La manera en la que debe ser jugado The Crew 2

Semejante mundo abierto requiere de una placa poderosa. En nuestro caso, una Nvidia GeForce GTX 1080 Founders Edition, fue más que suficiente para mantener sin pestañear 60 fps con los gráficos al máximo, en 1080p. Además podemos aplicar filtros de post procesamiento en tiempo real, utilizando la aplicación GeForce Experience.

¡Los atardeceres son de película! ¡Y las noches, iluminadas por estrellas o rascacielos! O los cambios estacionales, con sus zonas nevadas. O las intrincadas Montañas Rocallosas, que atraviesan el far west de norte a sur… Podría seguir describiendo hasta el infinito las maravillas visuales y me quedaría corto.

En cuanto a la conducción —cierto que este era un fichín de carreras—, The Crew 2 tiene el mismo tratamiento que su predecesor: arcade hasta la médula. No busquemos rastros de simulación, porque no los vamos a encontrar, al punto que es preferible el gamepad al volante —salvo algún caso puntual donde requerimos de mucha precisión—, teniendo en cuenta que también volamos.

El sistema de vuelo es simple y sencillo —no necesita de conocimientos previos, ni de una elevada curva de aprendizaje—, por lo que resulta muy gratificante. En cambio, el manejo de las lanchas es idéntico al de los autos, pero además debemos mantener el stick izquierdo —dirección— hacia nosotros todo el tiempo, para levantar la trompa y así ganar velocidad. Incómodo.

Las físicas de colisión se corresponden con su concepción arcade. Todo lo que golpeamos —tachos de basura, bicicletas, postes, cercas— sale despedido o queda plantado —casas, árboles, muros—. No hay término medio. Tampoco es fácil desestabilizar a los rivales y el daño que recibimos no pasa de simples raspones, sin penalización permanente —en The Crew cada tanto había que pasar por el taller—.

Resumiendo, si lo que buscan es competir y recorrer, solos o con amigos, por tierra, mar y aire a través de hermosos paisajes yanquis, sin pretensiones de simulación, The Crew 2 tiene todo lo que necesitan y más. [i]

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DESARROLLADO POR: Ivory Tower
DISTRIBUIDO POR: Ubisoft
GÉNERO: Carreras
PLATAFORMAS: Windows, PlayStation 4, Xbox One

QUÉ ONDA: Carreras por tierra, mar y aire, en línea y en solitario, con un mundo abierto, en una impresionante representación de EE.UU.
LO BUENO: Mayor variedad de competiciones y vehículos. Excelentes gráficos, ambientación y banda de sonido. Completo recorrido turístico por EE.UU.
LO MALO: Falta historia. Las rutas y calles parecen excesivamente anchas. Los autos siempre respetan sus carriles. Sigue sin mostrar el detalle de los espejos retrovisores.

Este análisis fue realizado a través de un código de PC provisto por sus desarrolladores.