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Pokémon: Let’s Go, Pikachu! y Let’s Go, Eevee! [REVIEW]

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Gotta play ‘em all!

Tengo que ser siempre el mejor, mejor que nadie más. Atraparlos mi prueba es, entrenarlos mi ideal. Yo viajaré de aquí a allá, buscando hasta el fin. ¡Oh Pokémon, yo entenderé tu poder interior!
Si leyeron esos primeros renglones con la música sonando en su cabeza, es que tuvieron una infancia llena de picor. Pero a no ponerse nostálgicos, ¡porque la infancia está de regreso! (aunque nunca se fue), con una remake por partida doble que nos lleva de vuelta a la década de los ‘90 para hacer lo que mejor sabemos: romper las bol… es decir, ¡lanzar pokebolas!

¿Qué hay de viejo, nuevo?

Pokémon: Let’s Go, Pikachu! y Let’s Go, Eevee! es una remake del, adorado por todos, Pokémon Yellow (Game Boy, 1998) —el cual a su vez estaba basado en la serie de televisión, ¡que al mismo tiempo era una adaptación de los videojuegos originales Red y Green (Game Boy, 1996), adaptaception!—, traído al presente con todo lo que las mejoras tecnológicas implican. Cabe destacar que con este lanzamiento en Switch, es la primera vez que un juego central de la franquicia llega a una consola hogareña, aunque paradójicamente no puede considerarse del todo canónico al tratarse de una remake.

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Esta reversión mantiene la mayoría del contenido original, aunque algunos elementos fueron abandonados en pos de una más propicia integración a los tiempos que corren, reemplazándolos con mecánicas modernas de Pokémon GO.

Al igual que en Yellow, en Let’s Go vamos a recorrer toda la región clásica de Kanto para atrapar los 151 pokemones de la primera generación. Nuestro starter otra vez va a ser Pikachu, siempre y cuando cuenten con esa versión, claro, teniendo ahora la alternativa de empezar con Eevee.

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¡YO TE ELIJO!
Salvo que tengan la chance de conseguir ambos juegos, lo más probable es que deban elegir entre una de las versiones. ¿Cómo saber cuál comprar? Bueno, las diferencias no se limitan sólo al pokémon starter, sino que hay algunas variantes más a tener en cuenta.

En primer lugar, cada edición tiene sus propios pokemones exclusivos para atrapar. Los mismos son:
Let’s Go, Pikachu!: Sandshrew, Sandslash, Oddish, Gloom, Vileplume, Mankey, Primeape, Growlithe, Grimer, Muk, Scyther.
Let’s Go, Eevee!: Ekans, Arbok, Vulpix, Ninetales, Meowth, Bellsprout, Weepinbell, Victreebell, Koffing, Weezing, Pinsir.

Por otro lado, a lo largo del juego, ambos starters pueden aprender unos movimientos especiales (sumamente poderosos) de un NPC específico. La cantidad y tipo varían de una edición a otra, teniendo Pikachu un máximo de tres ataques contra ¡ocho de Eevee!, quien tiene una clara ventaja. Cabe aclarar, que sin importar con qué versión contemos, tanto Pikachu como Eevee pueden atraparse en ambas. Es decir, si tienen el Let’s Go, Eevee!, igual pueden capturar luego Pikachus, y viceversa.

 

Si pasaron su infancia (como nosotros) invirtiendo horas y horas frente a la pantalla del Game Boy, Let’s Go les va a significar un hermoso viaje nostálgico en el que van a poder reconocer un montón de elementos. Pueblo Paleta y el resto de las ciudades colorinches están recreadas prácticamente igual a su diseño original (tienen unas pequeñísimas diferencias intrascendentes), y es un placer poder explorarlas en pantalla grande con texturas y colores en HD.
Ni hablar de la música, ¡oh por jebús esa música…! Compuesta originalmente por Junichi Masuda, fue arreglada en su totalidad por Shota Kageyama (Luminous Arc, Pokémon Black & White, X & Y) y, créannos, suena mejor que nunca. ¡Van a querer poner el volumen de la tele al palo y que los vecinos sepan que están sumergidos en una aventura Pokémon! Escuchen sino:

¿Recuerdan cuando eran niños y tenían que pasar por una odisea para conseguir una copia de Pokémon Yellow en español (a menos que manejaran el inglés desde chiquitos), y luego soportar la traducción española tan poco oriunda para nosotros? Lo bueno es que Let’s Go, cumpliendo con la norma actual, tiene incluídos una multitud de idiomas de entrada. Lo malo es que, increíblemente a esta altura del partido, el único español que trae es el gallego. ¡Vamos tío, que una opción latinoamericana hubiera sido la leche, esto no mola!

¿Qué hay de nuevo, viejo?

A pesar de que Let’s Go se trate de una remake, las diferencias con el fichín original son notables. De todos los cambios, hay dos que son los más importantes. En primer lugar, los enfrentamientos con pokemones salvajes no se originan de encuentros aleatorios. Los bichores ahora son visibles en el escenario y podemos observar sus movimientos.

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Diganle “chau” a gastar largas horas caminando en círculos por pastizales hasta encontrar el pokemon que buscábamos, luego de decenas de combates y desgastantes pantallas de carga. La exploración se hace muchísimo más entretenida, sobre todo en las cuevas, que ya no representan la pesadilla laberíntica de antes al poder esquivar a conciencia los encuentros no deseados.

La segunda gran modificación (y quizás la más radical) que vamos a encontrar, es que se omitieron los combates contra los pokemones salvajes. Let’s Go importa directamente la mecánica central de Pokémon GO, eliminando la fase de pelea y convirtiendo los encuentros en un minijuego de captura. Al igual que la versión mobile, vamos a tener que apuntar a la criatura basándonos en un círculo central decreciente y prestando atención a sus movimientos y gestos de ataque.

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Acá entran en juego los sensores de movimiento de los Joy-Con, ya que para lanzar la pokebola debemos simular el movimiento entero con nuestro cuerpo y el control en mano. Si bien al principio resulta muy divertido y hasta gratificante, la triste realidad es que el motion control está mal implementado. Es muy difícil apuntar, controlar los tiempos, y aún más que el juego reconozca con precisión la dirección de nuestro lanzamiento. Es sostenible durante la primera mitad de la aventura, pero luego, cuando los pokemones se vuelven más ariscos e inquietos, se torna una pesadilla.
Ahí la solución es pasar al modo handheld, siempre y cuando estemos de acuerdo con la disminución de tamaño de pantalla (al no usar la tele) y calidad del sonido. El modo portátil facilita mucho la experiencia, ya que para apuntar hay que mover la consola y apretar un simple botón para lanzar. Una pena que no haya una opción para hacer lo mismo con los Joy-Con.

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El resto de los controles están correctos, no son una maravilla, pero cumplen su función. Puede que al principio cueste un poco navegar por la interfaz —dado que sólo utilizamos un Joy-Con en una mano—, aunque lo más extraño es la polémica decisión que tomaron de dejar botones libres sin funciones asignadas. Es incomprensible que, por ejemplo, no exista un atajo para abrir el mapa sin tener que entrar a buscarlo en la mochila. Lo más probable es que el causante de esto haya sido la Poké Ball Plus y la necesidad de adaptar el fichín a su integración.

 

CON LAS POKEBOLAS BIEN PUESTAS
Poké Ball Plus es un accesorio que reemplaza el Joy-Con y fue lanzado como dispositivo específico para Let’s Go (aunque también puede usarse con el Pokémon GO). Posee sólo dos botones: un stick en el centro de la pokebola (que también se puede clickear), y otro más superior —además de sensor de movimiento—. Si bien con ellos ya se pueden realizar todas las funciones básicas, la escasez de botones obstaculiza un poco la exploración de menúes y opciones.

Aparte de cubrir la utilidad del Joy-Con, la Poké Ball Plus dispone de otras capacidades. Cada vez que intentamos atrapar un pokémon, el dispositivo vibra y desprende luces tal cual en el juego, además de emitir el sonido típico de cada especie una vez capturado. También es posible transferirle un pokémon y llevarlo a pasear. Mientras esté cargado en la pokebola, si la agitamos con suavidad va a responder como si interactuara con nosotros; y al devolver la criatura al juego, luego de haberla paseado un tiempo, vamos a obtener recompensas.

Otro detalle muy especial: cada Poké Ball Plus trae un Mew para que transfiramos a Let’s Go, siendo esta la única forma de obtenerlo.

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Volviendo al tema de los pokemones salvajes, ¿esto quiere decir que ya no vamos a luchar más? ¡Claro que no! Los NPC entrenadores dispersos por el mundo van a seguir siendo nuestro nexo con los combates como siempre (al igual que los gimnasios).
Sin embargo, el cambio con los encuentros salvajes genera un temor colectivo inevitable —y muy bien fundado— del cual nosotros también formamos parte a priori, a que Let’s Go sea monótono y aburrido. Pero en contra de todo diagnóstico, nos vimos sorprendidos al descubrir que esta nueva fórmula funciona, y muy bien. Hay un ahorro importante de tiempo y desgaste al evitar el repetitivo ritual de bajarle la vida a un pokémon para que sea apto de atrapar, eliminando esos molestos momentos clásicos de “derrotó a todos mis pokemones antes de lograr bajarle la vida”, “no logro dormirlo” y el hit del verano: “¡pucha, se me fue la mano y lo maté!”.

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Entrenar a nuestros pokemones sigue implicando más o menos la misma dinámica para nosotros, pero debe haber sido un dolor de cabeza a nivel diseño para Game Freak. A pesar de que los combates aleatorios ya no existen, atrapar a un pokémon nos da experiencia a toda nuestra party (mucha más que las peleas contra entrenadores). Pero claro, capturar uno requiere de, mínimo, una pokebola, y ¿dónde se consiguen las pokebolas? Nos las regalan los NPC derrotados y/o se compran. Esto quiere decir que el acto de entrenar requiere indirectamente de un gasto monetario, lo cual no es un detalle menor, porque el dinero es limitado al igual que la cantidad de NPC existentes.
Esta relación costo-experiencia al principio nos asustó, pero por suerte estamos hablando de Game Freak, que la tiene clara y logró un balance perfecto entre ambos. Sin haber forzado ninguna situación, jamás nos quedamos sin patacones para seguir entrenando.

Let’s Go incorpora otras variaciones por demás importantes que valen la pena detallar. Por ejemplo, los HM (Hidden Machine) fueron eliminados por completo y reemplazados por “Secret Techniques” que Pikachu o Eevee pueden aprender. De esta forma ya no vamos a tener que estar pendientes de llevar encima algún pokémon con Cut, Fly y Surf, porque estas habilidades pasivas de los starters hacen el trabajo y sin ocupar slots de movimientos.

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A los 151 pokemones básicos de siempre, se les suma ahora sus formas Alola —de Sun & Moon— adquiribles a través de distintos NPC y, por supuesto, transfiriéndolos desde Pokémon GO, al igual que su legendario exclusivo Meltan y su evolución Melmetal.
Hablando de Pokemon GO, Let’s Go nos permite importar los pokemones que hayamos atrapado en el juego mobile (siempre y cuando sean de la región de Kanto), los cuales van a parar al GO Park, la nueva versión del viejo y conocido Safari Zone. Una vez ahí, debemos interactuar con ellos para iniciar una fase de captura. Aunque es de agradecer que no hayan sucumbido ante la sencillez e implementado este intercambio en forma de minijuego y no un simple traspaso y nada más, el lado negativo para todos los que ya no juegan (o nunca lo hicieron) pokémon GO, es que se quedan afuera del Safari.

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Let’s Go es un juego fácil. Bastante fácil. Ojo, no porque sea algo estrictamente malo, quizás todo lo contrario. Hay una tendencia de diseño a simplificar todo, algunas cosas para adaptarlas a los estándares de hoy, y otras para abrirle las puertas a un público nuevo. Está muy clara la intención de orientar esta remake a los jugadores más jóvenes —quizás para preparar el terreno para la nueva entrega de la saga el año que viene— convirtiéndolo en un paseo más agradable y ameno que su contraparte original de los ‘90, que era mucho más desafiante.
Parte de esto está sustentado en el nuevo modo co-op. ¡Sí señor! Let’s Go incorpora un multijugador local para pasarle un segundo control a un amigo y sentarse los dos en el sillón a atrapar pokemones. Esta función se aplica tanto para caminar por el mapa, las capturas, y las batallas contra entrenadores, que se terminan convirtiendo en un bullying humillante contra los pobres NPCs.

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Si tienen la suerte de poseer una Switch en sus hogares, Let’s Go es un obligado, hayan jugado o no el Pokémon Yellow original de hace 20 años atrás. Además, qué mejor forma de pasar el tiempo mientras esperamos a que nos llegue el flamante juego (esta vez canon) en algún momento del año que viene. Porque ya saben: sólo tienen que atraparlos ya. Atraparlos ya, ¡Pokémon! [i]


DESARROLLADO POR: Game Freak
DISTRIBUIDO POR:
Nintendo
GÉNERO: RPG
DISPONIBLE EN: Nintendo Switch

QUÉ ONDA: Espectacular remake del Pokémon Yellow para Switch, adaptada a los tiempos modernos.
LO BUENO: Se ve hermoso y suena aún mejor. Buena readaptación de mecánicas antiguas a la actualidad. ¡Tiene co-op local! La decisión de hacerlo más fácil para el público casual/joven fue acertada.
LO MALO: El sensor de movimiento de los Joy-Con da dolor de cabeza. No tiene traducción a español latino. No le vendría mal un más profundo ajuste de controles.

Este análisis fue realizado a través de un código de Switch provisto por sus desarrolladores.

 
 
 
 
 

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