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RAD [REVIEW]

Según el Dr. Eric Thuermanaentang, el ser humano pierde un 2% de capacidad de sorpresa por cada año vivido. Por ello, no sorprende que seamos la especie responsable de echarnos no uno, sino dos apocalipsis nucleares. Sí, uno tras otro, como cachetada de loco. Esta es la premisa y el punto de partida de RAD, pero también forma parte de su actitud: un juego que hace de la exageración un arte.

No descubrimos la pólvora diciendo que Double Fine encontró, hace años, un tono que le resulta cómodo. De la mano del muy querido Tim Schafer, mantiene ese registro en casi todos sus desarrollos, como parte de la marca. RAD no es la excepción, un juego que se toma el “post post” apocalipsis casi en joda y de a sorbitos, con tres cucharaditas de extravagancia.

RAD POWERS PODERES

Ante todo, Rad es un roguelite que desarrolla la acción desde una perspectiva isométrica. Nuestra misión, nada más ni nada menos que hacer del mundo un lugar menos agresivo y radioactivo para el ser humano. Porque a pesar de un inusual colorido para juegos con esta ambientación, ahora el mundo es un lugar peligroso: hábitat natural de mutantes, que parecen salidos de una pesadilla lisérgica ochentosa.

Entonces, ¿cómo podemos conseguir nuestro objetivo, siendo tan sólo un adolescente armado con un bate de baseball? La respuesta es simple: combatiendo fuego con fuego.

RAD: ¡Mutame y decime “MARTA”!

Ser el héroe de turno, en este juego, conlleva un gran sacrificio. Cada enemigo abatido libera de su cuerpo una determinada cantidad de radiación, la cual en RAD es equivalente a puntos de experiencia. Al acumular suficiente — AKA Level UPnuestro cuerpo experimentará una mutación, lo que equivale a un nuevo poder. Esta mutación parece ser al azar, a no ser que la obtengamos de determinados altares. Esto no nos gustó mucho, ya que no da libertad para elegir que enemigo farmear y así armar nuestro set de mutaciones preferido.

Por supuesto, en el diseño de poderes y habilidades, Double Fine también sube la apuesta y pone todas las fichas en la extravagancia. Con mucho ingenio para el absurdo y excelentes animaciones, podemos desarrollar alas de murciélago, sacarnos la cabeza y arrojarla como una granada o dejar una estela de ácido en el piso, por nombrar algunas.

De lo anterior se desprende una cantidad y variedad adecuada para que, entre poderes activos y pasivos, el abanico de combinaciones en cada run sea muy amplio. Y, además de estas mejoras, también podemos comprar artefactos y habilidades a cambio de cassettes y disekettes de 5 ¼ ‘’ (como para rematar el sello ochentoso).

No obstante, a diferencia de otros roguelite, aquí no apreciamos que la pendiente de dificultad se haga más amena en las primeras etapas a medida que desbloqueamos mejoras. Algo anda mal en el diseño procedural, porque el desafío apenas varía, dependemos demasiado del azar para poder llegar a buen puerto.

El roguelite y la muerte

Si Jorge Bucay se dedicara al gaming, ese sería un buen título para un libro suyo. O alguno que quiera plagiar, qué más da. A lo que queríamos ir es que la muerte en un juego de este género es algo más que importante. Con lo cual, no debe quedar absolutamente ninguna duda que cada una de las palmadas fue única y exclusiva responsabilidad nuestra.

rad double fine

Lo anterior, en RAD, no siempre ocurre. Por ejemplo, algunos patrones ofensivos interrumpen ataques rivales, aunque no siempre. A veces, los enemigos deciden que no se les da la gana interrumpir la acción y nos dan una hostia que nos dejan dando vueltas. Por otra parte, pese a tener un control bastante responsivo, muchas veces no tenemos idea de por qué un golpe no impactó, lo cual puede derivar en estirar la pata.

Pese a sus inconsistencias y simplezas, RAD es un juego con una excelente estética, divertido y dinámico, con una banda de sonido que la rompe. Cumple con las expectativas clásicas que solemos albergar en un juego de Double Fine. Es cierto, si tenemos que hacer un top ten de roguelite, este juego no entra ni de casualidad. Pero a fuerza de extravagancia, ritmo y personalidad, es una muy buena opción a considerar si disfrutan del género o de la obra del desarrollador. [i]


DESARROLLADO POR: Double Fine Productions
DISTRIBUIDO POR: Bandai Namco
GÉNERO: Acción, Aventura, Roguelite
DISPONIBLE EN: PlayStation 4, Xbox One, Nintendo Switch, PC

QUÉ ONDA: La impronta de Double Fine en un roguelite isométrico.
LO BUENO: La estética y música ochentosa. El diseño de las mutaciones. Es divertido de jugar, aunque a veces la mala suerte nos hace meditar la desinstalación. La narración en off, incidental y dinámica al estilo Bastion, suma mucho.
LO MALO: Casi no se percibe la relación entre progresión y dificultad. Nuestra construcción (build) depende demasiado del azar. Algunas desprolijidades en lo responsivo y en la mecánicas de combate.

El análisis de RAD fue realizado a través de un código de PC provisto por sus desarrolladores.

  • CALIFICACIÓN75%
75%

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