Call of Duty: Modern Warfare [REVIEW]

Un regreso con gloria

El bosque es espeso, el aire está pesado y pegajoso y la niebla es un tamiz que impide que la luz de la luna llegue hasta donde estamos. Estamos nerviosos y puedo sentir el rostro perlado por el sudor. El enemigo se acerca hablando ese idioma que no quiero entender. Son ellos o nosotros.

El capitán nos dice que hagamos silencio, pero mis tripas no obedecen órdenes y una parte de mi quiere salir al mundo exterior. ¡Ahora no! Aprieto los dientes, y aprieto todos los orificios con éxito, pero nos ordena avanzar y patino en el barro. En el esfuerzo por no caer se me afloja todo y ocurre lo inevitable. El enemigo dispara y desde el piso, sin mirar abrimos fuego y milagrosamente seguimos con vida. Volvió la alegría, volvió Call of Duty: Modern Warfare. Y zafamos de pedo, por un pedo.

Cuéntame la historia de Call of Duty: Modern Warfare, abuela

Hace 12 años nos explotaba la cabeza con Call of Duty 4: Modern Warfare. Era la cuarta entrega pero, esta vez, la historia nos transportaba al presente.  las armas eran modernas y —como parte de un grupo militar de Élite— nos agarrábamos a tiros en medio oriente y Rusia intentando sofocar una revuelta antes de que pase a una escala mayor.

Con este nuevo capítulo rompieron una marca, vendieron 7 millones de copias en dos meses y cosecharon más de 13 millones de dolarucos en los siguientes dos años. Fue el videojuego más vendido del 2007, y como todo lo que tiene éxito, lo exprimieron. Vino una segunda parte y por mucho tiempo se olvidaron de que alguna vez esto arrancó en la WWII. Para cuando se acordaron y volvieron a las raíces, no les fue muy bien. Nos quedó la cabeza atascada en el mítico Modern Warfare.

La última entrega (CoD Black Ops IV) fue más un mercado persa de opciones multiplayer que un juego, pero el soporte constante para todas sus modalidades y el solo hecho de llamarse “Call of Duty” los mantuvo a flote. Lo que nunca pudieron fue apagar ese hambre por una campaña decente o esconder ese tufillo a refrito visual.

Para este año, Infinity Ward y Activision vuelven en busca de esa fórmula mágica que no falló. Y lo llamaron así, “Modern Warfare” a secas, tal vez en un intento de sacudirse el polvo y decir “acá estamos”.

Ah, pero ¿no era que la gente no quería?

El año pasado desistieron de incorporar una campaña para un jugador, pero está claro que algo faltaba. Modern Warfare vuelve a la carga con esa añorada característica, trayendo de visita —una vez más— al viejo y querido Capitán Price.

Los engranajes de Call of Duty Modern Warfare comienzan a girar cuando Omar “El lobo” Sulaman se hace con un cargamento de gas letal.Trabajamos contra reloj para recuperarlo, pero nuestro intento falla, por supuesto, porque sino no habría una historia. El resultado es un atentado en medio de las calles de Londres.

Así, en pleno Picadilly, uno de estos fanáticos baja de una camioneta y se detona frente a la incredulidad de los transeúntes. Todo se convierte en caos, destrucción y confusión. La gente corre, hay gritos y los terroristas abren fuego. Es difícil saber quién es civil y quién está disparando.

En medio del desconcierto,nos convertimos en Kyle Garrick —-un oficial de la policía metropolitana—-, intentando poner las cosas en orden, hasta que aparece Price a darnos una mano y con quien generamos un vínculo a partir de ese momento.

Pasado este punto, la acción es frenética y constante. Nos arrastra a empujones desde las calles de Europa hasta las de medio oriente, siguiendo el rastro de los agresores. Allá hacemos equipo con Farah Karim y su hermano Hadir, que luchan por su pueblo y esta gente no hace más que complicarles la existencia.

Modern Warfare no se guarda nada. Es casi una película bélica con 10 horas de acción ininterrumpida en las que somos el protagonista. Cruda, descarnada, violenta y con muchos cuestionamientos acerca de lo que está bien y lo que está mal. ¿Cuáles son los límites?

Hay momentos importantes y fuertes que nos llevan de inmediato a aquella cuestionable escena de masacre en el aeropuerto de Modern Warfare 2. Siempre está presente ese cuestionamiento interno que deben tener quienes realmente fueron entrenados para este tipo de situaciones y nosotros agradecemos ese cachetazo de realismo, esa invitación al debate interno.

Al motor de Call of Duty Modern Warfare sí le da la nafta

Modern Warfare te sacude de una cuerda de ring a la otra constantemente, y ahora sí, con un nivel gráfico que nos arrancó un “¡epa, qué lindo se ve esto!”.

Año tras año se veía que hacían ajustes visuales, pero esta vez el salto sí puede verse con claridad. Las luces, la niebla las texturas y los efectos gráficos son un claro ejemplo de todo el trabajo que han puesto en este nuevo episodio de la saga que lleva la vara mucho más alto.

La física también sufrió importantes cambios, que pueden apreciarse claramente incluso en el movimiento de la ropa por el viento. La paleta de colores fue cuidadosamente trabajada para acercarse a la realidad sin perder ese “toque cinematográfico” que tiene de principio a fin.

Modern Warfare mejoró también la geometría para acompañar el boost de las texturas, y ahora es cinco veces superior a las entregas anteriores. Esto permite no solamente mejorar los detalles de un personaje, sino manejar una mayor cantidad de ellos en un plano abierto, con sus propios movimientos físicos e iluminación. Hay escenas donde se manejan unos 8 millones de triángulos procedurales en simultáneo sin afectar a la performance general.

Estos cambios son una movida clave para sentar la nueva base para un franquicia que puede por momentos parecer dormida. El nuevo motor que quita el polvo a Call of Duty: Modern Warfare y lo pone una vez más en carrera.

Las secuencias cinemáticas siempre fueron buenas pero ahora rozan la perfección. El nivel de detalle es tremendo y el salto al gameplay es casi imperceptible.

Call of Duty: Modern Warfare Multiplayer, un párrafo aparte

Una vez liberada la euforia del modo historia que tanto extrañábamos, vamos a lo que nos quita el sueño: la experiencia multiplayer.

Hoy tenemos una epidemia de Battle Royale. A todo lo tiran en una caja y que se agarren a trompadas hasta que quede sólo uno. Tienen 10 cucarachas, las ponen en una caja hasta que quede una. Se sacan 10 mocos y los pegan abajo de la mesa hasta que se despeguen y sólo quede uno. Una modalidad de la que también se colgaron Call of Duty y Battlefield cuando ya casi todos la usaron hasta el hartazgo.

En 1986 Christopher Lambert medía quien tenía la espada más larga en Highlander. Espadeaban hasta que quedaba sólo uno. En el año 2000, Kinji Fukasaku se colgaba de las bolas de Highlander y llevaba ese concepto al cine oriental, tirando a 42 colegiales ponjas en una isla para que se maten hasta que quede uno.

En el mundillo del gaming, el Highlander vendría a ser PUBG (PlayerUnknown’s Battlegrounds) y el Battle Royale estaría interpretado por Fortnite. Ya está, dejemos de refritar. Call of Duty  se colgó de esa movida junto a Battlefield el año pasado y todo parecía indicar que este año iban a volver a hacerlo, pero gracias a dios no. Modern Warfare parece haber entendido, y prueba en otra dirección.

Lo primero que nos ofrecen es Partida rápida, que es como un tapeo de todas las modalidades disponibles para que le demos una probadita a todo y podamos decidir que nos gusta más.

La Guerra terrestre, nos revolea en un conflicto a gran escala para cocinarnos a balazos. 64 almas virtuales se tiran con todo lo que tienen incluyendo vehículos terrestres y aéreos. Entre tiro y tiro hay que capturar y defender objetivos que permiten el respawn de nuestros compañeros. Tiene perfume Battlefield, Nada nuevo por aca.

Tiroteo, nos empareja con otro jugador para una lucha 2 contra 2 en un espacio chico. Partidas cortas y frenéticas, ideales para pasar un rato divertido. Las armas van cambiando en cada round obligando a replantear estrategia. Gana el dúo que más victorias acumula.

En Contra todos, hay que revolearte balazos a todo lo que se mueva y cuando se llega al límite de puntos se termina el partido. Ganan los primeros 3 (¡en tu cara Battle Royale!).

Para Reglas Tácticas (uno de los que más disfrutamos) dos equipos de 4 sacuden plomo en el afán de capturar y retener los puntos que van cambiando de ubicación. Un team captura y el otro defiende. Adrenalina y acción sin respiro con una modalidad que te obliga a recorrer todo el mapa.

Todas estas opciones te permiten subir el nivel de Pj liberando nuevas armas y perks para mejorar el rendimiento del arma y cambiarle los skins. Cada fierro es a su vez “leveleable”. Cuanto más tiempo usamos la misma más le subimos el nivel.

Pero aquí no termina la oferta. En un menú aparte hay opciones cooperativas donde lo más rescatable es Operaciones especiales. Y acá está la papa y la novedad. Te agrupa con otras tres personas, y los cuatro tienen que bancar los trapos en una locación. El enemigo tira con todo lo que tiene, y cuando decimos “con todo”, es con todo. Morteros a la distancia, camionetas cargadas de enemigos por un lado y una cascada de enemigos que baja por el otro. Si cae un compañero, puede defenderse con arma de mano hasta quedar inconsciente.

Es clave levantar a los compañeros caídos si queremos sobrevivir a las tres oleadas de enemigos que vienen cada vez más picantes mientras sigue el fuego de morteros. Entre cada oleada nos cae algún “ayudín del cielo” y hay unos segundos para dejar puestas algunas trampas. Hecho esto hay que aguantar hasta que nos evacuen, una tarea titánica y prácticamente imposible.

Si fracasamos no hay recompensa, no subimos de nivel. Arremánguense y pónganse los pantalones largos, esto no es para flojos o jugadores con mecha corta y poco umbral para la frustración. Esta modalidad continua de alguna manera la historia singleplayer (no queremos spoilear pero les recomendamos que antes de hacer esto, terminen primero la campaña) con más horas de juego y nuevas cinemáticas.

También hay una opción de Cinemáticas, pero solo agrupa las cutscenes de Operaciones especiales para que podamos ir repasando los avances.

Tanto en multiplayer como cooperativo hay una opción de partida privada para que podamos customizar algún encontronazo bien customizado y con amigotes.

Por el momento, la parte multiplayer es modesta y con pocas novedades, pero conociendo los lanzamientos de Call of Duty esperamos mejoras y más contenido que termine de contentar a quienes sientan sabor a poco. Tampoco hay modo zombies, y con los empachados que venimos de juegos, dlc y series, aplaudimos la decisión. A cruzar los dedos y disfrutar todo lo que hay mientras tanto.

Resumime los 10.000 caracteres que me da paja leer todo

Call of Duty Modern Warfare vuelve a la fórmula que mejor le funcionó y lo hace con éxito. Regresa con una historia Single Player fuerte, polémica y que plantea una escala de grises sobre lo correcto e incorrecto. El nuevo motor gráfico explota de alegría visual y es el cliffhanger perfecto para seguir jugando después de las 10 horas de campaña. Si suman contenido Multiplayer post lanzamiento, es el Call of Duty perfecto.

Si son fanáticos de los fps, éntrenle. Si son fanáticos de la saga, éntrenle. Si son fanáticos de los Modern Warfare, éntrenle porque van a explotar de alegría. Y si no les gusta nada de todo esto y llegaron hasta acá, éntrenle también, es el mejor Call of Duty en años y no se van a arrepentir. [i]

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DESARROLLADO POR: Infinity Ward, Raven Software, Beenox, High Moon Studios
DISTRIBUIDO POR: Activision
GÉNERO: Acción en primera persona
DISPONIBLE EN: Ps4, Xbox One, Battle.net

QUÉ ONDA: Vuelve Call of Duty a la fórmula infalible.
LO BUENO: Los gráficos, la historia, multiplayer con pocas opciones pero muy efectivas. El mejor Call of Duty en años y buena idea continuar la historia en un modo multiplayer cooperativo.
LO MALO: por Jebús pongan más contenido multiplayer.

Este análisis de Call of Duty Modern Warfare fue realizado a través de un código de PC y PS4 provisto por sus desarrolladores.