Robert Brooks (69), el chairman de Hooters, la cadena gringa de restaurantes atendidos por pulposas camareras embutidas en ajustadísimos pantaloncillos naranjas y musculositas ceñidas a imponentes delanteras, acaba de pasar a peor vida (mejor vida era cuando vivía y estaba rodeado de camareras).
El primer Hooters abrió sus puertas en 1983, y un año más tarde ya lanzaba jugosas franquicias.
Hoy los locales son 425, distribuidos en 20 países y los empleados suman 25000 (de estos, 15000 pulposas señoritas conocidas como “Hooters Girls”).
La firma fue reiteradamente criticada por “explotar a mujeres atractivas”, a lo cual la compañía responde: “algo tan ridículo como decir que la Liga de Fútbol Americano explota a hombres que son grandes y rápidos”, agregando que “las Hooters Girls tienen el mismo derecho a usar su sex appeal natural para ganarse la vida que Cindy Crawford o Naomi Campbell”.
Lo gracioso del caso es que, en 1997, un grupo de hombres en Chicago llevó a Hooters a la corte alegando que “sólo contratan mujeres para los puestos de camarera”.
Por Rodrigo “Rolo” Peláez