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Return of the Obra Dinn [REVIEW]

obra dinn HEAD

“El infinito en la palma de tu mano y la eternidad en una hora”

Se terminaba el año 1802 y un enorme barco mercantil de 800 toneladas, el Obra Dinn, zarpaba del puerto de Londres rumbo a Oriente. Medio año más tarde ni siquiera había arribado a su puerto de repostaje. Dada la más que exagerada e inusual demora — amén de no hallar rastro alguno de naufragio— fue declarado “perdido en el mar”.

Obra Dinn guide

Pasaron casi cinco años, cuando desde la costa del puerto de Falmouth vieron la figura de un barco recortada en el horizonte. El Obra Dinn había regresado, con algunos daños visibles, sin poder avistar a su tripulación desde la costa. ¿Un barco fantasma? ¿Un accidente? ¿Un motín?

Como investigador de seguros, ante la posible ejecución de una millonaria póliza, debemos elaborar un muy detallado informe sobre lo ocurrido. Claro que unas circunstancias tan extrañas, requieren de herramientas y una metodología aún más extraña. Prepárense, pocas cosas son normales en Return of the Obra Dinn.

En principio, mirando por encima, podríamos decir que Lucas Pope (su creador) no pegó un gran salto en ambición técnica, desde su Papers, please a este Return of the Obra Dinn.

Sin embargo, les aseguramos que este nuevo trabajo supera con creces su obra previa. Es decir, no se dejen engañar, purretes. Bajo su estética añeja —donde, a pesar de su jugabilidad en tres dimensiones, nos recuerda a la época dorada de la aventura conversacional— se esconde un juegazo de la hostia. Una belleza dura, monocroma y pixelada, pero que potencia con creces una ambientación y un clima de suspenso paranormal perfecto.

Obra Dinn walk

El regreso del Obra Dinn

Además de una colosal embarcación, estamos ante un gigantesco rompecabezas, retorcido y espeluznante. Comenzamos la aventura navegando en un pequeño bote —que nos acerca hasta el fantasmagórico barco— tripulado por un hosco marinero, con un olfato impecable para el peligro y lo macabro. Tan es así que se hace el dolobu todo lo que puede para evitar acompañarnos a bordo.

Tras una breve inspección de la desierta cubierta, volvemos al bote para buscar un maletín con materiales de trabajo, enviado por nuestro empleador. Encontramos un cuaderno de notas, proporcionado por un tal Henry Evans, que nos solicita esclarecer hasta el último detalle de lo sucedido. El cuaderno viene acompañado por varias fotos de la tripulación, unos planos de diferentes zonas del barco y la lista de pasajeros. Y muchas hojas en blanco, para ir narrando una historia que ya ocurrió y… ¿volverá a ocurrir?

Obra Dinn book

El misterio del Obra Dinn

La otra herramienta que nos suministran es un misterioso reloj de bolsillo, el cual nos da una extraña vibra apenas lo tomamos. Una vez equipados y ya de vuelta a bordo del barco, no tardamos demasiado en toparnos con el primer cadáver, una maraña de huesos y ropa percudidos por la acción del tiempo, Sol y el agua salada.

Ante esta imagen macabra, usamos el reloj por primera vez y conocemos su verdadera función: como si fuera la caja de resonancia que amplifica un eco del pasado, nos permite ver y recorrer con libertad un instante congelado en el tiempo.

Obra Dinn resolution

Es decir, como una fotografía en tres dimensiones que inmortaliza los segundos previos a ocurrir el hecho, ya sea un accidente, un asesinato, o… cosas que tal vez no pueden explicarse con palabras (manera algo elegante y lovecraftiana de evitar el spoiler).

Así, nos convertimos en testigos de un hecho con casi un lustro de antigüedad, donde vemos la escena y a sus protagonistas, ya sea involucrados de manera directa o meros observadores del suceso, inmóviles como estatuas que nada saben del paso del tiempo.

Obra Dinn clock

Elemental, mi querido… ah, no hay nadie

De esta forma, comienza nuestro verdadero trabajo, que no es otro más que redactar lo ocurrido con cada una de las sesenta almas a bordo. Por un lado, deberemos deducir la causa de la muerte donde, a pesar de estar presenciando el momento justo, no siempre es tan evidente como parece.

Por otra parte, debemos identificar a la víctima. Aquí no podemos poner “el chabón de los bigotes como Dalí”, debe ser su nombre exacto. Recuerden que solo contamos con fotos de rostros anónimos, una lista de la tripulación con nombre, cargo y nacionalidad y no mucho más. La cosa comienza a complicarse y debemos atar todas las pistas posibles para conocer los datos concretos.

Por último, si fuera el caso, debemos registrar el nombre de su asesino. Y aquí estamos en la misma situación y debemos seguir el mismo procedimiento que con el nombre de la víctima. Una pavadita… ¿Alguien tiene el número de Sherlock, plis? En lo posible el de Cumberbatch, si no el de Downey Jr. está bien. Si solo tienen el de la versión norteamericana… mejor dejen, no se molesten. Pero revalúen sus gustos, por favor.

Obra Dinn

Fragmentado

Return of the Obra Dinn nos obliga a exprimir nuestros cerebros, estar atento a cada sonido o cada conversación en nuestros viajes temporales y unir detalles aún cuando parezcan sutiles e incluso insignificantes.

Poco a poco, sentiremos la euforia que genera resolver cada parte del enorme rompecabezas, algo increíblemente satisfactorio. Incluso tenemos situaciones donde, en un viaje a una “postal del pasado”, realizamos un nuevo salto dentro de la postal hacia otro momento, como si fuera una especie de “Inception” ochentoso. Morimos de amor.

En consecuencia, la espectacular narrativa no solo va en reversa, sino que está fragmentada y desordenada de una manera en que, contemplando giros y contragiros, bien podría haber sido producto de mentes geniales como la de los hermanitos Nolan.

Llegado un punto podemos seguir la línea cronológica como se nos ocurra, hacia adelante o hacia atrás, algo que se siente increíble al tiempo que nuestro cráneo parece inundarse de signos de interrogación.

Mareado, pero no por el vaivén Obra Dinn

Debido a la cantidad de información que debemos manejar desde el principio, es posible que los abrume un poco. Por favor, no lo abandonen, es el tipo de juego que cuanto más usemos sus mecánicas y más misterios resolvemos, más ligero lo sentimos. Es decir, un rompecabezas de 500 piezas puede parecer gigante, pero cuando nos faltan solo 50, no lo sentimos tan invencible.

Return of the Obra Dinn no nos lleva de la mano, pero tampoco nos abandona. El resultado de ello, sumado a una historia y una narrativa impecable — que resulta en sí misma un rompecabeza— es un juegazo que revoluciona nuestro ingenio y poder deductivo. Elemental, mi querido Mico. [i]


DESARROLLADO POR: Lucas Pope
DISTRIBUIDO POR: 3909 LLC
GÉNERO: Aventura gráfica, Puzzles
DISPONIBLE EN: PS4, Nintendo Switch, Xbox One, Windows.

QUÉ ONDA: Un impecable juego de resolución de puzzles con muchos giros y sorpresas.
LO BUENO: La ambientación, estética y banda sonora. La historia. El manejo de la línea temporal. Desafiante y satisfactoria experiencia de investigación. En conjunto es una ejecución casi perfecta.
LO MALO: Nos deja con un dolor de cráneo increíble, pero aullando por más y tiene prácticamente cero rejugabilidad. Pocas, muy pocas, deducciones están un poco forzadas (aunque cabe la posibilidad de que no nos haya dado las neuronas y pegamos de puro culo mago)

Este análisis de Return of the Obra Dinn fue realizado a través de un código de Nintendo Switch provisto por sus desarrolladores.

  • CALIFICACIÓN85%
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