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Star Wars: The Rise of Skywalker [CINE]

¡Que emoción, al fin vamos a ver a Baby Yoda en la pantalla grande!

Llega a su final una historia que comenzó allá por 1977 (por suerte los nerds no envejecemos) y tiene a millones de fanáticos entusiasmados, aunque también atemorizados. The Rise of Skywalker promete ser una explosión de nostalgia, peleas de sables de luz y sorprendentes revelaciones. ¿Cumple con las expectativas, o es otro engaño Sith para debilitar a la resistencia?

Pocas sagas tienen una fanbase tan grande y diversa como Star Wars, cosa que genera reacciones muy contrastadas: del amor ciego al odio visceral. De esta manera, las dos trilogías que siguieron a la original también ha sido criticadas desde dos puntos de vista contrarios: a los episodios I, II y III se les marcó ser demasiado diferentes o alejarse de la premisa original con tal de abusar del VFX, y ahora a los VII, VIII y IX se los acusa de ser demasiado parecidos a la propuesta original, o al menos eso sucedió con The Force Awakens.

Por lo que, no importa lo que pase, es imposible que esta película deje satisfechos a todos, y las recientes críticas así lo demuestran. Sin embargo, es muy probable que suceda lo que ya todos sabemos: ya sea que la alaben o la defenestren, va a ganar una montaña de dinero –y eso sin contar el merchandising–, que es lo que a fin de cuentas le importa a Disney. Además del hecho de que este “final” no es tal, pues una nueva trilogía ya está en marcha y llegará en 2022.

Pero basta de contexto: ¿Qué nos ha parecido The Rise of Skywalker? La batalla final entre la resistencia y la Primera Orden, el momento de resolución de la historia de Kylo Ren y Rey, quien todavía busca descubrir sus origines y su destino. Todo indica que será el fin para una de las dos facciones, los Jedi o los Sith.

J. J. Abrams vuelve a hacerse cargo luego que Rian Johnson tomara las riendas de la segunda entrega, y parece que no han estado del todo de acuerdo sobre hacia dónde querían llevar la historia: se nota que hay muchas cosas que han ido recalculando sobre la marcha e intentando responder a los reclamos del público. Algunos eventos y personajes que se construyen en The Force Awakens y The Last Jedi quedan en segundo plano o toman caminos algo inesperados, pero no necesariamente en el buen sentido: no es que la trama tenga un giro sorpresivo, sino más bien parece que había que apresurarse para cerrar las cosas.

Y es que tenían sobre sus espaldas la responsabilidad de lograr un buen cierre, de apaciguar a los fans y darles lo que pidieron (aunque quizás también les tenían un poco de miedo). Estos cambios de rumbo erráticos generaron que haya toneladas de fan service, de referencias a la primera trilogía y mucho foco al mercado de la nostalgia, especialmente notable con la música. No vamos a negarlo, es algo que nos gusta, pero cuando se hace tan descaradamente pierde un poco la magia.

A su vez, en esa búsqueda de lograr un cierre que sea satisfactorio para la mayoría, han intentado meter mucho material, y a las corridas. Así se siente la cinta, apresurada. Precipitada. Y, llamativamente, a pesar de sus 2 horas 22 minutos, comprimida: pasan muchas cosas, muchos saltos temporales y de locación, mucha exposición para que el espectador no pierda el hilo. Sospechamos que esto último también se debe al creciente grupo de espectadores infantiles. Porque claro, ¡esos muñecos no se van a vender solos!

Todo esto nos lleva a un punto que, para nosotros, es negativo: todo lo que vemos en pantalla está acompañado de alguien explicando qué es lo que está sucediendo. Entendemos que Disney tiene que interpelar a los más pequeños y que ellos quizás necesite un poco de ayuda, sobre todo con el ritmo veloz que lleva la película, pero en cada nuevo planeta, personaje u objeto que conocemos, no llegamos siquiera a preguntarnos “¿Quién será? ¿Cuál será su historia? ¿Cómo podrán resolver el problema?” que alguien aparece y nos lo vomita todo de golpe en un monólogo a lo Dora la Exploradora. Le quita toda la intriga al asunto.

Respecto a los personajes, como protagonistas principales volvemos a tener a Daisy Ridley (Rey), Adam Driver (Kylo Ren), John Boyega (Finn), and Oscar Isaac (Poe Dameron). Todos hacen un buen papel, pero no parecen tener tanto trabajo como en las entregas anteriores: sus búsquedas personales y la relación entre ellos no se profundizan como hubiéramos querido, porque si bien siguen las discusiones, las peleas y los encuentros “emotivos”, hay una cierta falta de pasión, de cariño, de chispa en esos momentos. Mención especial para la aparición de Carrie Fisher (Leia), fallecida hace casi dos años ya, cuya integración está muy bien manejada. Pero las escenas que deberían ser emotivas no logran emocionarnos, estando cerca unas pocas escenas que en general son entre Rey y Kylo, o a lo sumo Leia. El resto no llega a tocarnos el corazón.

Pareciera que son todas pálidas, ¿Es la peor película de la historia entonces? No, no, está lejos de serlo. The Rise of Skywalker es entretenida, con bastantes gags cómicos (no serán geniales, pero los tiene), unos efectos especiales excelentes, una banda sonora cuya calidad ya todos conocemos y mucha acción: prácticamente no hay tiempos muertos y los personajes siempre están ocupados haciendo algo en una búsqueda del tesoro galáctica, ya sea juntos o cada uno por su lado. Hay ritmo y las mini-misiones se sienten orgánicas. En ese sentido, es bueno que Rey no esté haciendo todo el trabajo mientras los demás la miran: todos tienen una tarea que cumplir. Y si a alguno de ustedes (pocos, seguramente) les gustan las peleas de sables de luz, no se quedarán con las ganas de verlas. Además, las preguntas o cabos sueltos que aparecen en las entregas anteriores son… respondidas. Casi todas.

Qué más agregar… sentimos que falla en lo que, al menos a nosotros, más nos importa: The Rise of Skywalker no nos ha conmovido. Al final de todo no ha sido tan épica como uno esperaría de la tercera entrega de cualquier saga.

Lo que se suponía iba a ser un glorioso final que daría cierre a tantas historias y personajes, termina siendo simplemente una odisea, aunque sin la épica que todos esperábamos. The Rise of Skywalker nos entrega un “final” que nos deja algo indiferentes, casi decepcionados ante una oportunidad perdida. No hay emoción: las relaciones entre los personajes se quedan en lo superficial, la sensación de riesgo es inexistente, volviendo a la aventura algo aburrida. Las coreografías de pelea son justamente eso, coreografías, bien ejecutadas, pero sin pasión. Los secretos y los misterios son revelados mediante explicaciones frías y sentimos que no hay escenas o diálogos que vayan a quedarnos en la memoria.

La película en sí no es un bodrio, aunque tampoco genial. Está “bien”. Pero desgraciadamente entra en el terreno de las “olvidables”. Y un final épico no debería ser olvidable.

La última entrega de esta trilogía va tildando casilleros, pero quizás no se trata de que no existan errores técnicos (que en definitiva es lo que siempre marca el fandom), sino que se trata de emocionar. Si una película, que en sus comienzos fue encasillada como infantil, de bajo presupuesto, estrafalaria o bizarra, logró ganarse los corazones de millones, lo hizo gracias a que logró enamorarnos con los personajes, sus historias y las luchas que debían librar. No se trata de cumplir, se trata de volver a enamorarnos, y a nuestro entender, The Force Awakens fue la que mejor logró cumplir con ese objetivo.

Para quien la vea buscando simplemente ser entretenido, la cinta cumple. A nosotros que esperábamos algo más, nos ha dejado con las ganas. [i]

  • CALIFICACIÓN2.5
2.5

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