Estamos jugando la secuela del fichín de Moon Studios y les contamos por qué no nos podemos despegar del joystick
Hoy es un gran día, porque ya podemos hablarles de Ori y su nueva aventura. ¿Pero vamos a hacerlo a las apuradas para llegar antes que los demás a darles una review medio cruda? ¡Jamás! Somos micos responsables, así que mientras seguimos explorando los peligros más allá de Nibel, los dejamos con nuestras primeras impresiones para calmar la ansiedad.
Lo primero que tienen que saber es que, así como en la entrega original, controlar a Ori sigue siendo una delicia. De hecho, si aún no jugaron Ori and the Blind Forest, dejen de leer esta nota y vayan a hacerlo. Posta. Está en PC, en Xbox One y hasta en la Switch, no hay excusa.
Hay un fenómeno que sucede con esta saga y es que logra que nos “hagamos uno” con el joystick. controlando al protagonista de forma intuitiva. Nos alegra informarle que no sólo esa virtud no se perdió, sino que Ori vuelve con nuevos trucos bajo la manga.
Luego de su aventura anterior, Ori se encuentra ahora cuidando del pequeño búho Ku, cuando un evento desafortunado provoca que su amigo se extravíe en el bosque. Sin dudarlo, Ori se adentra en lo desconocido para recuperarlo, aprendiendo en el camino nuevas técnicas que llevan el gameplay que ya conocíamos a lugares insospechados.
El cambio más notorio es sin duda la quita de los puntos de guardado: en su lugar, la secuela opta por el autoguardado (gracias, ¡GRACIAS!), permitiéndonos retomar en forma indefinida desde unos pasos más atrás si perecemos inesperadamente, algo que lo acerca más a Celeste que a Hollow Knight.
Sin embargo, sí que incorpora mecánicas de este segundo título nombrado, más notoriamente el reemplazo del árbol de habilidades por un sistema de orbes que vamos recolectando y que potencian las habilidades de Ori, como permitirnos saltar más alto, o tener más poder de ataque a cambio de menos defensa. Claro que sólo contamos con tres casilleros al comienzo para colocar orbes, lo que nos obliga a ser estratégicos con los que elegimos.
De la misma forma, podemos adquirir varias armas, las cuales tenemos que asignar a un botón para poder usarlas… y los botones no sobran. Así que también hay que elegir bien qué herramientas dejar a mano para superar ciertas secciones.
Al igual que en las aventuras del caballero insectoide, derrotar enemigos nos dará unos fragmentos que luego podemos usar para comprarle armas, orbes e incluso mapas (ejem) a los comerciantes que pululan por las zonas.
Más allá de eso, sigue siendo un metroidvania, y por eso seguimos aprendiendo en el camino nuevas habilidades que nos sirven para alcanzar lugares que antes no podíamos.
En cuanto al apartado visual y sonoro, sigue teniendo la excelencia de siempre. Las mejoras gráficas están a la vista pero a la vez son realmente sutiles. El problema con el que nos encontramos es que nuestra PC se arraaaastra para correrlo, incluso bajando bastante la resolución, lo cual indica problemas de optimización que esperemos se arreglen en el futuro, ya que no se puede tener Ori sin fluidez. De la misma manera, nos frustra tener tan pocas opciones gráficas disponibles, sólo podemos cruzar los dedos de que las añadan en un futuro cercano para hacer el fichín más accesible.
Si son fans de Ori, no necesitan saber mucho más que esto para correr a comprarlo (bueno, les tiramos un dato más: el GD es argentino), pero si están en la duda, aguarden unos días que pronto les vamos a acercar una review más detallada. Bueno, nos vamos a seguir jugando. [i]
DESARROLLADO POR: Moon Studios
DISTRIBUIDO POR: Xbox Game Studios
GÉNERO: Plataformas
DISPONIBLE EN: Xbox One, PC
Este análisis está siendo realizado a través de un código de PC provisto por sus desarrolladores.
Santiago Figueroa, alias Morton, fue durante unos años el Jefe de Redacción de [IRROMPIBLES]. Ahora es padre y vive en otro continente. Es fan de Sonic. También sabe hacer juegos y pelis. Pueden ver sus locuras en YouTube, o por Twitch, o vigilarlo por Twitter como @aliasmorton.