Enchúlame el skate
Estrenado en el año 1999, Tony Hawk’s Pro Skater fue más que un videojuego, fue un ícono de los 2000 y un simbolismo de lo que el punk y el grunge significaban.
Para ese entonces —al igual que muchos— yo era un adolescente (des)preocupado, y encontraba en la patineta virtual una hermosa alegoría a la irreverencia. El juego ofrecía para manejar una gama de skaters adultos rebeldes que no seguían las reglas, a los cuales les daba igual patinar por un hangar, una escuela secundaria, o una plaza de toro con un animal corriendo alocado. La banda sonora era magistral, compuesta por artistas de dudoso talento musical, pero que transmitía con acierto esa actitud subversiva que tanto seducía.
Tony Hawk’s representaba muy bien el carácter de la época. Y de la edad.
Mis amigos y yo seguíamos de cerca el ranking de canciones de MTV, y sabíamos de memoria todos los puestos semanales con sus fluctuaciones; con cada emisión de Jackass apostábamos si Steve-O iba a vomitar, o si Johnny Knoxville se iba a romper algo; y quedábamos maravillados con South Park y su insolencia extrema.
Fueron años buenos. O tal vez no tanto, pero no teníamos tantas responsabilidades.
Luego pasó el tiempo, y con el tiempo pasaron cosas. Lo que antes era un acto de rebeldía contra el sistema, como andar en skate, el sistema lo había asimilado, deformado e incorporado a sí mismo como un producto de consumo. ¿Saltar en patineta? Tal vez, para gente pudiente.
Las costumbres cambiaron, los valores cambiaron, las actividades cambiaron, y los videojuegos cambiaron. La industria empezó a apuntar para otro lado, y mientras los estándares iban evolucionando, la calidad (y el interés) del género empezó a decaer.
Activision intentó remediar esto en múltiples ocasiones, incluso con reediciones como Tony Hawk’s Pro Skater 2x (2001) y Tony Hawk’s Pro Skater HD (2012). Pero potenciado por títulos de penosa calidad que intentaban dar manotazos de ahogado, como THPS5 (2015), sólo nos evidenciaron que la franquicia estaba bajo el agua.
Por eso es tan importante esta tarea de Vicarious Vision, al intentar —por tercera vez en la saga— regocijarnos con la vieja experiencia que tanto nos había marcado a nosotros, adolescentes insolentes, desarrollando Tony Hawk’s Pro Skater 1 + 2.
Cabe destacar que no es la primera vez que estos muchachos le ponen la mano encima al querido Tony Hawk (en sentido figurado, claro), dado que ellos fueron, en su momento, los encargados de los porteos de los juegos para Game Boy Advance. Y si algo nos demostraron los creadores de Crash Bandicoot N. Sane Trilogy, es que además de los porteos, las remakes les salen muy, muy bien.
Old school
Quizás suene demasiado simplista definirlo así, pero a la pregunta de qué podemos esperar de Pro Skater 1 + 2, la respuesta rápida es: todo lo que esperaríamos de los originales Pro Skater 1 y 2, más algún que otro ajuste de tuerca.
Los (casi) 20 niveles que conformaban a las viejas entregas —nueve y diez, respectivamente— vuelven en su totalidad con todo su esplendor. El hangar, las escuelas, NY City, Bullring, todas las pistas están de regreso tal cual las recordábamos, y podemos alternar entre las de THPS1 y THPS2 con total libertad. Se agregó además un tercer listado de niveles, que es en realidad un remix general que nos permite jugarlos con objetivos distintos, más orientados a los leaderboards online.
Lo mismo sucede con el multiplayer local, que por suerte no fue subestimado como suele suceder en videojuegos modernos. Se puede jugar a pantalla dividida con todos los modos icónicos que solíamos disfrutar por ese entonces: competencia por puntos, combos, graffiti, horse, y demás yerbas.
El roster de personajes es el otro punto clave, donde también vamos a encontrar rostros conocidos. Muchos de los personajes originales dicen presente —como Tony Hawk, Bob Burnquist, Chad Muska y Steve Caballero—, incluso después de haberse ausentado (algunos) en posteriores entregas. Pero este relanzamiento también aprovechó para incorporar otros skaters de juegos más modernos, como las deportistas femeninas, que nunca llegaron a tener demasiado protagonismo.
Un añadido más que correcto y que todos festejamos al hacer de esta remake un producto más íntegro. Sin embargo, dicho aplauso no despeja cierta tristeza debida a una obvia ausencia, aunque no por eso menos dolorosa: nuestro amigable vecino arácnido. El gran invitado del viejo THPS2 fue dejado de lado, algo entendible dado que aquella vez era un personaje desbloqueable porque Neversoft (la desarrolladora original) también fue responsable de los videojuegos de Spider-Man —incluso utilizaban el mismo motor gráfico que Pro Skater—.
UNA QUE SEPAMOS TODOS
“¿Y qué pasó con la música?”, se estarán preguntando. Pro Skater 1 + 2 respeta la banda sonora original e incluye todas las canciones de los dos primeros juegos, con sólo tres excepciones que fueron eliminadas por problemas de licencia: Unsane – Committed, Alley Life – Out With the Old, y The High and Mighty – B-Boy Document ’99. A las 22 canciones originales, se les agregaron 37 nuevas, lo que hace un total de 59 en todo el fichín. Si tienen ganas de escucharlas, acá tienen la playlist oficial en Spotify: tiki
Cuando no nos estamos poniendo en el rol de un skater famoso, podemos (¡y debemos!) entrar al clásico Create-A-Skater y customizar a nuestra propia celebridad, o por qué no, a nosotros mismos. Las opciones son las básicas, y lamentablemente no abundan demasiado en detalles: estructura de rostro, tipo de cabello, color de pelo, maquillaje y no mucho más. Pero a pesar de que las alternativas son escasas, sí hay que destacar algo positivo y poco frecuente: además de que nos deja crear personajes mujeres —algo que se introdujo recién en THPS3—, el editor no hace distinción específica de género. En ningún lugar nos pide una clasificación binaria, y nos deja mezclar rasgos de forma libre.
Y si hablamos de customización, hay una gama de características que Pro Skater 1 + 2 introdujo para hacer frente a su mayor enemigo: el tiempo…
Here and Now
El aspecto más notorio de cualquier remake o remasterización tiene que ver con la calidad visual, y este título cumple bien, pero con lo justito.
El salto gráfico en comparación con los fichines de PSX es notable: ya no hay más bordes serruchos que amenacen con cortarnos un dedo, o peinados puntiagudos que nos saquen un ojo. La disposición de los niveles se aprecia mejor que nunca, y los rostros son bien reconocibles, a pesar de que el juego utiliza una estética medio cartoon opuesta al fotorrealismo, dándole un toque caricaturesco posiblemente para quitar dramatismo a los palazos que se pegan los personajes.
En PS4 se aprecia por momentos una cierta demora en la carga de texturas. Nada muy grave, pero ahí está. Al menos no tanto como el tiempo que tarda en cargar los escenarios, que convengamos, no son muy grandes en relación a lo que ofrecen los fichines modernos.
Más allá de los pixeles en alta definición y los fps, lo más importante es que Pro Skater 1 + 2 recrea a la perfección la sensación que tenía jugar con Tony Hawk en nuestra adolescencia. La estructura de los niveles coincide con la percepción de nuestros recuerdos, y la memoria muscular parece hacer el trabajo solita.
Todo se siente igual de bien que hace 20 años atrás, y pareciera que el tiempo no pasó en absoluto. Claro que si uno se pone a hilar fino, encuentra algunas diferencias que no hacen más que confirmar que esta remake hizo bien el trabajo. Al tener dos títulos diferentes fusionados bajo un mismo lanzamiento, Vicarious Visions tuvo que unificar las mecánicas de juego —lo mismo que sucedió con N. Sane Trilogy— para que el gameplay tenga sentido.
Las habilidades y controles se homogeneizaron bajo un solo sistema, que recopila varias de las mejoras que fueron apareciendo en entradas posteriores de la franquicia. Por ejemplo, incluyeron técnicas como Manuals, algo inexistente en THPS1, y Reverts, que no vieron la luz hasta THPS3.
Si bien en sensaciones, Pro Skater 1 + 2 consigue recrear la misma experiencia, como producto de entretenimiento moderno queda algo desactualizado ¿Se acuerdan cuando más arriba decíamos que tenía que ganarle la carrera al tiempo? Todos estos agregados contemporáneos ayudaron muchísimo a que los dos títulos hayan envejecido mejor, pero aún así, para los estándares actuales, algunas características se quedaban cortas.
Para lo que antes tener 10 niveles era más que aceptable, hoy tener 20 roza lo insuficiente —por más que sean rejugables hasta el hartazgo—, y aún más si no ofrece una actualización constante de incentivo y contenido.
Para resolver estas cuestiones de millenials pretenciosos, esta remake introduce ciertas mecánicas para darle el gusto a todos.
En primer lugar tenemos un modo online, algo impensado en su época (dato curioso: THPS3 fue el primer videojuego de PlayStation 2 en ofrecer multiplayer online). Las opciones son las clásicas: casual, o más competitivo. El juego mismo nos busca una sala con otras personas, y va rotando los modos de competencia una y otra vez, sin capacidad de configurar nada.
Si tenemos ganas de jugar con otro mico amigo, podemos crear un grupete y estar en conjunto, pero no existe ninguna opción de partida privada, con lo cual tenemos sí o sí que compartir la sesión con otra gente random.
Dentro de la dimensión online, tenemos el ya conocido Park Editor, donde ahora podemos dar a conocer nuestras creaciones a otros jugadores, o jugar las pistas que otros hayan creado. Tenemos a disposición un buscador muy básico si queremos probar suerte con algún nombre, pero hasta ahí llega el amor: la interfaz es funcional, pero demasiado sencilla. Esperemos que más adelante mejoren tanto esto como las funcionalidades online con algún parche.
Por otro lado, el añadido más importante tiene que ver con la customización y leveleo de perfil. Como la sensación de progreso que nos deja la navegación por los niveles ya no alcanza para satisfacer los mínimos actuales, lo complementaron con un largo listado de achievements monetizados.
Dentro de Pro Skater 1 + 2 vamos a encontrar una catarata de desafíos —divididos en categorías— para incentivarnos, no sólo a rejugar las pistas una y mil veces, sino a cambiar de skater para mejorarlos a todos.
Cada personaje tiene su propio árbol de stats, que puede evolucionarse encontrando los puntos correspondientes distribuidos por los escenarios.
A los achievements de personajes, se suman los del perfil, donde tenemos para completar desde desafíos de puntos hasta listados de piruetas. A cada uno completado, recibimos experiencia y moneda in-game, que luego podemos intercambiar en la tienda por nuevos skates y prendas para nuestras creaciones.
Conceptualmente no está muy lejos de lo que ya nos ofrecía el viejo THPS2, pero a fines prácticos está más modernizado y completo.
Vicarious Vision nos volvió a demostrar que sabe bien lo que hace, y que más allá de todo su profesionalismo —que es mucho—, el cariño que invierten en sus trabajos es aún mayor. Tony Hawk’s Pro Skater 1 + 2 es una carta de amor a una época dorada que, (con sus pro y contras) posiblemente no haya sido superior a esta, pero la nostalgia de nuestros recuerdos siempre va a añorar como un tiempo pasado mejor.
De eso se trata esta remake: no de rehacer un videojuego, sino de rehacer el recuerdo que teníamos de algo, para ofrecernos la experiencia que nuestra memoria tenía guardada, y volver a disfrutarla tal cual 20 años después.
Y más allá de sus errores o cosas todavía por corregir, el objetivo está más que cumplido.
Me olvido de las responsabilidades, y mientras escucho No Cigar y mastico un puñado de tutucas casi en horario de cena, viajo en el tiempo a una época en donde lo único que me importa es mi skate, hacer el próximo salto bien y aguantar las ganas de ir al baño hasta que termine el nivel. Es como volver a vivir a la casa de mis viejos, pero claro, el alquiler lo tengo que pagar igual. [i]
DESARROLLADO POR: Vicarious Visions
DISTRIBUIDO POR: Activision
GÉNERO: Deportes/Skate
DISPONIBLE EN: Windows, PlayStation 4 Xbox One
QUÉ ONDA: Adolescencia en HD
LO BUENO: Se siente como jugar al viejo Tony Hawk. Todos los niveles de THPS1 y 2 están recreados a la perfección. Se añadieron técnicas y habilidades de entregas posteriores para mejorar la experiencia. De la misma forma se unificaron mecánicas y objetivos para ofrecer un producto homogéneo. La banda sonora original fue respetada lo máximo posible.
LO MALO: No hay opción de partida privada online. Pantallas de carga muy lentas. La interfaz para buscar y jugar niveles creados por usuarios es muy básica. Los gráficos no es que estén mal, pero podrían tener un poquito más de trabajo. ¿Dónde está mi Spider-Man?
Este análisis fue realizado a través de un código de PS4 provisto por sus desarrolladores.
Facundo Fernández Lleventon, alias Cufa, es Jefe de Redacción de [IRROMPIBLES], game designer, fotógrafo, escritor y filósofo del fichín. Peleado con la PC desde la niñez, es un hereje que defiende a las consolas como plataformas preferidas. Su mayor logro fue haberse infiltrado en las oficinas de CD Projekt, y su peor fracaso, haberse ido.
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