El vuelo de Star Wars que hacía falta
Me subo al Tie fighter y salgo a toda velocidad. La flota rebelde está molestando una vez más y eso no puedo permitirlo. Timbre. Pausa. El tipo de Ivess para traer el agua. Ahora sí, maldita escoria rebelde… Timbre. Pausa. Una señora preguntando si tengo ropa para dar. Ahora sí, voy a encargarme de estos rebeldes… Telefono. Pausa. Mi mamá preguntando a qué hora le llevo los remedios. Ahora sí, y de una vez por todas voy a encargarme de… Timbre. Pausa. Edenor para que le abra la puerta y ver el consumo de los medidores. El difícil arte de salvar a la galaxia en Star Wars: Squadrons en plena pandemia.
Seamos realistas. Cada vez que anuncian un juego de la franquicia, esperamos lo mejor y lo peor. Salvo en contadas ocasiones, lo que terminamos encontrando es lo peor. En medio de esta tormenta de títulos de EA con un altísimo índice de fallidos, nos sorprende Squadrons. Y decimos esto porque sinceramente, no esperábamos nada y a veces esto es lo mejor que puede pasar. Si te encontrás con una pizzeta, la comes sin emoción y pasas al postre, pero si es bueno, lo disfrutás y lo saboreas como nunca. Star Wars Squadrons nos dejó chupándonos los dedos y pidiendo repetir.
Apoyado en aquella fantástica saga de X Wing y Tie Fighter de la década de los noventa, Squadrons apuesta a ese deseo de los fans de pilotear las emblemáticas naves eyectadas de la creativa mente de George Lucas. Esta vez con un despliegue visual nunca antes visto, con una historia que intenta unir las misiones y la posibilidad de seguir divirtiéndonos online durante mucho tiempo más.
Inventando cuentos que Jorge no contó
Lo maravilloso de la obra de George Lucas, es que generó un universo capaz de sostenerse por sí mismo, de contar infinitas historias y crear muchos personajes más. En este caso, seguimos los movimientos en el espacio de ambas facciones después de la destrucción de Alderaan. Darth Vader pide a sus fuerzas que busquen y aniquilen a los sobrevivientes pero el Capitán Lindon Javes se planta porque no está de acuerdo con liquidar a civiles inocentes y se cambia de bando.
Javes es además de un gran estratega militar, un tipo que conoce mucho del imperio y que podría causarles mucho daño. Es por eso que la Almirante Sloan manda a la aprendiz de Lindon a darle caza. Esta historia está contada a través de los ojos de dos pilotos (uno rebelde y uno del imperio) para tener ambas caras de la moneda. Una historia que arranca tímida y que va creciendo a lo largo de las 14 misiones que componen el single player mode.
Saltar de un bando a otro durante el relato tiene sus ventajas. Podemos darnos el gusto de ver ambos hangares, codearnos con los pilotos de las dos facciones y volar 8 emblemáticas naves (4 de cada lado) por el espacio de 6 locaciones. Cuesta un poco seguir la historia y acostumbrarse a los controles de las naves y sus configuraciones de armamento. Un precio que todos estamos dispuestos a pagar para disfrutar al máximo de esta maravillosa experiencia que Motive Studios nos pone sobre la mesa.
El despliegue de Frostbite
Uno de los responsables directos de que le prestemos atención a Squadrons, es el motor estrella de EA, que sigue ofreciendo la posibilidad de hacer maravillas en manos talentosas. Motive Studios trajo lo mejor de la vieja saga de los noventa con todo el poder bien ejecutado de Frostbite. El resultado es impecable.
Las coloridas y detalladas cabinas retro de los rebeldes y las despojadas y geométricas naves imperiales no hacen más que robarnos suspiros y emoción, en medio de gigantescos combates en cielos detallados como nunca antes. Chris Roberts debe estar pensando en este momento en que parte de su cuerpo meterá ese Star Citizen que nunca se materializó. O a esta altura, de que parte sacarlo.
En un juego de estas características lo que que podría espantar es esa sensación de monotonía. Motive Studios se las arregla para mantenernos atentos durante las 8 o 10 horas que lleva la campaña. Es imposible no disfrutar al máximo de cada detalle de los cockpits y de los sorprendentes escenarios por los que volamos durante cada conflicto. Basureros espaciales, coloridas nebulosas o campos de asteroides son el deleite y la sorpresa constante de Squadrons. La cantidad de detalles en cada instrumento de las cabinas y en los hangares es demencial. Las luces, los reflejos y la atención a cada uno de los detalles es maravillosa, aun cuando nos hubiera gustado recorrerlos libremente.
Para movernos optaron por el point & click, algo que los usuarios de VR agradecen aunque le quite un poco de alegría al resto de los mortales. En cada locación podemos conversar con distintos NPC, que dan un poco más de contenido por sobre las misiones y las cinemáticas son impecables y con un nivel que no tiene nada que envidiarle a las producciones cinematográficas. Pero no piensen que todo es maravilloso. Entendemos que garpa ver una nave gigantesca en llamas, pero en el espacio donde no hay oxígeno, no deberíamos tener ni fuego ni humo.
Aplausos de pie para la banda de Sonido que parece haber sido escrita por el mismísimo John Williams, y para los efectos sonoros, que son importantísimos en una producción de estas características. El zumbido al pilotear un Tie fighter te pone la piel de gallina, y eso, como diría alguna tarjeta de crédito, no tiene precio… o si en este caso, pero lo pagamos con gusto.
Sí, el VR de Star Wars: Squadrons merece un párrafo aparte
Por lo general, la realidad virtual logra una mayor sensación de inmersión cuando el juego implica ir montado en un vehículo. Es decir, nadie niega que hoy existen maravillas como Half-Life: Alyx, que logran engañar al cerebro con casi cualquier interacción con el mundo virtual. Pero el desplazamiento a pie por el mapa se sigue sintiendo más artificial que un postrecito light.
En el caso de Star Wars: Squadron, además del casco compatible, necesitamos utilizar un control de nuestra elección para pilotar, ya sea teclado y mouse, HOTAS o gamepad. Es decir, aun cuando nuestro equipo de realidad virtual posea mandos de movimiento, no podemos usarlos en este juego.
Pese a ello, la intensidad con que percibimos esta realidad es bestial, en todo momento y situación. Desde la interacción con los personajes no jugadores hasta el simple hecho de sentarnos en las cabinas de las naves, sin siquiera despegar. El detalle puesto en el diseño de esto último es fantástico y más que minucioso.
Ni hablemos de las múltiples y orgásmicas sensaciones que sentimos con la nave en movimiento. El vértigo de la velocidad, nuestros ojos iluminados por la luz pegando en la cabina… o los láseres pegándole a nuestra unidad R2, al tiempo que chilla como un burro soprano en celo.
Así, cada acción es una escena épica que podría haber quedado fuera de la edición final de una película de Star Wars. Cada persecución, cada voltereta loca —digna de un Han Solo intoxicado a base de aspirinas vencidas— es una inyección de adrenalina. Y realmente el motor Frostbite se comporta de maravillas en VR, al punto de que cualquier sacrificio en texturas o partículas se nos antoja ridícula.
De esta manera, mientras buscamos a nuestros enemigos, girando a toda velocidad, miramos hacia arriba, hacia los lados, hacia atrás… todo se convierte en un hermoso caos y somos felices. Se nos cae una lágrima al tiempo que nos damos cuenta de que, por décima vez, nos acabamos de tragar nuestro propio vómito.
Pero bien vale la pena este percance y perder toda nuestra dignidad. O incluso arriesgarnos a un accidente cerebro vascular, porque pocas veces hemos disfrutado de una emulación tan inmersiva y estupenda. Al punto de no querer jugar de otra manera que no sea con el casco atornillado a nuestro cráneo. Es más, hemos llegado a la tozudez de ir a la verdulería sin sacárnoslo de la cabeza, para no perder tiempo de juego. Nos han gritado cosas feas, por supuesto.
La multi oferta no es tan multi en Star Wars: Squadrons
Concentrémonos ahora en el online, que es lo que extiende la vida útil de cualquier juego moderno. Por el momento, la oferta no es tan grande, un tutorial y dos modalidades.
El tutorial, más allá de haber hecho la campaña es necesario para terminar de refrescar mecánicas y manejo. Y como dicen sus creadores, es bueno completar la historia single player antes de tirarse de cabeza a las redes. Los personajes son “relativamente” configurables, pero la mayoría de los elementos cosméticos de naves o pilotos, hay que ir desbloqueándolos.
De arranque solo tenemos habilitado el modo Dogfight. El clásico team deathmatch llevado al espacio. Elegimos equipo y nave, configuramos nuestro armamento preferido y salimos a repartir tiros por el espacio. El equipo que logre más bajas enemigas es el que gana y el que reparte más experiencia para levelear a sus pilotos. Al llegar a nivel 5 se desbloquea el modo Feet Battles. Un combate a gran escala en el que todo se rige por los puntos de moral que se ganan derribando naves enemigas. Quien tiene la moral más alta, es quien tiene la posibilidad de ir a la ofensiva, mientras el equipo contrario defiende. Pero a no relajarse porque esta situación puede cambiar en un instante. Si quien defiende logra derribar muchas naves e invertir el nivel de moral, pasa a atacar. Este intenso combate continúa hasta que uno de los dos equipos pierde su nave madre.
Por ahora esto es todo, sumando desafíos diarios o semanales, pero confiamos ( y esperamos con ansiedad) que esto sea la estructura para seguir sumando contenido.
Por qué no hay que dejar pasar Star Wars: Squadrons
Star Wars es una de las franquicias más jugosas de la historia del cine, repleta de maravillosos personajes y con un accidentado recorrido en el mundo de los videojuegos. Son muchos los títulos, pero muy pocos los que realmente están a la altura y sin lugar a dudas este es uno de ellos.
Es una campaña single player corta, pero cada segundo de esas 14 misiones vale la pena y confiamos en que con el tiempo vayan sumando contenido online, que es el plano que quizás necesite más amor por el momento. Sin dudas, un gran acierto de Motive Studios y una pequeña esperanza para que la fuerza esté con nosotros. Ahora como decimos habitualmente cuando algo está bueno, “que no se corte”. [i]
DESARROLLADO POR: Motive Studios
DISTRIBUIDO POR: Electronic Arts
GÉNERO: Acción / simulación
DISPONIBLE EN: Xbox One, PS4, PC
QUÉ ONDA: La vuelta a esa hermosa sensación de pilotar X Wings y Tie Fighters.
LO BUENO: Los gráficos, el sonido, las cinemáticas, los detalles de cada una de las cabinas.
LO MALO: La campaña se siente corta y nos deja con ganas, por el momento pocas opciones Online.
Este análisis de Star Wars Squadrons fue realizado a través de un código de PC provisto por sus desarrolladores.

Sebastián Di Nardo, alias Moki, es el CEO y fundador de [IRROMPIBLES], y conductor de Unitec. Fue columnista en CN23 y TNT Sports y condujo radio en la Rock & Pop junto a Guille Leoz. Entre sus muchos alter-egos, se encuentran Abraham Osló, el loco del unboxing, y el mítico Dr. Picor. Pueden perseguirlo en el Twitter @Mokirrompibles e Instagram @Mokirrompibles.
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