Los Estudios de Animación Pixar y Disney lo hicieron de nuevo. Después de los éxitos de Toy Story, A Bug´s Life, Toy Story 2, y Monsters Inc. nos entregan, desde hace unas semanas en las carteleras de los cines de Buenos Aires y de todo el país, una historia llena de emociones y risas que no puede escapar a los ojos de nadie, grandes y chicos.
Buscando a Nemo nos cuenta las desventuras de dos personajes principales en una simple pero amigable trama: Nemo, un joven pez payaso quien es raptado por hombres y encerrado en una pecera; y su padre, Marlin, quien debe enfrentar sus miedos y salir en búsqueda de su hijo perdido.
La película está llena de personajes -especies marinas de todo tipo y hombres- muy bien caracterizados, conflictivos y, sobre todas las cosas, muy queribles -algo a lo que Disney ya nos tiene acostumbrados desde hace décadas- para que los niños los disfruten y los mayores le puedan dar una segunda lectura.
Buscando a Nemo nos deleita con personajes como un grupo muy gracioso de tiburones que necesita terapia grupal para dejar de comer peces, una tortuga cool -¿Kirchner?-, y otros peces con problemas de personalidad, o pérdida de la memoria a corto plazo, u obsesivos de la limpieza, pasando por el propio Nemo, quien tiene una aleta más pequeña que la otra -“la aleta feliz”- y Marlin, su padre, que es un pez muy desconfiado. La película es lo suficientemente extensa como para no dejarnos sin nada. Por momentos es irónica y graciosa; por momentos es trágica o feliz.
Los más cinéfilos encontrarán algunas reminiscencias a clásicos del cine. Es costumbre vislumbrar en las películas para chicos las famosas moralejas ligadas a la amistad, el amor, el compañerismo, y otras tantas. La tecnología implementada por Pixar ya se convirtió en un sello y parecería no tener límites. Los avances entre sus diversos filmes son notorios. Una de las características que más nos llamó la atención fueron las pequeñas partículas que rondan bajo el mar, o la diferencia en las tonalidades y las escamas de los peces dentro y fuera del océano. El efecto del agua, el oleaje…¡maravilloso!
Recomendamos verla en su versión subtitulada para disfrutar de las voces de actores famosos de Hollywood, aunque su versión traducida está muy bien lograda. Si ya vieron Buscando a Nemo -que ya lleva la impresionante cantidad de 1.289.935 personas en 25 días- entonces prepárense para los próximos estrenos de Pixar: The Incredibles (2004) y Cars (2005), sino… ¿qué están esperando?, vayan ¡ya! corriendo al cine, y si les da vergüenza -cosa que no debería- metan la excusa que llevan a un sobrinito o algo así; nosotros hicimos eso. ¡Glub!