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Figment [REVIEW]

Cuando nuestro universo interior es un jardín de delicias

Aprovechando su reciente lanzamiento en Android, decidimos meterle mano a Figment. Una interesante aventura desarrollada por el pequeño estudio dinamarqués Bedtime Digital Games creado en 2011, responsable de algunas joyitas como Chronology (2014) y Back to Bed (2014).

Si bien Figment se lanzó en 2017 para PC, recién ahora llegó a los dispositivos del autómata de figura humana verde. Habiendo debutado en Nintendo Switch en 2018 y en PlayStation 4 e iOS en 2019, ya cuenta con anuncios para la penúltima generación de Xbox y Google Stadia.

Desde la secuencia de introducción de Figment podemos apreciar un cuidado trabajo en las voces —solo en inglés— y la música. Todo comienza con un accidente de tránsito que involucra a una familia donde el padre queda en coma, luchando por su vida.

A partir de este trágico comienzo, del que solo vemos algunas luces sobre un fondo gris, se despliega un mundo imaginario, colorido y alegre. Sentado en una mecedora, se encuentra nuestro héroe, Dusty, una especie de duende azul de cara blanca, nariz y bufanda rojas y unos pocos pelos parados, cuando llega Piper, el pájaro/compañero de aventuras.

Dusty no tiene ganas de escuchar lo que Piper tiene para decir. Solo quiere hielo para su sidra cerebral. A partir de esta referencia y lo onírico del paisaje, que nos recuerda mucho a los cuadros del Bosco —como se conoce en castellano al pintor neerlandés Jheronimus van Aken (1450-1516), autor, entre otros, de El jardín de las delicias—, podemos deducir que estamos dentro del cerebro del accidentado padre.

Parecía todo tan fácil…

Justo cuando vamos a enfriar nuestra inteligente bebida fermentada se presenta Pesadilla, el malo del fichín. Después de robarnos nuestro álbum de recuerdos, con el discurso de rigor, huye valientemente. No sin antes lanzarnos un poco de desesperación opresiva —remolinos en el piso— que debemos atravesar rodando y varias criaturas para aporrear con nuestra humilde espada de madera.

La vida de Dusty se recupera consumiendo neuronas de resistencia —bolas verdes, en la jerga—. En tanto la barra de vida crece gracias a las endorfinas —bolas blancas— que liberan algunos enemigos al ser derrotados. Más allá de las luchas con los bichos —hay poca variedad, unos 5 o 6— que pueblan este extraño universo interior, nos enfrentamos a 3 bosses finales con diferentes mecánicas para derrotarlos. Pero como no todo es dar batalla, también debemos resolver variados puzzles que implican recolectar baterías de sinapsis de diferentes colores, mover cajas al estilo Sokoban o recordar patrones y repetirlos, entre otras.

Lo que más destaca en Figment, por cierto, son sus gráficos. Más de una vez nos quedamos contemplando el paisaje, o tomando fotos con la herramienta de cámara que incluye. Sin embargo, en pantallas tan pequeñas como las de los celus, muchos detalles pasan desapercibidos. La música es otro gran atractivo de Figment, con temas originales que cantan los diferentes jefes de nivel, con letras alusivas —siempre en inglés, aunque subtituladas al castellano— al desarrollo de la trama.

Problemas en Figment

El gran problema que encontramos a lo largo de las 7 horas de juego fueron sus controles. Más de una vez mordimos el polvo, no tanto por nuestra impericia sino por lo impreciso de los mandos en pantalla. Incluso intentamos conectar un gamepad —que reconoció al instante—, pero no pudimos utilizar el stick analógico para movernos —solo el pad digital— ni asignar los diferentes botones a las acciones —golpear, rodar, abrir inventario y tocar—. Además, en el caso de Android, Figment no incluye sincronización de la partida en la nube, ni permite agregarlo a la Biblioteca Familiar. Mal ahí.

A pesar de algunos contratiempos —que le restan puntos en la calificación final—, Figment se disfruta de principio a fin. Tanto en la historia, como en los gráficos y la música, se nota el esmero artesanal puesto en cada detalle. [i]


DESARROLLADO Y DISTRIBUIDO POR: Bedtime Digital Games
GÉNERO: Acción, Puzzles
DISPONIBLE EN: Windows, Mac, Linux, PlayStation 4, Nintendo Switch, iOS, Android. Próximamente en Xbox One y Google Stadia.

QUÉ ONDA: Un viaje onírico digno del Bosco con algunos puzzles y peleas para recuperar los recuerdos.
LO BUENO: Los gráficos y la música. Está completamente subtitulado al castellano.
LO MALO: Algunos problemas de controles. En pantallas pequeñas se pierden los detalles. En Android, no se puede agregar a la Biblioteca Familiar.

Este análisis fue realizado a través de un código de Figment provisto por sus desarrolladores.

Este juego fue corrido sin problemas en un Motorola G9 Play, gracias a la combinación de su procesador Snapdragon 662, sus 4GB de RAM, su pantalla HD y el Moto Gametime (que bloquea interrupciones y permite acceder fácilmente a herramientas y configuraciones que mejoran la experiencia). Si quieren saber más del G9 Play, pueden visitar nuestra review.

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