Tetranadon que se duerme, es ballesta
Puede sonar fuerte, pero una cualidad de la saga radica en ser el rpg con estética oriental con menor actitud degenerada del mercado. Claro que lo compensa con una brutalidad descabellada hacia la fauna de turno. Y esta entrega, Monster Hunter Rise, no es una excepción.
Por otra parte, también es una cualidad distintiva el ser pionera en una mecánica que se convirtió en un género por derecho propio. Ahora bien, nos cuesta asegurar cuál de los dos logros es más sorprendente, pero ¿acaso importa? ¡Lo importante es que Monster Hunter Rise es un juego de la hostia!
Los que vuelven una y otra vez a la saga es porque necesitan la adrenalina de un rpg de acción con unos combates tan feroces como estratégicos. Una danza donde constantemente los roles de cazador y presa se intercambian con violencia.
Al mismo tiempo, hay una búsqueda previa, alejada del vértigo, que los veteranos disfrutamos tanto como repartir sopapos. Y es que siempre nos tomamos un momento para estudiar la presa y preparar la caza. En otras palabras, uno de los ejes principales es pensar, analizar y planificar el accionar antes de ir a trompear a cualquier bicho.
Para lo anterior, es esencial recolectar materias primas, entre las cuales se encuentran las más valiosas: las partes corporales de los monstruos. No se preocupen, es un proceso que suena mucho más asqueroso de lo que realmente termina siendo.
A partir de nuestros trofeos de caza y otros materiales del mundo, crafteamos armas, armaduras, comida y diferentes elementos. Luego, de acuerdo a los ataques, resistencias y debilidades de cada monstruo a cazar, elegimos nuestro equipo.
En esta mecánica radica buena parte de la magia, pero también donde el ritmo se aletarga y algunos impacientes abandonan. Sí, es una saga que nos hace cultivar un poquito la paciencia…. además de otras sustancias peligrosas, que no deberían estar al alcance de nuestros gatitos y perritos virtuales.
Cacería para todos
Pese a lo anterior, hay que decir que Monster Hunter Rise es la entrega más amigable para aquellos que necesitan ansiolíticos. Queda claro en su planteo y cambios macro, pero hasta en pequeñeces se nota, tal como la distribución de la aldea. Todo está pensado para sesiones cortas de juegos, ideales para un título de portátil.
Sin ir más lejos, en la etapa de planificación, todo está a mano: la tienda, el baúl, la selección de misiones, forja y más. Otro ejemplo es que ya no necesitamos rastrear a nuestras presas. La mecánica se eliminó por completo y ahora las vemos en el mapa, con su posición actualizada y desde el principio. Es posible que los puristas puteen al ver este cambio, pero que se traduce en un aumento notorio del ritmo y lo banco a muerte. Bueno, ojalá no tengamos que llegar a eso, claro.
Por último, tenemos cinco escenarios abiertos, biomas bien diferenciados donde transcurren las cacerías. Aquí se nota, con respecto a World, una leve reducción de superficie en el mapeado. Esto hace que las distancias a recorrer sean más cortas, llegando con más rapidez a nuestra presa, pero al mismo tiempo se aprovecha mucho más la verticalidad.
De hecho, tenemos a disposición una nueva herramienta, llamada Cordóptero. En resumen, es un bicho que lanza unos chorros de luz (algo polémicos desde un punto de vista casi pornográfico). Con ellos nos podemos desplazar como si fuéramos un Spider-Man del subdesarrollo.
Así, tanto para ganar altura como para acortar distancias, es una herramienta que nos permite trasladarnos con una velocidad nunca vista en la saga. Además, se usa un montón para el combate, que termina siendo más ágil y divertido de lo que ya era.
Weapon of choice
Si bien se mantienen las 14 armas clásicas de la saga, en Monster Hunter Rise se pueden personalizar con un grado de profundidad especial. Cambiar o agregar nuevos combos, golpes y técnicas especiales hacen que la personalización explote como nunca.
Además, se agrega una mecánica, similar a otra vista en World, donde podemos capturar y montar monstruos. Si bien suena como una apología a la zoofilia, nada que ver. Una vez montada, nuestra víctima queda a nuestra merced y podemos usarla para romperle la cara a otros bichos. O simplemente hacer que se choque contra algo para luego aprovechar la confusión y darle unos buenos sopapos.
También vuelven las misiones de defensa en ambientes cerrados, aún más claustrofóbicos que en Monster Hunter World. Pese a ello, tienen una variedad y dinamismo más interesante, mejor diseño y más tower defense que nunca. No es “¡wow, que revolución!” pero está bueno para mechar entre caza y caza.
Por otra parte, se mantiene el online hasta cuatro jugadores, donde tenemos que dar la grata noticia de que funciona muy bien. No solemos tener buenas experiencias con el online de Switch, pero aquí lo hemos gastado: jugamos muy bien y sin sentir tropezones.
No compre, adopte
Para terminar de redondear la apuesta por la agilidad, además del ya clásico “gatito compañero” se agrega un perrito. Bah… “perrito”… La realidad es que el pichicho es enorme y junto al felino nos ayudan en el combate, repartiendo piñas y ejecutando acciones de soporte. Además, tienen una progresión propia, pudiendo personalizar sus armas, armaduras y habilidades.
Es más, de nuevo a favor del dinamismo, nuestros compañeros caninos pueden ser usados como montura, para recorrer distancias aún más rápido. Al mismo tiempo, el mapa ya no es un “pasillo”, sino que propone explorar su altura. Y como frutilla del postre, usar el cordóptero para atravesar por el aire cerros y construcciones, acortando caminos, termina siendo una delicia total.
Pero pese a todos estos cambios frenéticos, siempre está la opción: pasar tiempo explorando y recolectando los materiales del mundo más valiosos o ir directo y sin perder tiempo a darnos los dientes contra un dinosaurio encabronado. Se agradece este libre albedrío.
Es cierto que, en comparación a World, el mapa presenta menos oportunidades de interacción para causar daño por entorno. Pero por otra parte compensa con la cantidad de insectos y animales pequeños que podemos recolectar para buffear nuestras estadísticas. El balance me parece por lejos positivo.
Estos bichos están atacando porque monstruos
En la mayoría de los Monster Hunter, la historia es una excusa. Podemos decir que en Monster Hunter Rise no llega siquiera a ello. Para resumirla un poco, hay una “movida” a la que llaman “Frenesí”, que pone re de la cabeza a los bichejos más peligrosos del mundo. Como si sintieran la necesidad de ir a tirar piedras a la cancha pero, como aún no habían inventado el futbol, tienen que conformarse con masticar aldeanos.
Así, nuestra misión es superar este época de celo por la sangre y cazar a todo bicho que ande cerca. No vamos a profundizar mucho más por dos motivos: un paso más es entrar en spoiler y, por otra parte, la verdad es que por más datos que agreguemos, poco es lo que suma.
Como podrán imaginar, ni la narrativa ni la historia despiertan mucho interés. Quizás sea por ello que es muy corta —en 15 horitas liquidamos el asunto— y, para más, inconclusa. Así como lo leen, la campaña culminará en un próximo DLC. Sí, yo también casi rompo todo cuando me di cuenta, pero no teman: el contenido descargable de Monster Hunter Rise es gratuito.
Ah, ¿se quedaron colgados más atrás en el texto, verdad? ¿Aún no pueden superar el shock de la frase: “en 15 horitas liquidamos el asunto”? No teman, es la historia lo que “termina”, pero el juego recién empieza.
A partir de ese momento, se habilita todo el contenido más sabrosón, el farmeo endgame. Se agregan criaturas, desafíos y rangos avanzados. Pese a que la cantidad de monstruos es muy limitada —son 30, en una saga que ha llegado a tener casi un centenar— es evidente que la intención de Capcom es ampliar esta oferta mes a mes.
En este sentido, el motor RE se luce como loco en Switch, tanto que no tenemos miedo en decir que Monster Hunter Rise seguramente sea, en lo técnico, el mejor juego de la portátil de Nintendo. Todas las bestias tienen un diseño, animación y particularidades geniales y se ven espectacular considerando la potencia de la consola. Lo único que tenemos que criticar es que privilegiaron mantener el diseño de iconos previo por sobre la claridad en modo portátil. Algunas veces, distinguir una cosa de otra se complica.
Pero apenas es un detalle, tanto la estética como la renovada música nos hacen olvidar de ellos. Mención especial para las presentaciones de cada bestia, como si fuera una peli japonesa de terror clase B.
En resumen —exceptuando a aquellos que no les guste hacer un manejo algo intenso de inventarios, crafting y builds en los juegos de rol— tengo que recomendar a rabiar Monster Hunter Rise. Eso sí, necesita más contenido urgente, más cositas para craftear y más bichos para moler a palazos. Confío en que Capcom no le soltará la mano a este éxito y no nos dejará en banda. Sería algo monstruoso, de verdad. [i]
DESARROLLADO POR: Capcom
DISTRIBUIDO POR: Nintendo
GÉNERO: RPG / Acción
DISPONIBLE EN: Nintendo Switch, Windows (en 2022)
QUÉ ONDA: Matar monstruos y luego hacerse espadas con los dientes para matar todavía más monstruos.
LO BUENO: La entrega más ágil y divertida. El online, un caos hermoso. Si no es técnicamente el mejor juego de Switch, le pega en el palo. El diseño de los monstruos y la estética en general. El farmeo es más dinámico que nunca. La música es una locura hermosa. La personalización de cada estilo según arma y técnicas especiales. El uso de la verticalidad y los cordópteros.
LO MALO: Algunos iconos en modo portátil son complicados de distinguir. Pese a que los DLCs serán gratuitos, la historia es floja y (no) termina abruptamente. Se extraña la interacción con el entorno que tenía World.
Este análisis de Monster Hunter Rise fue realizado a través de un código de Nintendo Switch provisto por sus desarrolladores.

Gustavo Sobrero, alias El Cenizas, es Secretario de Redacción de [IRROMPIBLES] y fundador de la Iglesia Savathûnista. ¿Tienen dos minutos para que les hable de Savathûn, que es el Camino y la Salvación? Pueden seguirlo en Twitter (@ElCenizasWTF) y en Instagram (@el_cenizas).
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