Recientemente, Microsoft admitió que su nueva consola tiene un error general de diseño, pero no ofreció hasta ahora más que extender la garantía a tres años. No es suficiente.
Red Rings of Death. Una tormenta de horror para el gigante de Redmond. La consola Xbox 360 tiene un fallo general en su diseño, o en su hardware, del que microsoft se confiesa culpable. Hace meses que los jugadores que adquirieron la consola sufren por la terrible combinación de los “tres anillos rojos de la muerte” y el sobrecargado servicio técnico, que ya no sabe qué hacer para enfrentar la amargura de los clientes.
Los “tres anillos rojos de la muerte” se refieren a los que aparecen en el frente de la máquina cuando se produce el fabuloso fallo general. A muchos se les quema la fuente, y de paso los componentes vecinos. Muchos usuarios venían reportando que enviaban la consola a reparar, bajo garantía los más afortunados, para encontrarse con el mismo problema unos pocos días más tarde. En los peores casos ya les pasó tres veces. En otros casos, no ocurrió nada y la consola funciona a la perfección pero ¿es cosa de tiempo? ¿Es cosa de suerte?
Es normal que algunas unidades fallen, pero no en tal cantidad y frecuencia, dicen los expertos. Según los modders, que se atrevieron a abrir la consola con la esperanza de encontrar una solución, la mayor parte de los problemas vendrían a raíz de una mala distribución de las piezas internas, que sobrecalientan a los componentes provocando cuelgues en los juegos y, en el caso extremo, un daño casi total.
Microsoft, a través de sus ejecutivos y responsables del área de Xbox y entretenimiento, se mostraron dispuestos a ayudar a los sufridos jugadores, extendiendo la garantía de la consola de seis meses a tres años. Esta nueva garantía cubre sin costo a las consolas compradas desde la fecha de lanzamiento en adelante, es para todas, y para el especial caso de los anillos mortales.
Pero claro… ¿es suficiente? No lo parece. Microsoft debería comerse los mocos y directamente reemplazar todas las consolas. Sí, 11.6 millones de consolas. En especial porque se niega, hasta ahora, a decir cuál es exactamente el problema, o los problemas, y si el fallo de diseño persiste en los nuevos modelos (eso incluye a la Elite). No se sabe si ya fue resuelto este asunto, en tal caso cuándo fue resuelto, o si todo está en pañales. Descaradamente, los chicos de Microsoft gambetean las preguntas que les hace medio planeta, limitándose a admitir su responsabilidad (eso sí, defendiendo a los diferentes fabricantes de las piezas de la consola), y a asegurar que “van a cuidar de sus usuarios”.
Patético.
¿Por qué patético? Porque uno no sabe si al comprar una consola, en estos momentos, se está comprando un muerto. Microsoft debería hacer las cosas bien, porque el daño es tremendo para el futuro de la consola. ¿Quién va a querer comprarse una Xbox 360 ahora? Es una lástima, porque vienen juegos de primera, como Grand Theft Auto IV y Halo 3… juegos adictivos e ideales para incendiar la consola.
El mejor consejo que se puede dar, en estos momentos, es huir de la Xbox 360 y no comprarla.
Sony debe estar saltando en una pata de contenta.