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BioShock

Los creadores de aquellos clásicos de antaño, System Shock (1994) y System Shock 2 (1999), en el momento en que leen esto están trabajando en lo que promete ser un nuevo mega éxito de terror del año próximo. BioShock no es secuela ni se relaciona argumentalmente con los Systems, pero su jugabilidad y los elementos que lo componen tienen el mismo tufillo. Mete miedo. La visión y acción es en primera persona, aunque tiene el desarrollo y las características de un juego de rol de terror. Tenemos la pésima suerte de encontrarnos en un laboratorio submarino, muy siniestro, que, al parecer, no es otra cosa que un viejo complejo de investigación de la Segunda Guerra Mundial abandonado. Allí intentaban convertir a una casta de humanos en seres más bellos y superiores. Por supuesto, falló (N. de Ed.: Moki y Rolo son prueba de ello). Hasta ahí, todo bien. El tema es que tras haber sido descubierto por los científicos del siglo XXI, no habían tenido mejor idea que realizar cuanto experimento prohibido fuese posible con biotecnología y los desdichados cadáveres. Alteración genética va, alteración genética viene, la cosa terminó con seres que ya no se parecían mucho a los humanos. La locura no se detuvo hasta que pasó lo inevitable. En el momento en que llegamos a este complejo, llamado Rupture, las paredes todavía están goteando sangre y el mar ha logrado abrirse paso poco a poco, inundando partes de los habitáculos. Tres castas de espantosas criaturas (predadores, insectos y recolectores) pululan ahora por las instalaciones. Son mitad ¿insectos?, mitad ¿humanos? (o lo que queda de ellos) y son capaces de asestarnos desde un lindo mordisco hasta dispararnos con armas utilizando (adivinen) un brazo humano implantado. Unas porquerías que merecen una muerte “piadosa” para evitarles más sufrimientos de nuestra parte. Estos engendros del demonio se comportarán con rutinas típicas de los insectos: alimentarse de cadáveres. Merodearán el complejo siguiendo sus instintos de ingesta, reproducción y demás, gracias a una rutina de inteligencia que simulará la vida en un nido de insectos. Los recolectores –que a la distancia parecen lindas niñitas pero de cerca son bichos de piel verde purulenta y ojos demasiado grandes y extraños– se sirven de los cadáveres, custodiadas por otros insectos más grandes y horribles todavía, que las cuidan de los depredadores. La función de los recolectores es alimentar al monstruo más horrible del juego, que no podemos decirles quién ni cómo es. El ecosistema, grotesco y bien asqueroso, funciona sin la presencia del personaje principal de esta historia. También producirán sustancias genéticamente utilizables por nosotros (previo hurto, claro está), que nos permitirán, entre otras cosas, soportar temperaturas y presiones atmosféricas adversas; Rupture se encuentra varios kilómetros por debajo de la superficie del océano. Tendremos ranuras donde injertaremos implantes de ADN alterado para hacernos más hombres. O menos hombres, pero más poderosos. Y no tenemos que decirles que dichos implantes proporcionarán una ventaja táctica sobre nuestros enemigos: ¡qué lindo será achicharrarlos vivos elevando las temperaturas de algunos niveles mientras disfrutamos de los beneficios de este ADN alterado correteando por nuestro torrente sanguíneo! ¡Pero ojo! A los predadores les encanta comerse todo lo que se mueva (incluyendo a sus propios recolectores) y los soldados no dudarán en hacer su trabajo sin nos encuentran husmeando por los nidos robando este plasma desagradable. Las armas de BioShock, como en todos los first person shooters, serán las típicas pistola, escopeta, sniper, lanzagranadas y demás; la diferencia será que encontraremos un arma “básica”, a la que convertiremos en las que nos guste o necesitemos con los implantes –lo mismo que ocurrirá con nuestros cuerpecitos– que encontremos durante el juego. El engine de BioShock no será otro que la modificación del motor Unreal conocida en el mundillo del fichin como Vengeance (y que también utilizó Tribes: Vengeance en 1998). A través de las capturas de pantalla proporcionadas por Irrational Games, es posible adelantar que se verá espectacular. Hará uso de las posibilidades de iluminación y rendering de DirectX 9. BioShock es un juego que ya estamos esperando.

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