La cosa es así: un tal Billy anda juntando gente via e-mail, y cuando los tiene a todos reunidos, propone una tontería a gran escala… casi casi igual que Moki. Por ejemplo, en New York, 300 personas se metieron en la tienda de juguetes más grosa de la gran manzana para mirar un buen rato a un dinosaurio de juguete, y luego tirarse al piso y agitar las manos como poseídos.
Al caer la policía, ni rastro de los farabutes activistas.
¿No es genial?
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FUENTES: La Nación, EFE y Wired News.