Lost, primera temporada

Jack abre sus ojos. Aire húmedo, calor, oscuridad. Se incorpora como eyectado y se palpa. No sabe dónde está, ni recuerda quién es. En uno de sus bolsillos del saco tiene una botellita de whisky, de esas que te dan en los aviones. Se oyen gritos a lo lejos y un silbido ensordecedor que va y viene. Jack corre entre los árboles hasta salir a una playa, donde descubre los restos de un avión cuya turbina aún está en funcionamiento y sanos y heridos corren aturdidos y gritando sin saber qué hacer. Empieza a ayudarlos y a curarlos. Y recuerda que su nombre es Jack y que era médico cirujano… A partir de ese momento se va descubriendo una trama que envuelve a los sobrevivientes del vuelo en una extraña lucha por sobrevivir en la isla en la que se estrellara su avión. En cada capitulo se descubren, inteligentemente, detalles del pasado de los protagonistas, condenados a habitar la extraña isla que parece una suerte de Mar de los Zargazos para aviones. ¿Que misterios alberga esa extraña isla? ¿Que coño tienen que ver con todo esto los números 4, 8, 15, 16, 23 y 42? Una historia muy interesante que por momentos se desvía de su eje central. Quizás tres episodios completos podrían desaparecer porque los guionistas se fueron por las ramas por consumir algún vino vencido. Aún así se mantiene consistente y atrapa muchísimo. Sorprendentes actuaciones de Matthew Fox (Dr. Jack) y de Terry O’Quinn (John Locke). Impecables curvas las de Evangeline Lily (Kate), una chica con futuro en la pantalla grande para papeles de heroína. Un collage de géneros (acción, terror, ficción, romance y aventura) hacen de esta serie algo que HAY que ver.