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Jaws Unleashed

¿Alguien no recuerda la película que aquí conocimos como Tiburón? Esa que nos hizo mojar los calzones, esa que logró que por tres temporadas no nos animásemos a ir a la Bristol por miedo al Tibu, esa de la musiquita “pam-pam-pam-pam-pam-pam-pam-pam”… Si el recuerdo es positivo, ¡están de parabienes! Jaws está de vuelta, esta vez como fichín. Controlaremos al famoso tiburcio en las proximidades de la isla de Amity –igual que en la película de 1975–, y nos encargaremos de cuatro cosas: desayunar, almorzar, merendar y cenar. Pero como hacer esto es monótono (aunque muy divertido, jijiji), sus creadores han agregado distintos objetivos y acciones a lo largo del juego. Jaws puede morder, comer, tirarse encima de las lanchitas o botecitos, dar un coletazo al buzo inoportuno que se le acerque en su mísera jaulita de seguridad, dar un topetazo a un vidrio para romperlo y, como broche de oro, utilizar la tiburcio-visión, que se manifiesta resaltando los posibles blancos que podamos tener enfrente, facilitando la alimentación. Como cualquier animalillo, Tiburón debe alimentarse para mantenerse feliz y aterrador. Comer aquí tiene dos ventajas: nos hace recuperar salud –que perderemos con arponazos, escopetazos o mordisquitos de otros amigables pececillos–, y nos llena la barra de alimentación. Si Tiburón se vuelve anoréxico, pierde salud, y sus correrías no durarán mucho. Ahora, ¡a comer bañistas! Muhahahaha.

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