Cine & TV

Tres son multitud

Todos tenemos algún “Dupreé” conocido o cerca: el cómplice comprensivo, el rey de la fiesta que nos hace beber y nos tumba debajo de la mesa mientras nos regala los oídos con todo tipo de consejos sobre la mejor forma de vivir la vida… y cuya actividad favorita es practicar el “sillónball” delante de la tele mientras el resto del mundo se mata trabajando. Molly (Kate Hudson) y Carl Peterson (Matt Dillon) se han casado en Hawaii y le han pedido a su mejor amigo que haga de padrino de boda. El problema empieza cuando a Randolph (Owen Wilson) lo echan del trabajo al irse una semana con la pareja a Hawaii para concretar la boda. Ahora sin auto, sin trabajo ni dinero, Ralph debe buscar un nuevo lugar, y qué mejor idea que la casa de los Peterson, aunque no será unos días solamente los que se quede… Debido al trabajo de Carl en su inmobiliaria, cada vez tiene menos tiempo de pasarla con su mujer, y en cambio ella es cada vez más amiga y confidente de Randolph, que vive haciendo travesuras como si fuese un niño. Tanto que Randolph le cae bien hasta al padre de Molly (Michael Douglas), y a Carl esto empieza a frustrarlo. Pronto, todo el mundo, menos Carl, querrán estar con Randolph. Pero así como este se va convirtiendo cada vez más en parte de la casa, la frase “tres son multitud” resuena cada vez más en la recientemente casada pareja, mostrando de una forma graciosa el caos que puede llegar a suceder en sus vidas de continuar así. La “no tan feliz” pareja ahora se replanteará sus ideas sobre el matrimonio, y si realmente todos no necesitamos encontrar nuestro “Ralph Dupreé” dentro de cada uno. Quizás ese sería uno de los secretos mejor guardados de la vida. El “dato”: ¿Se acuerdan hace unos años de una película con “similar” título protagonizada por Bill Murray? El guionista de esa película adivinen quién era… Owen Wilson.

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