Reviews

Scarface: The World is Yours

Algo raro debe estar pasando en el mundo de los videojuegos para que las licencias de ciertas películas/libros terminen siendo buenos fichines. No vamos a preguntar qué es, porque no queremos que se pinche. Pero éste quizás sea el caso de Scarface: The World is Yours. Involucrados en el proyecto están Sierra & Radical, entonces… nada debería fallar. Imaginen un Grand Theft Auto renovado, donde cada acción que llevemos a cabo nos acerca un poco más al control total del siniestro mundo del hampa de Miami. Encarnamos al ya mítico Tony Montana (el miko que aún no haya visto la película Caracortada, tiene la obligación de correr a su videoclub amigo, so pena de recibir nalgadas por babieca). No estamos bajo las órdenes de un Don como en el caso de El Padrino (otro fichín que aprovecha soberbiamente una licencia jugosa como la de dicha película) sino que hacemos de las nuestras y toda la ganancia es para nuestros codiciosos bolsillitos. ¿Y la historia? Tiene un “twist” muy interesante: arranca en el final de la película que tuviese al capo Al Pacino como actor principal, peeero, modificando una obviedad que no relataremos acá para no pincharles el globo a los simios que aún no la hayan visto (y si no la vieron, pueden jugarlo igual que van a entender todo). El epicentro del juego será, entonces, la venganza: recuperaremos el dinero y el honor perdidos masacrando a cuanto inconciente se cruce en nuestro camino. Hablando de Al Pacino, el actor que suplanta su voz en el fichín es un enfermo mental que lo imita A LA PERFECCIÓN. El acento latino, las inflexiones de la voz. TODO. El skin de nuestro personaje es excelente. Igualito a Al, y con todos los gestos aparatosos de su personaje, un deleite para el ojo, ¡sí señor! Lo mismo pasa con otros personajes secundarios, copiados de sus versiones de carne y hueso que viéramos en celuloide. Y ahora, hablemos del Medidor Testicular, o el Balls Meter, como se lo llama en el juego. Vivendi creó este “artefacto” para justificar algo que en la película nos dejaba los ojos como platos y mueca de incredulidad: Tony se metía en cuanto tiroteo había, y apenas si salía rasguñado (probablemente porque siempre estaba pasado de cocaína y morir le importaba un rábano). La cosa es que disponemos de un medidor que vamos llenando conforme hacemos cabronadas como amenazar gente, conducir en contramano, disparar a rodillas, entrepiernas, cabezas y demás zonas “sensibles”, y gritarles profanidades a los cuerpos destrozados de nuestros enemigos. Cuando el medidor está lleno, podemos usar las bondades del Balls Meter: inmunidad por cierto tiempo y vista en primera persona para masacrar narcos y agentes de la ley a lo pavote. Al igual que en El Padrino, podemos conseguir propiedades que servirán de “tapadera” para nuestros negocios sucios, y que nos suministran suculentos dividendos. Y, al igual que en GTA, hay que estar pendientes del Heat Level con la policía. Si esta barra sube mucho, los polis nos hacen la vida imposible. Resumiendo: El concepto y la película ameritan una probadita a Scarface: The World is Yours. Fanáticos de la movie y de la saga GTA tienen felicidad asegurada: Violencia. Chicas con poca ropa. Armas pesadas. Drogas duras y sesos esparcidos por el asfalto. No puede fallar… He dicho.

Escribe un comentario