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HyperX Alloy Origins 60 [REVIEW]

Tener 60 es tener color, alegría y agilidad 

Cuando buscás un teclado, una tormenta de dudas te castiga la cabeza. ¿Es mecánico o de membrana? ¿Es retroiluminado? ¿Es RGB? ¿Es resistente? ¿Cuántas presiones de bancan las teclas? Estas preguntas son como un pájaro carpintero, que golpea incansablemente nuestro coco. Y ese picoteo solo termina, cuando el teclado finalmente está en nuestras manos. Pero ¿es el correcto para nuestros espacios y necesidades? HyperX Alloy Origins 60 se suma a la movida del 60% con la solidez que los caracteriza. ¿Por qué hablar de este teclado unos meses después del lanzamiento? Porque pintó.

HyperX Alloy Origins 60 y su cajita feliz

Hace mucho que HyperX dejó de preocuparse por hacer cajas demasiado llamativas. Su característico diseño se mantiene donde el blanco y el rojo predominan con el producto en su máximo esplendor. Pero para nuestra sorpresa, esa diminuta caja es casi del tamaño del teclado.  Allí cuidadosamente envuelto en celofán, descansa el este objeto tan preciado, con un pequeño casillero donde está el cable. Sobre la tapa un bolsillo con los clásicos manuales, tan ajustado que es prácticamente imposible volver a ponerlos en su lugar. En el interior, encontramos solo el teclado, un cable USB tipo C, la pinza para extraer las teclas y una barra espaciadora alternativa, con un colorido diseño. Cortito y al pie.

¿Qué lo hace tan diferente?

Lo más llamativo es por supuesto el tamaño. El hecho de quitar toda la línea de teclas superior y las de la derecha, redujo el teclado a solo 29,6×10,55 cm. Pese a ser tan chico, sigue pesando unos sólidos 781,5 gramos, por su construcción de aluminio de grado aeronáutico. Si le tiran un tecladazo a alguien, hay fractura expuesta.

Pero claro, este chiste de reducción, sacrifica valiosas teclas que usamos muchas veces para jugar o para entrar al administrador de tareas de windows. Se puede seguir adelante sin un pad numérico, pero ¿podemos sobrevivir sin el resto de las teclas?. La respuesta es sí, y todo sea por más espacio en nuestro lugar de trabajo o entretenimiento. Solo hay que agregar a cualquier combinación, la tecla de Función. Si miramos con atención, algunas de las teclas,  tienen impresa su segunda virtud en el frente.

Por ejemplo, si queremos entrar en el administrador de tareas, en lugar de presionar 3 teclas hay que presionar 4. Es una cuestión de costumbre, pero ganamos unos valiosísimos centímetros en el escritorio (el benemérito Director de Hardware – Pablitus – Está usando un teclado 60% porque su escritorio se achicó sensiblemente a causa del espacio que ahora usa su pekenia Justina). Está en nosotros utilizarlos sabiamente, y no llenarlo de porquerías.

Más allá de eso, siguen utilizando la modalidad de cable extraíble, con USB Tipo C para este modelo. En cuanto a las posiciones de altura, viene con las clásicas patas regulables que nos permiten pasar de una inclinación de 3º a una de 7º u 11º.

HypeX Alloy Origins 60 es mágico

En cuanto contactamos el teclado, la luz lo convierte en mágico. No solo es RGB, mediante el software NGENUITY, podemos configurar distintos perfiles de luz que pueden a su vez almacenarse en una memoria interna en el teclado. Estas personalizaciones luminosas van a acompañarnos cada noche, mientras pulsemos los indestructibles interruptores HyperX red. Estas pequeñas maravillas debajo de cada tecla, hacen que pese a ser mecánico, no sea demasiado ruidoso. Y lo mejor es que cada una de ellas, soporta  80 millones de pulsaciones. No alcanza una vida de gaming para desgastar estos pulsadores. Siempre imaginé un Umpa Lumpa sentado en un escritorio con el dedito dándole, tiki tiki tiki. Pero afortunadamente no existe semejante criatura, y en su lugar hay una máquina que se encarga de esta ingrata pero útil tarea.

Pero ¿cuánto me sale el chiste?

HyperX Alloy Origins 60 es una maravilla que nos devuelve espacio con un mínimo sacrificio. Su construcción y diseño siguen siendo tan maravillosos como siempre, y aquellos que teman dar el paso, no lo duden ni por un segundo. Es cuestión de costumbre y una vez que lo conseguimos, ya no hay vuelta atrás. Recuperar espacio no tiene precio. Mejor dicho, si lo tiene, y ronda entre las 10.000  y 13.000 pezuñas, según donde lo consigamos. Una cifra que puede resultar abultada, pero es una inversión. Lo usas todos los días, tiene luces, y por solidez y materiales,  puede durar tanto como Highlander si no le cortan la cabeza. [i]

Este análisis de HyperX Alloy Origins 60 fue realizado a través de un ejemplar provisto por sus desarrolladores. Agradecemos a Ariel Plabnik de HyperX, y Eliana Ramos de Doble Eme.

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