Commandos desprolijos
A veces, en el mundo del gaming ocurre algo maravilloso: un juego se transforma en un molde. Una matriz de la cual, durante años, otros juegos tomaran su formas, mecánicas y conceptos. Así es como, a partir de Commandos, se desprende una progenie hermosa, con exponentes de la talla de Desperados y Shadow Tactics. De la misma forma, War Mongrels intenta ser parte de este árbol genealógico… Pero se le parte la rama, se cae y queda medio rengo. ¡Scheiße!
Había una vez… un soldado nazi llamado Manfred, que tenía escrúpulos. Incluso, hasta podemos decir que su “brujula moral” apuntaba más o menos al norte. Claro que, para este trabajo, son condiciones tan adecuadas como tener un olfato agudo y cocinar brócoli.
Un buen día se niega a acatar una orden directa y fusilar inocentes. Por ello, es castigado para formar parte de un escuadrón suicida. El destino y el karma —o una suerte a prueba de artillería pesada— quieren que escape. En su fuga, se une a otro alemán renegado —el forzudo Ewald—, que suena como Geralt de Rivia, (pero no tiene parentesco). En todo caso, lo único que los une es compartir actor de doblaje, el genial Doug Cockle.
Así es como ambos, decepcionados por el comportamiento de sus compatriotas —e incentivados a evitar un pelotón de fusilamiento— se unen al ejército polaco. A partir de aquí, nos esperan una serie de misiones a puro sigilo, estrategia y, tristemente, elementos clave sin pulir.
Clonando clásicos
Como es de esperar en un juego basado en Commandos, tenemos a nuestra disposición una serie de personajes con distintas habilidades específicas. En total son siete, entre los cuales tenemos al forzudo, al francotirador, al que tiene la habilidad de disfrazarse e incluso a la seductora que distrae soldados “no deconstruidos”. Si bien esta lista no es súper original —e incluso algunas habilidades se sienten solapadas—, termina siendo funcional a los desafíos propuestos.
Así resolvemos cada uno de los escenarios (misiones), que funcionan como un gran puzzle viviente. Para algunas situaciones, tenemos más de una manera de salir airosos. Por supuesto, existen casos que requieren una serie acciones específicas, con menor libertad de acción. Pero el balance entre ambas está bien y no sentimos que el juego nos limita las opciones.
Luego, casi todo lo que tiene que ver con la presentación de War Mongrels apunta alto y es ambicioso. Los entornos detallados y bien diseñados, las animaciones y los efectos gráficos lo convierten en un juego muy atractivo.
De esta manera, War Mongrels entra muy bien por los ojos, pero se atasca a la altura de los oídos. Y no es que la OST sea un desastre o los efectos desentonen. Por el contrario, pareciera que la dirección de los actores de doblaje dejó mucho librado al criterio de cada uno de ellos. En especial a aquellos que tienen que tratar de imitar un acento alemán, que suenan más o menos cuando yo quiero hacer acento cordobés. En otras palabras, pésimo.
Por otra parte, hay otro tema no menor: algunos personajes alemanes hablan con acento y otros. Sin ir más lejos, el protagonista, —alemán nativo— habla inglés fluido y sin signos de haber pasado ni cinco minutos en tierras germanas en su vida. Esto rompe la inmersión con mucha frecuencia, en especial durante las primeras horas. Y la sumatoria de este detalle, más el acento demasiado impostado, nos hace desear con fuerzas que exista la menor interacción posible entre personajes.
Detrás de los bugs enemigos
War Mongrels es un juego de estrategia en tiempo real que se nutre de Commandos. Con lo cual, sus controles deben ser responsivos y ajustados: cada escenario es un puzzle, que debe resolverse con precisión de relojero suizo. Aquí, nos encontramos con un nivel de pulido que, si bien no es un desastre, nos hace pensar que sería mejor jugar bajo la protección de un ansiolítico.
Entre otros, encontramos problemas para hacer click con exactitud, una disposición de menú de acciones mejorable y un puñado de bugs que terminan siendo los principales enemigos de nuestras estrategias. No se salva ni el tutorial, donde en una sección tuvimos que desobedecer la guía, porque de otra forma era imposible de pasarlo.
En otras palabras, las animaciones largas y “raras”, atajos de teclado complejos y una cuestionable lógica en la disposición de menús, se aleja del piso responsivo que necesitamos en este género. No es un desastre, pero es un poco frustrante.
En conclusión, si son fanáticos del género y ya jugaron Shadow Tactics y el nuevo Desperados, no estaría mal darle una oportunidad. No esperen un pulido cercano a estos dos juegos, pero encontrarán un planteo respetable con altos valores de producción. ¡A ver si sólo vamos a comer caviar! O chucrut, en este caso. [i]
DESARROLLADO Y DISTRIBUIDO POR: Destructive Creations
GÉNERO: RTS
DISPONIBLE EN: Windows, PS5, Xbox Series X|S, PS4, Xbox One.
QUÉ ONDA: Un nuevo descendiente de Commandos.
LO BUENO: Altos valores de producción. La libertad de acción está bien balanceada.
LO MALO: El doblaje y los acentos raros. Le falta pulido (bugs, interface, atajos, animaciones).
Este análisis de War Mongrels fue realizado a través de un código de PC provisto por sus desarrolladores.

Gustavo Sobrero, alias El Cenizas, es Secretario de Redacción de [IRROMPIBLES] y fundador de la Iglesia Savathûnista. ¿Tienen dos minutos para que les hable de Savathûn, que es el Camino y la Salvación? Pueden seguirlo en Twitter (@ElCenizasWTF) y en Instagram (@el_cenizas).
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