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Sony – Bungie: la guerra de las billeteras

Billetera mata campaña de marketing

Ayer, nos enteramos de un bombazo: Sony compra Bungie por 3600 millones de dólares. En otras palabras, se dio “un gustito”. Luego, vinieron horas cargadas de especulaciones, preocupación de los fans y mucha gente muy confundida. Como Guardián de la primera hora, aquí van mis dos centavos sobre el tema.

Sin duda, una de las mejores cosas que dieron estas primeras horas son los comentarios… “raros”. Al punto de que no hay meme de Travolta que aguante. Este top lo encabezan los memes y posteos festejando que “ahora HALO es de PlayStation”. Casi como ostentando —gritos de guerra mediante— la cabeza del enemigo en una pica.

Si bien es bastante obvio, al punto que me da un poco de vergüenza tipearlo, vamos a arrojar un poco de luz. Porque algunos están como Adán y Eva en el día de la madre. Gente, cuando Bungie se separó de Microsoft, años luz atrás, dejó la IP en sus manos. HALO ya era 100% de Microsoft antes de que Bungie lanzara Destiny 1.

No obstante, aquí no termina la comedia, hay otro argumento casi tan hilarante como el anterior. Es cierto que la seguidilla de acontecimientos da para un culebrón, pero déjenlo para una ficción en Netflix. Esto no es venganza, un “te devuelvo la pelota”, ni una respuesta a la compra de Activision Blizzard. Es un análisis simplista y bastante desacertado en mi opinión. Una operación así tiene meses de gesta, no es ir a comprar caramelos.

Por el contrario, esto forma parte de una estrategia integral y a largo plazo. No se levantaron un día y dijeron “¿Qué es lo que más le puede joder a Phil Spencer? ¡Ah, es fan de Destiny! Bue, traeme de la verdulería todo lo que quede de Bungie!” Pensar que los altos mandos de Sony o Microsoft se mueven por el orgullo y no la guita… ¡vaaaaaamoooooos!

Años más felices, antes de la relación Sony – Bungie

Para terminar, dejé un arquetipo de comentario que me preocupa. En especial porque indica que la crisis habitacional llevó a algunos a vivir en frascos de mayonesa. Me refiero a los pasionales¿no habían cerrado ya ese antro?” o, mi preferido, “bien, ahora maten a Destiny 2”. No sé que partido están mirando, pero no se está jugando en esta galaxia.

Para hablar con datos concretos, hace poco anunciaron que Witch Queen —nueva “expansión” que comienza en semanas— vendió un millón de copias. En contexto: ¿recuerdan cuando New World metió un millón de jugadores en lanzamiento y parecía que había llegado el mesías? En ese momento, se hablaba de que había roto todo y era un éxito total. Que, por supuesto, así fue.

Teniendo esto en cuenta, pensemos que Witch Queen ya tiene ese número semanas antes de lanzarse. Y estamos hablando de un juego que carga con ocho años en sus espaldas. Para más, meses atrás Bungie anunció que el total de cuentas alcanza los 31 millones (claro, hay inactivas). No sé qué piensan, pero —para mí— se mueve mucho para muerto. Aún para un zombi, pero podría ser la variante rabiosa, claro.

No temáis, Guardián

Reconozco que, apenas me enteré la noticia, se me llenó el tracto intestinal de preguntas. No por un tema de fanboyismo, claro… Perdón, nací sin corazón, ni siquiera soy hincha de un equipo de fútbol.

¿Cómo resumirlo? Tal vez con: “El que se quema con Activision, ve a Sony y llora”. Es decir, mi primera reacción tuvo que ver más con un estímulo pavloviano que con analizar fríamente la noticia.

Para explicarme mejor: todo seguidor de Destiny recuerda el infame período Activision Blizzard, donde tuvimos el contenido más mierder que el cerebro humano pueda imaginar. Recuerden Curse of Osiris (La Maldición de Osiris), título que no podía ser más ajustado a la realidad. Un contenido escaso, malo y al precio de una expansión normal. Básicamente, nos dieron un mapa de las dimensiones de una calesita de barrio. Vergonzoso, una verdadera maldición.

Por suerte, luego Bungie rompió con las cadenas de Activision Blizzard. Lo que siguió, la estructura de años y temporadas, representa el mejor período del juego desde Taken King. Si bien existen altibajos, tanto Shadowkeep, Beyond Light fueron excelentes años, ya sea por contenido jugable, por revelaciones a nivel historia o ambas. Ni hablemos de Forsaken, una expansión TAN BUENA a todo nivel, que casi merecía ser un spin off aparte.

Además, las mecánicas jugables nunca se quedaron quietas, sino que evolucionaron constantemente. La incorporación de las armaduras 2.0 y la posibilidad de meter mods a mansalva lo convirtieron en uno de los mejores looter shooter que existe (si no el mejor).

Por lo anterior, muchos tuvimos miedo de que Sony —y perdón por mi latín— la cague fuerte. Pero las primeras comunicaciones oficiales apuntan a que Bungie conservará un grado de independencia importante y hasta inusual. Es decir, contenido, dirección, ritmo de publicación y la disponibilidad en plataformas seguirá siendo decisión de ellos, entre otras cosas más que importantes.

En otras palabras, ni Destiny ni nada de lo que saque Bungie será exclusivo de PlayStation. Claro, si somos mal pensados, esta afirmación no significa que saquen nuevas IPs en Xbox. Pero las primeras comunicaciones oficiales indicarían lo contrario: la canilla está libre para todos.

En este sentido, el año pasado llegó a Destiny 2 el juego cruzado entre plataformas, con resultados más que positivos. Por ejemplo, no importa cuán vieja que sea la actividad que quieran hacer, levantan una piedra y sale gente dispuesta a realizarla. Es esencial que esto se mantenga, de otra manera sería un poco como matar a la gallina de los huevos de oro. Y, en esta analogía, la “exclusividad” vendría a ser el cuchillo.

Esto no es (sólo) un juego

Por otra parte, más allá del valor de Destiny como juego, está la posibilidad del transmedia. El error más grande de Bungie fue acumular tanta historia y tanto lore sin encontrar una “píldora de acción rápida” que nos ponga al día.

Lo anterior llega al punto de no sólo desorientar al recién llegado, dada la profundidad y riqueza de la mitología. Por el contrario, es difícil seguir el hilo hasta para quién juega desde Destiny 1. Para que se den una idea, existe un excelente resumen efectuado por el youtuber My Name is Byf, que dura la friolera de cuatro horas. Y es un RESUMEN, no hay muchos temas que aborde en profundidad.

¿A qué voy con esto? Las infinitas posibilidades transmedia que tiene la franquicia. Me arriesgaría a decir que Sony Pictures babeó mucho más que PlayStation Studios con esta adquisición. Bungie ya venía trabajando en esta dirección y ahora dieron a entender que, esta inyección de dinero, acelerará esos planes. ¿Pelis y series? ¡Allá vamos!

Así las cosas, ¿qué puede traer aparejado lanzar este tipo de contenido, con una de las mejores mitologías del videojuego? ¡Más jugadores! El negocio es redondísimo, ¡ya está toda la base escrita!

La promesa de amor

Bungie prometió Destiny para 10 años y muchos nos cagamos de risa (admito que estaba entre ellos). Pero todo parece indicar que la cumplirá con creces: la saga de la Luz versus Oscuridad culminará en 2024, pero ya avisaron que vendrán nuevas aventuras. Tomá mate.

Teniendo en cuenta esto, recordemos el lanzamiento inminente de Spartacus, un proyecto que —solo por datos de supuestas filtraciones— algunos no lo veíamos como una propuesta fuerte. Ahora bien, ¿qué pasa si el abono incluye Destiny 2? No me refiero a la versión free to play, sino el contenido completo y disponible día uno. ¿El pase empieza a “tomar color” con un game as a service que mueve más de un millón de personas, no?

Savathûn al enterarse de la movida Sony – Bungie

Mejor, alejémonos de las conjeturas. Volvamos a lo tangible: hoy por hoy Bungie es solo Destiny (como si fuera poco). Pero, ¿qué pasa con ese registro de propiedad intelectual, bajo la palabra clave Matter? No es nuevo que están trabajando en IPs frescas y de alguna manera esta movida lo confirma.

Entonces, Sony compró futuro, no sólo presente. Parecería que, por un lado, Microsoft compra catálogo, mientras que Sony apuesta por reforzar producción, marca y comunidad. ¿Alguno de los dos la está pifiando? No creo, lo más probable es que ambos la terminen pegando fuerte. Pero aquí entra el punto más oscuro de todo el tema: la fuerza monopólica. La concentración de estudios parece no desacelerar y no es una movida que a priori suene positiva. Tendremos que esperar para ver en cuanto beneficia o perjudica a la industria del videojuego.

Para terminar, es para celebrar que esta movida vaya en la dirección de terminar con las exclusividades. Eso es mala palabra, no importa cuanto el fanboy quiera justificar lo injustificable. El sueño es que todo se pueda jugar en todos lados, que terminemos eligiendo plataforma por beneficios adicionales o por valor agregado, y no porque nos joden con no poder jugar algunos juegos.

Mis últimas palabras van para los Guardianes. No teman, sólo piensen en las palabras que me dijo un amigo: ¿cuántos juegos first party de PlayStation son malos? Por el contrario, la mayoría son de una calidad del carajo. Aun así, hay un Guardián que no encontrará consuelo con esta movida. Para vos, Phil Spencer, que sos fan de Destiny, te mando un abrazo y siempre tendrás un lugar en nuestra escuadra. No estás solo, cabezón. Eyes up, Guardian! [I]


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