Coberturas

Videojuegos Made in Argentina

Cuando Internet globalizó el mundo, no fueron pocos los que comprendieron las nuevas oportunidades que traía bajo el brazo. Tiempo después, muchos de ellos cayeron junto a sus punto com, mientras otros tantos descubrieron que no tenían precios competitivos para insertarse en el mercado mundial. Intenet no nos servía. Al menos, no a los argentinos. Hasta la devaluación de nuestra moneda, un proceso arduo y tortuoso para todo el país, la Web parecía ser sólo una interesante herramienta de comunicación y poco más. Nos mandábamos mails y chateábamos por ICQ, sin encontrarle un verdadero propósito comercial. Pero, para bien o para mal, el peso devaluó. Y hoy los argentinos somos una de las manos de obra especializadas más baratas del mundo. Tenemos todo tipo de conocimientos, y a 3 pesos por dólar. Una nueva industria está creciendo, despacio, pero a paso firme: La industria de los videojuegos. El presente El furor por la industria argentina de videojuegos comenzó unos años atrás con el anuncio de títulos como Federación 2073 y Regnum Online, ambos juegos de rol masivos y en línea con fines comerciales. Y mientras estos proyectos aún continúan en desarrollo, otros desarrolladores se embarcaron en emprendimientos menos ambiciosos, pero no por eso menos lucrativos. El primer juego argentino en conseguir un contrato con un publisher internacional fue Fútbol Deluxe, de la empresa Evoluxion. Con el experimentado Santiago Siri a la cabeza, el juego logró un contrato exclusivo con la prestigiosa empresa de distribución internacional Strategy First, en enero de 2005. En la gacetilla de prensa en la que Strategy First anuncia el acuerdo, Siri acertadamente remarcaba la importancia del suceso: “Nuestra sociedad con Strategy First nos transforma orgullosamente en el primer estudio de juegos de toda Latino América en obtener un contrato de publicación.” El mayor mérito de Fútbol Deluxe, sin embargo, es haber dejado en claro que una industria local era posible. Envalentonados por la noticia, grupos independientes de desarrollo continuaron con más fuerzas o comenzaron sus propios proyectos. Y hoy se puede hablar realmente de una industria local. Pequeña, eso sí. Pero en constante crecimiento y con un increíble potencial. Según la Asociación de Desarrolladores de Videojuegos Argentinos (ADVA), “actualmente más de 35 empresas y 300 profesionales trabajan en el sector apostando a diferentes ramas del game development: Celulares, Web, Advergames, PC, Edutainment.” Desde su creación, ADVA está luchando por una mejor industria y son los responsables de la EVA, la primera Exposición de Videojuegos Argentinos. Además, mantienen reuniones abiertas, son representantes de la International Game Developers Association (IGDA) en Argentina, tienen presencia en eventos internacionales como la Game Developers Conference y la E3, a la vez que tratan de concienciar al gobierno sobre la importancia de esta industria. Y no es para menos. En los Estados Unidos, la industria de entretenimiento interactivo factura aproximadamente 20 mil millones de dólares anuales, y una parte de ese capital podría venir para la Argentina. Pero se necesitan inversores y esa es la batalla que se está librando en estos días. Oniric Games, empresa de desarrollo argentina que actualmente está desarrollando Project: Xenoclone, lo deja muy en claro desde su página Web: “Desarrollar un videojuego requiere de mucho esfuerzo y dedicación, como así también necesita de talento y visión. Pero, fundamentalmente, desarrollar un videojuego es muy costoso en términos económicos. Actualmente, el costo de desarrollo de un videojuego supera el millón de dólares en la mayoría de los casos. Alrededor del 80% de los costos están asociados a la mano de obra. En Oniric Games tenemos la ventaja de ser un grupo reducido aunque altamente capaz, lo que nos permite recortar drásticamente los costos sin comprometer la calidad del producto final. Sumado a esto, los inversores del exterior deben considerar la realidad de la economía argentina, cuya reciente devaluación monetaria resultó en que los salarios en dólares sean mucho menores que en otras partes del mundo.” Y esta es una realidad que las empresas internacionales de desarrollo de videojuegos comienzan a comprender. Hacer videojuegos aquí es más barato y, lo más importante, la calidad de los productos finales no se ve comprometida por el ahorro de capital. Multimedios como Disney, Cartoon Network, TNT, FOX, entre otros, encargan el desarrollo de juegos para sus sitios Web a nuestros profesionales. La francesa Gameloft, la empresa más importante de desarrollo de juegos para celular a nivel internacional, comprendió esta realidad y, desde 2004, cuenta con una sede en Argentina. Constantemente busca nuevos profesionales y los resultados les han sido muy auspiciosos. Tanto que no sería extraño que otras empresas tomen la misma iniciativa y transformen a la Argentina en un paraíso del desarrollo de entretenimiento interactivo. El mejor negocio es exportar La industria local tiene un gran enemigo en sus entrañas, la piratería. El mercado interno, salvo en contadas excepciones, no le interesa a ningún desarrollador. Scratches (Rasguños), de Nucleosys, es el mejor ejemplo de un modelo de negocio exitoso. Scratches fue desarrollado por dos personas en el transcurso de dos años, terminó firmando con ocho distribuidores internacionales y se está vendiendo con éxito en todo el mundo. Entrevistamos a Agustín Cordes, diseñador y programador de Scratches y esta fue su experiencia. Agustín, ¿qué oportunidades ves para el desarrollo de videojuegos en Argentina? Las oportunidades son concretas, y no sólo para nosotros sino también para empresas del exterior. El costo de desarrollar en el país es bajo, y especialmente si comparás nuestros salarios con los de EE.UU. Puede parecer que el costo de equipar la empresa con computadoras buenas y licencias es demasiado alto, pero la mano de obra termina abaratándote todo por mucho (y no estoy hablando de pagar sueldos míseros). Eso sí, y esto es una realidad rotunda: si pretendés vivir de lo que comercialices sólo en el país, te las vas a ver negras. Todavía estamos muy lejos de tener un mercado interno estable, redituable. Corrección: el mercado interno prácticamente no existe. La devaluación lo terminó de aniquilar –aunque, por otro lado, impulsó a que se formen empresas nuevas justamente por el beneficio que ahora implica exportar software–. Con esto quiero decir que poco a poco el mercado va ir volviendo a reaparecer, pero mientras tanto toda empresa que encare seriamente el asunto de desarrollar software en el país, y quiera subsistir sin dolores de cabeza, tiene que tener en cuenta el resto del mundo. Contanos un poco sobre tu experiencia personal durante el desarrollo de Scratches. Lo nuestro fue un tanto particular, ya que fue estrictamente un proyecto “garage”, lo cual tuvo sus pros y sus contras. Prácticamente no tuvimos gastos y te diría que la mayor inversión fue nuestro tiempo. Todo ello implicó bastante desorganización, simplemente porque las condiciones lo imponían. Imaginate que fuimos dos personas, trabajando a distancia, desde nuestra casa, y llevando adelante todos los aspectos empresariales. Así y todo, sobrevivimos. Los últimos meses fueron de locura, aunque éramos conscientes de nuestras decisiones. Por ejemplo, en vez de firmar con un solo publisher para todo el mundo, lo que implicaba trabajar con una única empresa y únicos requisitos, terminamos firmando con ocho. Los beneficios fueron mayores, tanto para el juego que está teniendo un marketing especializado para cada territorio, como para nosotros como empresa. ¿Y cómo le está yendo al juego? Muy bien, por suerte. El publisher en Alemania hizo un trabajo excepcional. Organizó concursos, diseñó un sitio Web muy atractivo, realizó muchas sesiones de prensa. Todo muy bien. Ahí el juego llegó a estar en el puesto 21 de ventas en todo el país (en juegos de cualquier género, ¡no sólo aventuras!). En EE.UU. también anduvo muy bien, por suerte. Pero ahí ya fue cuestión de suerte. Llegó a estar en el Top 5 de ventas en Amazon.com. Respecto de otras aventuras, se podría decir que estuvo a la altura de lo que se ofrece en el mercado. Entonces valió la pena. Sí, totalmente. Y ya estamos poniendo manos a la obra en el próximo juego, aunque ahora esperamos contar con un equipo mayor. Fue mucho esfuerzo, mucha malasangre, noches de desvelo… pero sí, ¡valió la pena! Dada tu experiencia, ¿algo que les quieras decir a los desarrolladores argentinos del futuro? Que todo se puede, dentro de lo razonable. Ya seas una sola persona queriendo hacer un juego, o con ganas de organizar una empresa más grande. Hay que ser muy precavido, claro. Si sos una sola persona, no quieras terminar haciendo un FPS porque la competencia va a ser atroz. También la sugerencia va para empresas grandes, ojo. El país no podría soportar el desarrollo de un, digamos, Half-Life 2, o un juego con presupuesto millonario. Sería un suicidio. Lo importante es no subirse al caballo, darte cuenta de tus limitaciones, y simplemente sentarse a hacerlo. ¡Muchas gracias por tu tiempo, Agustín! De nada, che. Capacitación para el futuro Agustín lo dejo claro. Hay poco que agregar. Argentina tiene todo el potencial necesario para convertirse en una panacea para la industria de videojuegos: precios competitivos y profesionales altamente capacitados. Las posibilidades están, y la industria florece. Atentos a todo lo nuevo en el mundo de la tecnología, Image Campus es la primera institución educativa en brindar una carrera terciaria y oficial de Desarrollo de Videojuegos. Esto, años atrás, hubiese sido impensable y es señal de que la industria argentina tiene sustento no sólo en lo económico, sino también en lo educativo. Pueden leer todos los detalles desde la página oficial. Las oportunidades son claras, a las pruebas nos remitimos. Todo lo que invierten los grupos de desarrollo independientes es tiempo y talento. Las empresas internacionales comienzan a llegar a la Argentina atraídas por la devaluación de nuestra moneda y por la capacidad de nuestros profesionales. Hay cientos de personas viviendo del desarrollo de juegos para la web y celulares, vendiendo advergaming o desarrollando juegos casuales. No faltará mucho para que el Made in Argentina se pueda leer en la mayoría de los videojuegos del mercado internacional. Amén.

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