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Expeditions: Rome [REVIEW]

Veni, vici… y casi me vencen

Lo admito: si bien nunca me fue mal en Historia, recordar detalles específicos no es lo mío (a no ser que sea lore de Destiny, claro). Casi no puedo recordar mi cena de ayer, imagínense que es poco probable que sepa si Julio César tenía realmente un apellido. Pero los pocos detalles que permanecen en mi memoria ven un reflejo en este Expeditions: Rome, donde no escatiman esfuerzos en la representación de la época. Ahora bien, falta saber si es un buen juego, ¿no? Al César lo que es del César y al gaming lo que es del gaming.

La historia detrás de Expeditions: Rome arranca explicando por qué debemos escapar de Roma a todo lo que nos den las patas. Y sí, es la “clásica romana”, donde nuestro padre es “pasado a valores” por motivos políticos. Sin saber a ciencia cierta quién ordenó el asesinato —y con nuestra vida en riesgo— vemos como una opción viable ocultarnos en el anonimato de una legión militar.

Por supuesto, la decisión parece un poco extrema. A cualquiera le parecería más seguro esconderse en un sótano, antes que ir a la guerra, ¿no? Pero bueno… Romanos… Según ellos, no hay mejor cosa, para pasar desapercibido, que participar aplacando una rebelión griega. Un pueblo sin medias tintas, nada de ponernos un bigote falso y decir que nos llamamos “Cosme Fulanito”.

A partir de aquí, comenzamos a forjar nuestro legado. Cada acción tiene consecuencias sobre nuestra carrera, opinión pública e incluso entre los compañeros que reclutamos. Es más, podemos ir en plan democrático o convertirnos en unos crueles tiranos. 

En este sentido, elegimos entre tres “ventajas” iniciales: imponer nuestra autoridad por la fuerza, utilizar la lógica para convencer o ir por el discurso emocional para manipular decisiones ajenas. Más allá de estos lineamientos, la libertad de elección ante cada situación no se restringe. Y cuidado, que las decisiones tienen impactos significativos. Después no se quejen si no los quiere ni su propio perro.

Campañas, campañas por todos lados

Expeditions: Rome tiene un poco de todo y termina siendo mucho. Incluso demasiado para aquellos que no tengan la paciencia o el gusto por este tipo de juegos. ¿Y cuál es el género? Una mezcolanza hermosa, pero que sin dudas puede abrumar.

Ocurre que tiene elementos de RPG clásico, con combates por turnos a traves de un sistema muy logrado. No es de extrañar siendo Logic Artists su desarrollador, que tiene en su curriculum dos entregas previas muy buenas, Expeditions: Viking y Conquistador. De hecho, luego de ver su trabajo, Larian —Baldur’s Gate III, saga Divinity— los quiso contratar para un spin off. Así que pueden esperar una mecánica de combate por ese lado.

Por otra parte, además de estas “escaramuzas” con nuestro “escuadrón”, debemos dirigir nuestro ejército en las campañas de conquista, divididas en tres actos. Cada uno está relacionado con una región en particular: Grecia, norte de África y Galia.

Aquí se abre otro componente del juego, que son las batallas a gran escala. Vemos representado nuestro ejército y el rival en forma de fichas, teniendo que elegir las tácticas —utiliza cartas, estilo deck building— y la estrategia general. El combate, por lo general, se resuelve según lo esperado, aunque es poco transparente en cuanto a mecánicas. Hay veces que no nos queda muy en claro por qué ganamos o perdimos. Solo podemos poner cara de “shit happens” y seguir adelante. No es un apartado vistoso y está lejos de emocionar, pero está bien y agrega un elemento más al mix.

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Una de las cosas que al principio abruma —pero luego se agradece—, es la personalización y la micro gestión. Si bien no tiene la profundidad de un juego de rol o de construcción de ciudades, tenemos muchas decisiones que tomar. Clases, subclases, habilidades y ventajas forman parte de este abanico, en el cual tenemos que elegir con cuidado, porque no se pueden redistribuir los puntos. Para resumir, Expeditions: Rome toma los clásicos roles de fantasía épica (sanador, asesino, guerrero, etc) y los traduce con buen tino a la Antigua Roma.

Por otra parte, también manejamos los recursos necesarios para nuestra campaña militar: habilidades tácticas, crafteo, gestión de loot y mucho más. Sí, como les había dicho, puede abrumar bastante al principio y sin duda espantará a más de uno.

Sin embargo, si superamos la cantidad partes móviles que tenemos que aprender —por lo general a los golpes, los tutoriales que no están siempre a la altura—, el resultado final es un gran juego. Expeditions: Rome nos mantendrá ocupados por lo menos 50 horas, alternando entre diversión y mala sangre. Por si fuera poco, incentiva a la exploración y compleción de misiones secundarias, de manera que es fácil perderse por aún más tiempo. 

Por supuesto, Expeditions: Rome tiene unas cuantas cosas mejorables. Pero su desarrollo nos deja un sabor que va y viene entre “bueno” a “excelente”. De nuevo, vale repetir la advertencia: es necesario que gusten y mucho de esta clase de juegos. Caso contrario, salgan corriendo sin mirar atrás. Es preferible que se metan en una campaña militar contra Grecia antes que jugarlo. [i]


DESARROLLADO POR: Logic Artists
DISTRIBUIDO POR: THQ Nordic
GÉNERO: Estrategia
DISPONIBLE EN: PC.

QUÉ ONDA: Cuando decían “¡Ave César!”… el Cesar, ¿miraba para arriba?
LO BUENO: La personalización. Las decisiones tienen consecuencias. La dirección de arte. Combate por turnos.
LO MALO: Faltan (mejores) tutoriales. Falta de pulido que complica jugabilidad.

Este análisis de Expeditions: Rome fue realizado a través de un código de PC provisto por sus desarrolladores.

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