No no, les decimos la verdad. Las chicas en el stand de Intel, con esos vestidos negros, eran de lo más lindo que había. Pero tanto en curvas como en vestimentas, todo venía parejo, así que las féminas no tenían nada que envidiarse entre sí. Aunque, un momento, ¿tendríamos que estar hablando de tecnología, no? De las cosas nuevas que están por salir, y que con el simple hecho de verlas, nos hace falta un babero, ¿cierto? Bueno, en realidad, la verdadera pregunta sería: Después de haber visto lo que hemos visto, ¿PODEMOS hablar de tecnología? La idea de ir a la expo surgió de improviso. Un servidor, ya especulando de antemano una calidad entre media y baja de lo que suponía iba a ver, decidió lanzarse a los cocodrilos, con la inocente idea de quedar sorprendido por algo, sea lo que sea. Lo primero fue cierta exclamación al entrar: “¡Que alguien me diga dónde está el stand de Nintendo!”… El silencio fue desolador. Sólo faltaba que pasara rodando una de esas bolas de paja que se ven en las películas de vaqueros. El cincuenta por ciento de mis razones para estar en ese lugar se habían esfumado. Bombardean la televisión e Internet con anuncios y propagandas de todo tipo, pero al parecer Nintendo aún considera a la Argentina “indigna” de sus productos. De más está decirlo, en toda la Rural no había ni siquiera una calcomanía de Mario. Tratando de mantener las esperanzas arriba, enfrentamos el stand de Sony, y con solo verlo vimos que el aire estaba enrarecido, pero para mal. Cybershot, Cybershot, Cybershot… parecía que las cámaras de fotos habían tomado por asalto al stand. La gente se sacaba fotos, ji ji ji, ja ja ja, pero la pregunta “Dónde está la PlayStation” (con una intencional ausencia del número “3” en la misma), no podía permanecer contenida por más tiempo. Una de las promotoras nos indicó un stand con un par de banners amarillos, y hacia allí fuimos, solo para quedar espantados una vez más. Algún “sujeto” decidió promocionar accesorios para la PLAYSTATION 2 (mayúscula en señal de horror), y ahí estaban, varios chicos, con volantes y otros chiches, jugando en consolas con más tiempo en el mercado del que Saddam Hussein estuvo en el poder. ¿La Play 3? Ni una foto. El único que cumplió a nivel consolas, y muy inesperadamente, fue Microsoft. A simple vista había cuatro Xbox 360, con varios jugadores esperando su turno para encarnar a un Jefe Maestro y empezar a los tiros. También hubo una presentación de Windows Vista pero, o ya había terminado para cuando llegamos, o duró unos 45 segundos. Pero Microsoft no tardó en ponerse en papel de víctima. En la conferencia que dio Tomás Oulton, gerente de la división “Hogar y Entretenimiento” de Microsoft Cono Sur, quedaron muchas cosas en claro. La charla fue amena y entretenida, pero no pudieron evitar mencionar el “trabajo” que fue preparar todo, traer las consolas de Chile (?), y armar la conferencia. Si tenemos en cuenta la improvisada presentación en Power Point hecha a las apuradas, y que hubo gente que debió sentarse en el piso (un servidor, por ejemplo) porque no había sillas suficientes, no fue un “gran” trabajo que digamos. Sin embargo, lo más sorprendente fue la cantidad de personas que se acercó a él a preguntarle, con mayor o menor claridad, cuándo iba a llegar la Xbox 360 de una manera oficial, con bombos, platillos, y unidades a la venta. La respuesta fue un contundente “Estamos en la lona como país”. Bueno, si Microsoft cree que estamos en la lona, ¡cómo estaremos realmente! Hasta uno de los presentes, preguntó acertadamente que si en Chile la consola ya estaba (y no solo “está”, sino que ya fue “presentada”), no sería más barata importarla de allí. A cambio recibió un “estamos haciendo un esfuerzo”, casi con aire enigmático. ¿Quieren nuestra opinión? Preparen a sus amigos en la Aduana chicos y chicas, porque si la quieren, se la van a tener que traer de afuera. Aún así, y junto con el stand de Intel presentando sus Core y Centrino Duo (¿AMD? ¿Hola?), Microsoft fue lo mejor de la expo. Sanyo mostraba sus pantallas de LCD, junto a una curiosa silla para masajes. Samsung tenía un par de pantallas de plasma que eran verdaderos cuadros. Y tendríamos que parar ahí. Le dimos tres vueltas a la expo, y el resto era de penoso para abajo. ¿Pero qué podía ser la cereza en esta torta de… algo? Un stand de Telefé con un póster gigante de Montecristo. Nos dimos media vuelta y nos fuimos, sin siquiera ver atrás para mirar un poco más a las chicas. Tal vez esperábamos demasiado, pero si la idea es ir a una exposición de tecnología, ¡uno tiene que esperar demasiado! Queríamos ver cosas nuevas, cosas impactantes, que mantuvieran la tensión en el aire. En tres palabras: “Queríamos ver vanguardia” ¿Qué fue lo que vimos? Una representación más de la mediocridad tecnológica argentina. Si esas Xbox 360 contadas con los dedos quedaron como las reinas, sólo imagínense lo que fueron los peones. Y como catástrofe final, las dos verdaderas razones para la que fuimos a la expo, estaban ausentes. Imperdonable.

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88.400 PlayStation 3 vendidas ya en Japón