Barajar y dar de nuevo
Sentir que el reparto de buenas cartas nos es esquivo, es bastante común. ¿Quién no sintió el peso de una mano aciaga al borde del abismo? ¿Habrá sido puro azar del destino o la acertada prestidigitación de quien reparte? Después de haber culminado Card Shark, no tengo dudas de la respuesta.
Los Ases de Card Shark
Nicolaï Troshinsky, es un joven moscovita que se autodefine como no ilustrador, no realizador de cine de animación, ni diseñador de videojuegos —NdE: seguramente sea un crítico de artes gráficas, de cine de animación y de videojuegos—, a pesar contar con exitosos trabajos en los 3 campos. Entre sus obras más destacadas podemos mencionar el corto animado Astigmatismo (2013), que recibió múltiples galardones.
Pero se ve que con los dibujitos solo no le alcanzaba, así que para ganarse unos mangos extras, Nicolaï decidió adentrarse en el fascinante mundo de la manipulación de cartas. Y quizá porque se le saltaban por todos lados, probó mezclarlas —NdE: en este caso, parece que la mezcla hizo bien— con dos de sus no oficios: ilustrador y diseñador de videojuegos. En eso estaba —NdE: ¿en qué?— cuando conoció a Arnaud De Bock, director creativo del estudio independiente Nerial de Reino Unido, responsable de la trilogía Reigns —Reigns (2016), Reigns: Her Majesty (2017) y Reigns: Game of Thrones (2018)— y de Pikuniku (2019).
Primera mano
En sus comienzos Card Shark estaba ambientado en Las Vegas. Sin embargo, emigró hacia la Francia del Siglo XVIII, justo antes de la revolución de 1789 que consagró —entre algunos hombres— los principios de libertad, igualdad y fraternidad.
Este fue un período histórico de gran convulsión, donde las monarquías europeas se enfrentaron a la burguesía —clase social sin títulos de nobleza ni poder político, pero con grandes fortunas—, empujados por la codicia y las nuevas ideas de la Ilustración —basadas en la ciencia y la técnica, antes que en lo sobrenatural—.
Ya tenemos el contexto, ahora veamos de qué trata Card Shark —NdE: ya va siendo hora, Fer, las y los lectores se ponen impacientes, y yo también—.
Apostando por Card Shark
Quizá algún o alguna desprevenida todavía piensa que el nuevo fichín editado por Devolver Digital es un deck builder —constructor de mazo—. ¡Nada más alejado de la realidad! Card Shark es una aventura con mecánicas arcade, que incluso pueden llevarnos a la muerte permanente, antes de concluir la historia.
Es una aventura en tanto que narra las peripecias del joven Eugene a partir de su encuentro —¿casual?— con el Comte de Saint-Germain —un enigmático personaje histórico— en 1743, hasta llegar a lo más alto de la sociedad monárquica prerrevolucionaria. Al recorrer los distintos rincones de Francia nos cruzamos con ladrones, estafadores, nobles —Luis XV—, revolucionarios —Voltaire— y amantes de las partusas —¿alguien dijo Casanova?—, entre otros y otras.
Eugene, mudo de nacimiento, ayuda al Comte en sus juegos de baraja. Y ahí es donde aparecen las mecánicas arcade: para realizar las operaciones de manipulación debemos mover el pad y/o presionar los botones del gamepad en la secuencia y tiempos indicados. Entonces, no se trata de jugar realmente a las cartas, sino de ejecutar correctamente cada una de las 28 estrategias —tomadas de la vida real— que vamos aprendiendo a lo largo de Card Shark.
Durante las partidas debemos estar atentos al nivel de sospecha de nuestros y nuestras oponentes —que crece con el tiempo y la cantidad de dinero apostada—. Así que además de tener precisión, debemos ser ágiles. Por suerte, contamos con 3 niveles de dificultad —El diletante, El jugador y El tramposo, seleccionables en cualquier momento— que influyen en la suspicacia de las y los embaucados y en la posible permadeath —con desafío a la parca incluido—.
Dale, hacete el Sota
El particular arte de Card Shark es obra del mismísimo Nicolaï. Utiliza una técnica llamada monoimpresión, en la cual se estampan figuras individuales que se superponen encima de otras, formando las escenas pictóricas del juego. ¡Cada pantalla parece un cuadro en movimiento!
Por su parte, la banda de sonido está compuesta y arreglada por el premiado Andrea Boccadoro e interpretada por una orquesta en vivo. Incluye más de 40 temas, entre originales y piezas clásicas de Béla Bartók, Joseph Haydn, Claude Debussy, Wolfgang Amadeus Mozart y Chevalier de Saint-Georges, entre otros. ¡Amantes de la música culta, están de parabienes!
Doblando la apuesta
Card Shark es un juego diferente, por su ambientación, jugabilidad y arte. Se nota que el equipo de desarrollo no menospreció ningún aspecto del producto. Cada pieza funciona como engranaje que encaja a la perfección para contar una historia que se disfruta de principio a fin. Si se equivocan, pueden barajar y dar de nuevo; no olviden que la práctica hace al maestro. [i]
DESARROLLADO POR: Nerial | Nicolaï Troshinsky
DISTRIBUIDO POR: Devolver Digital
GÉNERO: Aventura
DISPONIBLE EN: Windows, Mac, Nintendo Switch
QUÉ ONDA: Una aventura con mecánicas arcade, basada en estrategias reales de baraja y ambientada en la Francia prerrevolucionaria.
LO BUENO: Arte y música excepcionales. Historia con varios finales posibles. Los trucos de baraja son adictivos.
LO MALO: Una vez finalizado el juego, no se pueden practicar las estrategias. Problemas mínimos con la respuesta del gamepad.
Este análisis fue realizado a través de un código de PC provisto por sus desarrolladores.
Fernando Coun, alias Shinjikum, es un viejo prócer del fichín que comenzó a colaborar con el equipo original de [i] allá por los tiempos de la gloriosa XTREME PC (en el siglo pasado). Es un gran fan de los juegos de carreras y las aventuras gráficas, y actualmente está traduciendo Sandokan de Emilio Salgari, por el placer nomás.
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