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Fire Emblem Warriors: Three Hopes

Deserción escolar

Fire Emblem es una saga clásica que asociamos de inmediato a la estrategia por turnos. Pero ojo, a prestar atención: este título tiene una palabrita adicional clave: “Warriors”. ¿Existirá alguien que compró Fire Emblem Warriors: Three Hopes pensando que era una entrega “normal”? ¿No sería hermoso ver la reacción del que espera un juego relajado y, de repente, está repartiendo espadazos, mientras revolea enemigos por el aire?

Antes que nada, aclaremos de qué va este género tan específico y no demasiado popular. Aún para aquellos que cuando escuchan “musou” dicen “¡salud!”, es muy probable que alguna vez lo vieran —o incluso lo jugaran— sin saber que se llamaba de esta forma. 

En resumen, el musou es una especie de “hack and slash”, comúnmente con tintes roleros. Se separa de este género en especial porque los sopapos los repartimos a 100 enemigos o más a la vez. Si aún queda alguna duda, ver un video de Dinasty Warriors y exclamar “¡aaaah, era esto!”.

Así, Fire Emblem Warriors: Three Hopes es una suerte de “mashup” con la saga “warriors”. De hecho, no es la primera vez, sino que algunos años atrás ya existió una cruza, efectuada por la misma empresa. 

Es más, su desarrollador —Omega Force— viene mezclando el musou con varias franquicias que nada tienen que ver. La última experiencia en este tipo de injertos fue Hyrule Warriors: Age of Calamity. Aquí volvemos a encontrar a los personajes de Zelda: Breath of the Wild, donde los acontecimientos se remezclan y la historia se vuelve una especie de  “what if?”.

“¿Qué pasaría si…?”

Tomando toda su experiencia, Omega Force ataca de nuevo con Fire Emblem Warriors: Three Hopes. Y, ya que estamos, aquí también se plantea un “What if?” en modo musou.

Haciendo memoria, en la entrega táctica previa —Fire Emblem: Three Houses—, los personajes principales son futuros monarcas de los tres reinos más importantes. Luego de sobrevivir a un ataque de bandidos, acuden a una academia militar donde forman tres casas y se les asignan un puñado de alumnos.

En Three Hopes las cosas cambian sustancialmente. Los acontecimientos se modifican durante dicho ataque, incluso algunos de ellos se adelantan. No vamos a contar cuáles, porque nos metemos en un lío de spoilers entre ambos juegos. Lo importante es que, teniendo más información en una etapa más temprana de la narrativa, los líderes de las casas toman una decisión drástica: saltearse el plan de estudios y meterse de lleno en la guerra.

Así, Edelgard, Claude y Dimitri nunca van al cole, como tampoco su grupo de juramentados. En cambio, elegimos a cual de los tres líderes acompañar, ya no para ser su profesor, sino para ser su mercenario de lujo. De esta manera, reservamos las dos opciones restantes para un nuevo run, lo cual agrega valor de rejugabilidad.

Como aliciente, para quienes hayan jugado Three Houses, tendrán el extra de encontrarse y relacionarse con viejos personajes conocidos, en otras circunstancias e incluso con otros matices. Y si no lo jugaron, no hay drama: al no ser una continuación, sino una historia alternativa, se entiende perfecto. Simplemente se perderán algunos guiños, nada grave.

De tertulia con la tropa

La gestión de recursos y simulación social vuelve a hacerse presente en Fire Emblem Warriors: Three Hopes. Cambiamos la academia por un campamento militar, pero las posibilidades son similares.

Entre ellas, podemos reformar o crear distintas tiendas que nos dan acceso a mejoras. También, realizar actividades con nuestros compañeros de armas, para mejorar y desarrollar nuestra relación con ellos. Esto último tiene como beneficio el poder tomar prestado habilidades y, mejor aún, realizar devastadores ataques en conjunto.

Esta variedad de opciones entre batalla y batalla hacen de Fire Emblem Warriors: Three Hopes quizá el musou más rico. Aún cuando la mayoría de las conversaciones entre personajes no son fundamentales para la narrativa —y algunas nos dan tremendo cringe—, esta microgestión de relaciones y entrenamientos eleva la vara de lo esperable para el género.

Repartiendo bifes

Quizá a la hora de machacar a la gente es donde menos cambios notemos. El combate sigue estando dentro de lo esperable en este tipo de juegos. Es decir, repetitivo a mediano plazo. 

Pese a ello, la cantidad de cosas que suceden al mismo tiempo —a ritmo de vértigo— retrasa mucho el fastidio. Tanto es el despelote, que muchas veces nos obliga a pausar la acción y administrar nuestras tropas de una manera estratégica.

Por ejemplo, puede ocurrir que mientras tenemos que proteger una persona de interés, “de punto A a punto B”. Al mismo tiempo, frenar el escape de un enemigo. En este caso, nos conviene “para la pelota” y dividir a nuestros compañeros para asegurar ambos objetivos al mismo tiempo (ya que ninguno puede esperar).

Por supuesto, como contrapartida a esto, tenemos una cantidad infernal de alertas e información. Algo que resulta un poco difícil de asimilar, en especial si jugamos en modo handheld.

Por otra parte —si bien se agregan nuevos elementos al desarrollar la aventura—, la mecánica de combate y metas dentro de los escenarios vuelve repetitivo el desarrollo de las misiones.

Lo bueno es que, si luego de unas horas nos encontramos un poco hartos, existe un atajo. En cada territorio a conquistar, tenemos la opción de ir tomando región por región o ir directo al objetivo principal. Esto nos ahorra pasos y tiempo, muy útil en caso de que seamos un pobre reviewer —pero honesto— que no escribe el análisis hasta completar el juego.

Desparramando gente en compañía

Una excelente noticia es que existe una opción para jugar cooperativo. Esto se agradece mucho, ya que relativiza la repetición de tareas y, en cambio, pone el foco en la cantidad estúpida y enorme de contenido disponible.

Sin duda, pese a los vicios del género, Fire Emblem Warriors: Three Hopes no sólo es un gran juego, sino que se siente como un nuevo piso al cual un musou debe aspirar. Claro que es probable que el próximo juego del género también sea de Omega Force, así que las esperanzas obtienen un +33% de bonificación extra. [i]


DESARROLLADO POR: Omega Force
DISTRIBUIDO POR: Nintendo
GÉNERO: Musou
DISPONIBLE EN: Nintendo Switch.

QUÉ ONDA: Las tres casas ahora son tres esperanzas. Y revolean un montón de gente por el aire.
LO BUENO: Uno de los musou más completos. Adapta muy bien la esencia de la franquicia a este género. Gran cantidad de contenido. Poder jugar cooperativo. Un nuevo punto de vista a una muy buena historia, que disfrutan veteranos y recién llegados.
LO MALO: Poca variedad de objetivos durante las misiones. El combate se vuelve repetitivo muy pronto. La manera en que el jugador recibe información durante el combate versus la cantidad de cosas que suceden al mismo tiempo, queda un poco corta.

Este análisis de Fire Emblem Warriors: Three Hopes fue realizado a través de un código de Nintendo Switch provisto por sus desarrolladores.

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