Splatoon 3 [REVIEW]

Una capa de pintura

¿Darle mérito por ser la mejor versión posible de un juego hasta la fecha, o desafiarlo por ser el ejemplo quintaesencial de “esto podría haber sido un update”? Es el dilema que uno enfrenta al momento de evaluar esta tercera entrega de la franquicia multijugador de Nintendo más colorida.

¿Qué es Splatoon?

Ya van siete años desde que la gran N encontró la manera de reinventar los shooters diluyendo la violencia en cien litros de cancheritud.

Sería raro que alguien a esta altura no sepa cuál es la mecánica principal de Splatoon: llenar de pintura todo el escenario mientras eliminamos al rival y tapamos su pintura con la nuestra, en un constante forcejeo que sólo termina cuando se acaba el tiempo. El equipo que más terreno haya pintado de su color, es el ganador.

Cada equipo tiene cuatro integrantes equipados con armas que emulan las tradicionales pero cuyo único fin es arrojar tinta de colores. Las hay desde pistolas hasta ballestas, pasando por baldes, brochas y rodillos gigantes.

Para eliminar al rival, sólo basta con pintarlo hasta la occisión, aunque todos los jugadores vuelven rápidamente a aparecer de nuevo en el mapa, imprimiendo la experiencia de un ritmo único, junto con unas melodías ultra pegajosas y escenarios con ciertos desafíos plataformeros.

¿Por qué Splatoon 3?

Bueno, porque antes hubo un 2. Sucede que la primera entrega fue lanzada en la Wii U, donde teníamos la gloria de poder consultar el mapa en la pantalla del gamepad, y aquel minijuego de plataformas que nos entretenía mientras esperábamos que comience la partida online. Ah, qué tiempos aquellos.

Luego, con el lanzamiento (y éxito) de Nintendo Switch, era lógico que la franquicia debía desembarcar en esta consola, pero en lugar de un simple porteo se optó por una secuela. Splatoon 2 se lanzó en 2017 y fue bien recibido, con nuevos personajes, modos y ciertas mejoras, pero conservando la experiencia principal y los aspectos visuales y sonoros prácticamente idénticos. Claro, si no está roto no lo arregles, dicen.

¿Qué hay de nuevo en Splatoon 3?

Esa es la pregunta del millón. A simple vista, no parece haber diferencia alguna entre esta entrega y la anterior, a pesar de haber pasado cinco años en el medio (sí, también nos sentimos muy viejos al decir eso en voz alta).

Visualmente se ve idéntico, aunque prestando atención se pueden apreciar ciertas pequeñas mejoras en los modelos y las texturas. La interfaz también recibe una sutil optimización.

Esta vez los anunciantes son tres: Frye, Shiver y Big Man. Como todas las veces, son quienes nos cuentan qué mapas están disponibles y cualquier noticia relevante, pero ahora ya no es obligatorio escucharles, sino que podemos enviarlos a una esquina de la pantalla y seguir con nuestra partida. ¡Al fin!

En esta entrega, la historia se aleja de Inkadia y se muda a las tierras lejanas de Splatlands. Nuestro personaje (de apariencia personalizable) encuentra un arma de pintura antigua en medio del desierto y decide unirse al combate tomando el tren a Splatsville, una ciudad similar a Inkopolis pero con habitantes más bronceados.

Lo hace acompañado de Smallfry, un salmónido amistoso que va a ser clave en la campaña del juego. El querido Cap’n Cuttlefish nos vuelve a recibir desde la alcantarilla para darnos misiones, en una nueva historia denominada Return of the Mammalians.

La campaña está formada por más de 70 niveles, y se juega de forma similar a las anteriores pero con una estructura un poco menos lineal.

Aunque claro, el núcleo de la experiencia Splatoon son las batallas online, y por ese lado es donde podemos ver la mayoría de las novedades.

¿Qué cambia en Splatoon 3?

En principio, tenemos un sistema de lobby totalmente renovado, en el que nos podemos mover con libertad mientras esperamos que los combates comiencen, practicar un poco, recibir consejos y hasta adquirir unas comidas especiales que nos dan beneficios tanto a nosotros como a nuestros compañeros de equipo. También contamos con un sector donde podemos ver los lockers de otros jugadores y personalizar el nuestro, aunque este lugar está tan escondido que les deseamos mucha suerte en encontrarlo.

Nuestro personaje se controla igual que siempre, aunque ahora hay dos movimientos nuevos. El primero, llamado Squid Roll, nos permite nadar en la tinta a toda velocidad, mientras que Squid Surge nos permite escalar más rápido las paredes.

Los modos de juego son los mismos, destacando el ya clásico Turf War amistoso, con la adición de una variante tricolor con tres equipos que sólo aparece durante los festivales.

Los modos competitivos, que ahora se llaman Anarchy Battles, siguen siendo Tower Control (donde controlamos un terreno que se mueve), Rainmaker (donde nos peleamos por un pez dorado), Splat Zone (donde hay que pintar ciertas áreas) y Clam Blitz (donde hay que juntar las almejas).

Acá es donde se pueden apreciar ciertas novedades, como emotes para festejar el triunfo, y placas personalizables. Además, podemos obtener medallas dependiendo de nuestro desempeño en batalla.

Todas las armas ya conocidas hacen su aparición, sumándose una katana tiratinta y un arco que dispara municiones de pintura. También hay nuevos ataques especiales como una heladerita que reparte bebidas a nuestro equipo con mejoras temporales y un tanque-cangrejo bastante potente.

Por el lado cooperativo regresa el Salmon Run, que sigue siendo un combate en equipo contra enemigos salmónidos que vienen en olas, pero esta vez se presentan jefes especiales cada tanto. Otro cambio que se agradece es que ahora las partidas de este modo duran tres rondas, lo que evita que queden incompletas.

¿Qué es eso de las cartas en el Splatoon 3?

Ah, sí. La mayor novedad en esta tercera entrega es un modo completamente nuevo llamado Tableturf Battle. Como su nombre lo indica, la idea de este juego de cartas es cubrir la mayor parte del tablero con nuestro color de pintura.

Para esto, cada naipe tiene ilustrado qué conjunto de casilleros cubrirá al jugarla, y queda en nosotros elegir en qué parte del tablero colocarla, siempre debiendo conectarlas entre sí aunque sea en diagonal.

Las cartas con ataques especiales permiten pintar casilleros del oponente de distintas maneras.

Tableturf Battle es bastante sencillo y se entiende mejor jugándolo. No se torna revolucionario, pero es un lindo agregado a la franquicia. Para obtener nuevas cartas debemos ir subiendo de ranking, o bien encontrarlas durante otras partes del juego.

Además de poder enfrentar a varios rostros conocidos, es posible jugar contra los mazos de personas reales, aunque todavía no se puede jugar verdaderamente online (se sabe que lo van a agregar más adelante).

Conclusión

Luego de cinco años de no recibir una tercera entrega, puede resultar un impacto negativo lo similar que se ve esta edición a lo que fue la segunda. Sin embargo, hay suficientes detalles nuevos que si bien es discutible si alcanzan para justificar una iteración completa, son suficientes para comprender por qué no podía tratarse simplemente de un update.

Splatoon 3 tenía que salir, y aunque no hay duda de que podría haber hecho un esfuerzo más por no dormirse en los laureles, no deja de ser una compra garantizada para los fans de la saga, o bien para quienes quieran mojar sus piecitos en tinta de colores por primera vez. [i]

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DESARROLLADO POR: Nintendo EPD
DISTRIBUIDO POR: Nintendo
GÉNERO: Shooter, Plataformas
DISPONIBLE EN: Nintendo Switch

QUÉ ONDA: Nintendo le pega apenas una capa de pintura a sus batallas de tinta en una tercera entrega que mejora un poco todo lo que la saga ya hacía, con algunos agregados que se agradecen pero sin grandes sorpresas.
LO BUENO: Algunos ajustes visuales, nuevos mapas, nuevos movimientos, campaña de un solo jugador renovada, mejoras en el sistema de lobby, por se puede dejar en segundo plano a los conductores, modo foto sin necesidad de un amiibo, regalitos si tenemos una grabación de Splatoon 2 en la consola.
LO MALO: El juego de cartas no tiene mucha profundidad, los lockers son difíciles de encontrar y no se sienten muy inspirados, la ciudad no es muy divertida de recorrer, en general no hay mucha novedad.

Este análisis de Splatoon 3 se realizó a través de un código de Nintendo Switch provisto por sus desarrolladores.