IRROMPIBLES VS. GIANTS
TITANES EN EL PING
Bondades del Giants: tres razas para elegir, más un Inodorelli enfundado en calzas plateadas
y un Moki con suculentos pechos.
…y mientras mis archi enemigos virtuales se disputaban el dominio del aire en los cielos internetales; yo cambiaba drivers, configuraba placas, reinstalaba por enésima vez el Crimsom Skyes y cacheteaba de lo lindo a mi cansina K6-2 3D Now!.
Harto de todo, decidí finalmente abrir la PC y entonces lo vi: ahí estaba el hámster del que tanto
me había hablado Moki, agonizante y mortalmente agotado en la ruedita que, otrora, le suministrara energía a mi machine. Sus ojitos lo decían todo “lo siento amo, pero supongo que es el fin, créame que lo intenté… sabe el Dios de los hamsters que lo intenté”. No tuve el valor de aplicarle una inyección letal para terminar con su tormento. Decidí enterrarlo vivo.
Un mes y una máquina después…
Era hora de volver a ser un hombre de verdad.
Estaba cansado de las risitas (y los insultos) de los otros Irrompibles (en realidad de Moki
e Inodorelli, que son algo así como la vanguardia tecnológica de la Orden del Picor) cada vez
que tenían que esperar a que mi vetusto hard lograra animar alegrías de la calaña del Crimsom
o, inclusive, aquellos niveles pesados (y memorables) del Hidden & Dangerous.
Por eso decidí invertir (nótese el uso del verbo invertir, porque el alegror NO ES UN GASTO) unos morlacos en lo de mi amigo Pedro (Blueline: 4372-0947; de nada Pedro) y me apoderé de un Athlon de 900 Mhz, 128 de RAM y una GForce II; además de nueva placa de sonido y esas chucherías clásicas que tanto necesitamos.
Sabía que el Giants me pediría recursos, y sabía que no pensaba quedarme otra vez lloriqueando mientras los mikos se divertían con sus monerías. Ahora verían quien era el rey…
Tester de violencia.
Antes de seguir leyendo, y si todavía no ojearon la nota del Giants de Moki publicada en la XTREME anterior (cosa que si no hicieron, debería darles vergüenza, malditos novatos) procedan a hacerlo. Porque se están perdiendo de algo GRANDE y porque soy demasiado vago como para explicarles
de que se trata esta maravilla tecnológica. Confíen que los espero…
Bueno, los ensayos vía TCP/IP con el Giants comenzaron accidentalmente una tarde de domingo
en que me encontré a Inodorelli on line (¡cuando no!) y decidimos probar el fichín media horita “jugando” como Meccs en el mismo equipo (sin enemigos, ya que no existe la posibilidad
de incorporar bots; el único GRAVE error del programa).
Nos maravillamos inmediatamente comprobando que: 1) no había ni una gota de LAG y 2)
los gráficos se veían tan increíbles como en la modalidad SINGLE PLAYER, pero está vez con dos macacos correteando por ellos (nosotros), varios Smarties vagando por los prados y una cantidad importante de Vimps (el ganado) haciendo lo propio en otra de las tantas islas que integraban
el INMENSO nivel (y eso que era el más chico de todos los que podíamos seleccionar). Además
de los exquisitos reflejos del sol en el agua y otras maravillas que me hicieron recordar, nostálgico,
el sublime momento en el que, jugando al Unreal, abandoné por primera vez la nave-prisión para babearme con lo que me esperaba allí afuera.
Jugando sin ser molestados, aprendimos rápidamente a construir cosillas (sin experiencia previa
en SINGLE PLAYER) y mejoramos nuestras escasas habilidades tripulando graciosos helicópteros que nuestros “esclavos” nos construyeron gustosamente.
El primer test había resultado altamente satisfactorio.
El segundo ensayo lo hice con Moki. El miko viejo tardó bastante en conectarse porque primero
(lean bien esto que no tiene desperdicio) ¡tenía que dormir a su gatito! ¡QUE BALA POR DIOS!,
el que alguna vez fuera un asesino despiadado con sniper tenía que “mimar” a su nueva mascota (para los que no lo sabían, el muy blando antes tenía ardillas de la India) para que lo dejara jugar
en paz. ¿Cómo borrar semejante mancha en su legajo? Y después tiene el descaro de firmar
sus mails como El Gran Moki.
Bueno, dejando de lado su accionar afeminado, esta vez le pedí a él que fuera Kabuto (tenía ganas de ver a esa mole horrorosa en acción, y créanme que cuando lo vean y se agache para rugirles
en la cara, se les va a fruncir algo) y yo volví a personificar a un Mecc. El resultado fue apabullante: me destripó 20 a 0; con lo cual comprobé tres cosas: 1) No todo es correr y matar a lo bobo
en Giants, 2) para derrotar a algunos personajes (como Kabuto), se requiere de la colaboración
de gente jugando en el mismo equipo y de una administración de recursos medianamente inteligente y 3) No molestes a Moki con todo el rollo ese del gato o te lo hará pagar. Antes de desconectarnos, no puede aguantar la tentación y lo convencí de que jugara como Delphi, la pulposa Sea Reaper,
sólo para comprobar cómo se vería Moki con pechos. La foto habla por sí sola.
Bocadillos MADE IN USA.
Ya había hartado a todos en mi trabajo enumerando las bondades del Giants. Y no me resultó demasiado extraño recibir un llamado de SS (un viejo conocido de Los Irrompibles que nada tiene
de nazi y que combatió junto a nosotros en clásicos como el Mechwarrior 3 o el Rainbow Six) a altas horas de la noche clamando por sangre.
Moki recibió su IN POSITION y después de dormir a “Bigotín” (ok-ok, ese no es el nombre posta
del gato, pero por lo bala de la situación, bien podría serlo) los tres enfermos nos conectamos vía modem a la autopista virtual y nos encontramos en el LOBBY del fichín. Primer flash: de la nada, ingresó en el juego un yankee que nos había ubicado utilizando el Gamespy. Lo que este muchacho no sabía es que previamente en el ICQ, Moki, SS y yo habíamos hecho un pacto de no agresión
para que yo pudiera explicarle el mecanismo del juego a nuestro viejo amigo.
Era extremadamente gracioso ver como Moki capturaba una y otra vez al americano (que insistía
en atacarlo sólo) y se paseaba por nuestra base tranquilamente con el yankee en su puño (mientras éste tipeaba desesperadamente HEEEELPPPP MEEEE). Nos lo mostraba triunfal, y cuando
se aburría, lo estampaba contra algún risco o le arrancaba la cabeza de un mordiscón.
SS aprendió bastante rápido, pero para ese entonces el yankee ya había abandonado el juego
no sin antes tipear cosas en su idioma natal acerca de nuestras madres. Nos pusimos en acción
y aunque Moki nos pisoteó de lo lindo, nos mascó, se sentó arriba nuestro y destruyó a piachere nuestra base, desarrollamos un sencillo plan que dio resultado: mientras SS le disparaba con misiles
de todos los tamaños/colores desde tierra (y agazapado en los árboles), yo revoloteaba por la cabeza del gigantón descargando toda la furia de mi ridículo helicóptercillo: trazadoras y granadas por igual. Logramos finalmente que el Miko cayera a nuestros pies varias veces seguidas, y aunque el resultado final lo favoreció, nos dio una gran alegror verlo rodar de vez en cuando (esperen
a derribar a Kabuto con un Mecc pequeñito para sentir lo que sentimos nosotros en ese momento).
Mecc hasta la muerte (o hasta que llegue el Mafia).
Tengo que reconocer que no había hecho grandes apuestas por éste título; sin embargo, su frescura, las múltiples opciones (armas/hechizos para utilizar y situaciones bizarras de todo tipo como
la de disfrazarse de arbustito para acercarse a nuestros enemigos emulando las andanzas
del Coyote) y por sobre todas las cosas: UNA AUSENCIA TOTAL DE LAG Y UNOS GRAFICOS GRANDIOSOS transformaron al Giants en mi niña mimada actual (y creo que el resto de Los Irrompibles debe sentir lo mismo, por lo menos hasta que llegue la nueva maravilla de Take2, o sea
el Mafia). Encima hay un olorcillo a Tribes en el ambiente cada vez que se juega en equipos.
Así que ya saben: si tienen conexión a Internet, modem y un par de amigotes en igualdad
de condiciones, ya no tienen excusa para sentarse a lloriquear porque el LAG no los deja ser hombres. Salvo que tengan un gato llamado “Bigotín” claro.
He dicho.
Rodrigo “Rolo” Peláez
Febrero 2001
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