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Irrompibles vs. Worms

IRROMPIBLES VS. WORMS
@#* ¡VEN AQUI MALDITO GUSANO! @#*
O COMO DESPERDICIAR UNA NUEVA OPORTUNIDAD PARA PATEARLE EL TRASERO A ROLO, PORQUE TODOS SABEMOS QUE LOS GUSANOS NO TIENEN COLA

Una vez más, aquel miko de larga cabellera se había burlado de mí. Una vez más mi honor se había visto mansillado por una sarta de patrañas. Una vez más me vi víctima de las burlas de mis lectores, a pesar de haber cuidado su espalda en tantas batallas. Pero esta, sería la última vez que Rolo reía de mí.

Primero se divirtió conmigo cuando tuve problemas para jugar, porque mi nueva mascota estaba adaptándose a su nuevo hogar. Voy a aprovechar este momento para aclarar un par de cosas.
Mi gato, aquel del que tanto se ríe Rolo es un siamés, y su nombre no es “Bigotín”, el muy pelón no sabía como se llamaba y en la desesperación por reírse a costillas del gato inventó ese.
Para todos: mi gato se llama “Viernes”.
Volviendo a lo nuestro, volvió a burlarse de mí cuando lo aplasté en casi todas las carreras del Need for Speed, me hizo volar en pedazos mientras cuidaba su espalda en el Starlancer, o cuando lo transformé en una pequeña hamburguesa de Mc Donalds, con el pesado trasero de Kabuto jugando al Giants. Pero la gota que derramó el vaso fue Operación Flashpoint. Tanto lo cuidé, tanto arriesgué mi vida virtual para protegerlo, tanto me esmeré para cuidar su peludo trasero virtual…para esto. Para que el riera de mí. Decidí que tenía que vengarme, decidí que tenía que hacer justicia. Nuestro próximo encuentro no sería cooperativo, yo estaba demasiado enojado con él.
Tenía que vengarme, golpearlo y hacerle lo que más le dolía… ganarle.
Por supuesto tenía que hacerlo entrar y recurrí a mis artilugios artísticos y mi galantería actoral.
Lo llamé por telefóno:

Moki: Miko viejo, ¿que te parecen unos tiritos con el Worms World Party?
Rolo: Mmmmmh, no sé la única versión que conozco es la de hace 2 o 3 años, y no juego desde entonces.
Moki: Bueno… estamos iguales (jeje, mentira he practicado 2 días enteros y lo haré paté de foie, jeje) así que podemos jugar tranquilos.
Rolo: Bueno, termino de cenar y nos vemos en Icq.
Moki: In position!

¡¡Hermoso!!, el miko viejo había entrado como la ratita que era. Y yo había ganado el Martín Fierro al mejor actor de reparto, jeje. Gracias a todos los que me conocen, a mi productor, a mi agente, a todos los presentes… oh perdón me dejé llevar.
Me encuentro con Rolo en Icq, le paso mi número de IP y mi venganza se puso en marcha.
Por supuesto elegimos una partida vía TCP/IP, porque solo éramos 2, eso nos daría más privacidad y por supuesto no habría testigos de la salvajada que estaba a punto de cometer.
Cualquier escenario era bueno para destruir al miko y cada uno se armó un equipo con 5 gusanitos. Por supuesto, el primer turno fue para mi contrincante, quería que se confiara. Su Rolo 1 disparó un misil que impactó en un tachito de combustible justo sobre dos de mis gusanitos. Una expresión de horror se dibujó en mi rostro. Quizás este monigote había estado practicando y mi venganza se transformaría en otro papelón. Moki 2 y 3 se contorsionaban a los gritos envueltos en llamas, mientras yo imaginaba a Rolo riendo de mí. Pero era mi turno y mi represalia venía en camino.
Moki 1 estaba al lado de Rolo 2 y 3 sobre un puentecillo que cruzaba el mar. Lo hice depositar una dinamita y gateó a cubrirse mientras una explosión habría el suelo dejando caer a los desprevenidos gusanillos al agua. Jejeje, dos menos. Casi podía oír a Rolo vociferando y maldiciendo a todos mis ancestros. El turno de Rolo fue bastante certero, y el arma que utilizó un poco más simpática. Tiró una mofeta (zorrino para los amigos) sobre uno de mis desprevenidos gusanillos y el pobrecillo recibió un baño de orina. Me daba pena verlo toser y ahogarse con sus propios quejidos, estaba mortalmente enfermo y su color amarillento me indicaba que su estado no mejoraría. Había que actuar con rapidez, corrí en mi próximo turno hacia una de las cajas y el arma que había en su interior me daría la victoria. No recuerdo bien su nombre pero era algo así como una bomba nuclear. Al accionarla una explosión puso la pantalla en blanco y el escenario se hundió un piso en el mar y por supuesto todos los gusanitos de mi enemigo a excepción del lastimado Rolo 1, estaban en el piso inferior. Sentí pena por ellos, pero así es la guerra. Por supuesto Rolo no tenía casi nada, y trató en su turno de recuperar por lo menos un poco de energía. La explosión había matado a muchos, pero los sobrevivientes estaban enfermos y perdían dos puntos de energía en cada turno. Ambos sabíamos que todo terminaría con rapidez. Como un último recurso Rolo arrojó un bombardeo sobre la mayoría de mi equipo, resultado 2 muertos y 1 herido. Por Dios ¿que este miko no piensa perder de una vez?. Pero como es en la vida real, cuando uno escupe hacia arriba le cae en el ojo. Si Rolo podía disponer de una ataque aéreo yo también, y se dibujaba en mi rostro una sonrisa como la del Grinch cuando las bombas cayeron sobre el último gusanillo de Rolo haciéndolo saltar por los aires en dirección al mar. Todo había terminado.
Rolo maldecía, como nunca en su vida lo había hecho. Estaba indignado y me acusaba de cheater. Hay Dios, que tipo perseguido. Desde aquella partida con los ADN lo perseguía una constante alucinación y cada vez que alguien le ganaba era cheater. La única trampa que le había hecho era practicar. Por supuesto quiso revancha… y la tuvo.
La segunda partida duró menos que la primera. Podemos llamarlo suerte o impericia de Rolo con las armas, pero fue realmente increíble. Después de unos minutos la partida iba bastante pareja, tanto él como yo habíamos perdido 2 gusanillos. Era el turno de Rolo y capturó de una de las cajitas de madera algo llamado una vaca. Por supuesto, sin perder un segundo Rolo la arrojó para ver que sucedía y de pronto EL HORROR!!!. El maldito arrojó 3 vacas que en una alocada y furiosa carrera estallaron una tras otra. La primera destrozó uno de mis soldadillos y perforó el piso dejando paso a la siguiente que estalló cargándose a 2 y lastimando a un tercero. Pero la última estalló destrozando el piso y empujando al malherido al mar. Mis ojos no podían creer lo que veían.
En un turno se había cargado mi ejército y mi honor dejándome un paquetito de vergüenza en comprimidos masticables en el bolsillo, con una receta médica que decía: consuma uno cada 6 horas. Tuve que soportar por lo menos 60 segundos de carcajadas de Rolo, que horror.
Tenía que hacer algo urgente, y solo me quedaba una ronda para terminar el partido.
En el último partido, después de los peores 7 minutos de mi vida, el muy maldito me había aventajado. Él todavía tenía su ejército completo y yo 3 bajas. Me di cuenta de que en realidad estaba jugando contra 10 en lugar de 5 gusanitos porque mi propio ejército se esmeraba en destruirme. Uno de mis gusanillos debería haberse llamado Kaveyox, porque intentando disparar su bazooka, la bomba volvió hacia atrás por el viento destrozando a la mitad de mi ejército. Como recordé aquel capítulo de Hidden & Dangerous y al maldito de Kaveyox disparando su Panzerfrutten al piso. Tenía que hacer algo urgente, el marcador estaba en mi contra y no me quedaba mucho.
Fue entonces cuando descubrí una cajita de madera con algo llamado Armaggedon.
Mi desesperación me dijo, ¡¡USALOOOO YAA!! Y lo hice. Fue entonces cuando comprendí por que se llamaba así. Como en la película de Bruce Willis, una lluvia de meteoritos comenzó a devastar el escenario, en un oculto rincón de mi cerebro se albergaba la tonta esperanza de que la lluvia cesara. Que iluso. Uno a uno salieron despedidos del escenario los soldadillos víctimas de los poderosos aerolitos. Solo puedo decir con orgullo que el último en caer fue aquel que disparo con torpeza su bazooka. Ese al que yo rebauticé como Kaveyox. Cuando la mortal lluvia cesó, nadie quedó en pie para festejar. Y se decidió que era un empate. Tendríamos que desempatar.
Pero Rolo tenía que acostarse, tenía que levantarse antes porque tenía que viajar a Brasil.
No puedo creerlo, el maldito me dejó con todo el picor. No hay nada peor que comerse la venganza y masticarla durante toda la noche. El broncor no me dejó conciliar el sueño. Me retorcí en la cama durante toda la noche y por supuesto lo único que veía en mis sueños era la cara de Rolo riéndose de mí, con sus pelos flotando en una nube de humo brillante. Parecía un fotograma de una película de terror. Los ojos inyectados del miko me miraban casi saliéndose de sus cuencas y una voz que casi no era suya me gritaba: toma maldito, ¡¡¡bebe de mi néctar!!!! Me desperté con el rostro perlado de sudor. Sentí que había comido una empanada boliviana de las que se venden a la vuelta de la casa de Kaveyox. Fui al baño y mientras estaba sentado en el inodoro sentí que lo que estaba dejando en la porcelana era mi orgullo.

Epílogo: Inodorelli reía de mi al día siguiente, porque Rolo me había castigado olvidando que el resultado final había sido un empate. Jay Pee reía de mía al día siguiente, porque lamentaba tener su máquina embalada y haberse perdido semejante bochorno. Kaveyox reía de mí porque había soñado que estaba en una batalla, tiraba un bazookazo sobre sus compañeros de guerra y todos tenían mi cara. Rolo reía de mi porque no había podido ganarle y la próxima vez la columna de irrompibles sería suya y volvería a mofarse de mí. Y yo… yo sentía que Worms no era lo mío.
No solo no había podido ganarle a Rolo sino que mi novia (que lo único que juega es el Sims) me ganó 3 partidos al hilo. Lo que alguna vez había sido el El Gran Moki ahora era un pobre pelón con un gatito llamado Bigotín… perdón, Viernes. Qué vergüenzor.


Sebastián “Moki” Di Nardo
Junio 2001

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