La novela que están protagonizando Sony y Microsoft —a raíz de la compra de Activision Blizzard— está escalando a un punto que nos hace extrañar la “Guerra de consolas”. Ahora, un nuevo capítulo está tomando lugar: la Autoridad de Competencia y Mercados (CMA) manifestó su preocupación sobre las consecuencias en los consumidores, ante la adquisición de Activision Blizzard por parte de Microsoft.
Cabe aclarar que este organismo británico es clave para que la adquisición llegue a buen puerto. Organismos de otros países —tal como Arabia Saudita y Brasil—, ya dieron su visto bueno.
Por un lado, la CMA señala que en el mercado de consolas existe un “efecto de red”. En otras palabras, una consola con muchos jugadores atrae más contenidos, que a su vez atraen a más jugadores.
“A la CMA le preocupa que tener el control total de este poderoso catálogo, especialmente a la luz de la ya fuerte posición de Microsoft en las consolas de juegos, los sistemas operativos y la infraestructura de la nube, pueda dar lugar a que Microsoft perjudique a los consumidores al perjudicar la capacidad de Sony —el rival de videojuegos más cercano de Microsoft— para competir, así como la de otros rivales existentes y de potenciales nuevos participantes que, de otro modo, podrían aportar una sana competencia a través de innovadoras suscripciones multi-juego y servicios de juego en la nube.”
Como contrapunto a esta declaración, Microsoft denota que PlayStation es líder del mercado, 150 millones de consolas vendidas, frente a las 63,7 millones de Xbox. Para redondear el punto, referencia que el liderazgo es tal que pudieron permitirse aumentar el precio de su consola, sin temor a perder mercado.
Además, Microsoft declaró en varias oportunidades que Call of Duty no será exclusivo, punto que parece desvelar a Jim Ryan, CEO de Sony Interactive Entertainment. A pesar de ello, Ryan parece insistir en una potencial chicana, donde Microsoft lance contenido exclusivo para su ecosistema (práctica que PlayStation efectúa desde hace años). Esto supondría, según PlayStation, una migración masiva de su plataforma a las de Xbox.
Por otra parte, existe un segundo tema sobre el cual la CMA apoya su argumento. Tiene que ver con la ventaja que tendría Microsoft al sumar Activision Blizzard en una infraestructura tan potente y de la cual es propietaria, tal como Azure y Windows. Por su parte, Microsoft alegó que actualmente el servicio Xbox Cloud Gaming no utiliza Azure y no transmite juegos desde el hardware del PC.
Así las cosas, la CMA debe ofrecer su posición preliminar en enero, para luego cerrar el caso el 1 de marzo. Los puntos de Microsoft parecen ser más sólidos y —en principio— es innegable que el Cloud Gaming acerca el videojuego a más gente. Pero nunca está bueno que el dueño de la pelota sea uno solo, ¿no? [i]