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Irrompibles vs. Jedi Knight: Jedi Outcast

IRROMPIBLES VS. JEDI OUTCAST
JEDI OUTCAST. O COMO TATUAR A LÁSER LA M DE MOKI EN EL TRASERO DE ROLO.

Mucha gente conoce ya nuestras andanzas, y mucha gente conoce nuestro extraño vocabulario. Cada vez más personas, nos preguntan el nombre del estúpido pajarillo cucú de Rolo. Pero todos coinciden en preguntarse como es que soporto tantas calumnias e injurias de este extraño personaje que se hace llamar mi amigo. Yo también me hago la misma pregunta. Hace ya varios meses que al comienzo de cada aventura nos insultamos, así que para no perder la costumbre: rata de puerto, cucaracha de albañal, caca de cuis, alimaña de pantano… y por qué no… palometa de calzón. Ese es mi amigo Rolo.

El extraño caso de Darth Olortodrog.

Muchas cosas han pasado últimamente en el mundo. USA fue víctima de ataques terroristas. Venezuela tiene serios problemas económico-sociales. Argentina está en quiebra y busca con desesperación ayuda del Fondo Monetario Internacional. España esta llena de inmigrantes argentinos. Y Rolo… bueno Rolo, sigue siendo la misma ratita.
Oculto en la oscuridad de su hogar y refugiándose bajo el ala protectora de su esposa, desapareció de las redes. Respondía a mis llamados con la excusa barata de que tenía que cuidar a su mujer, que se recuperaba de una gripe. Pero yo conocía ya, los artilugios de ese PELAFUSTÁN llamado Rolo. Y también sabía que podía tentarlo con muchísima facilidad. Este gracioso monigote nunca perdió su fanatismo por Star Wars, a pesar de que las últimas entregas de nuestro tío Lucas, no eran de la calidad acostumbrada. Casualmente acababa de aterrizar en mis brazos la flamante versión de Jedi Knight 2 (Jedi Outcast), una invitación que yo sabía que no rechazaría.
No tardó un instante en acceder a mi propuesta y la noche siguiente nos sorprendía dándonos sablazos. De más está decirles que Rolo se llenó la boca de auto alabanzas hacia su increíble pericia con el sable luminoso, cuando yo sabía que su falsa habilidad solo superaba a la de un niño de 2 años. El pajarillo de su reloj cucú tenía mejor sentido de orientación que él. A pesar de su insostenible mentira, me pidió que la lucha fuera solo entre nosotros dos, porque temía que le avanzara en puntaje, ajusticiando a los desprevenidos que formaran parte de la partida.
El engine de Jedi Knight (Q3 Arena) se comporta de manera errática en mi máquina. Cuando debería estar funcionando de maravilla, sufre una especie de tos informática en presencia de complicadas formas geométricas. Pero como yo sería el host de la partida, tenía a mi favor el beneficio del ping 0.
Sin mirar los nombres de los escenarios configuré rápidamente el servidor y me senté a esperar la aparición de Rolo. Como es habitual llegó tarde a nuestro encuentro, como una diva que llega tarde a sus propio estreno esquivando los flashes.
Aproveché la ausencia momentánea de mi enemigo para recolectar armas y romperle la cola a tiros, escribiéndole un clásico: ¡¡Oh, lo siento pekenio!! Como todos sabemos, los partidos mano a mano son generalmente para ver quién es mas ratita. Rolo, por supuesto, resultó ser el ganador de la noche.
Mi poderoso Jedi Oscuro, Darth Olortodrog (es difícil de pronunciar pero… suena satánico) recorría alocado los inmensos pasillos de metal. Todo el escenario parecía formar parte de una inmensa nave. Sin perder el tiempo, asombrándome con la arquitectura del lugar me preocupé por recolectar lo mío. Durante unos minutos fui el terrateniente del área, hasta que algo me levantó en el aire. Sentí que me ahogaba, la respiración se entrecortaba e instintivamente me llevé las manos al cuello.
Giré el mouse y pude ver la causa de mi malestar… Rolo. La cucaracha había entrado en la partida y en la distracción se acercó silencioso a mis espaldas y utilizó el Force Grip. Mientras mi poderoso Olortodrog se ahogaba, podía imaginar sus piecitos colgando. Ese pirata de alcantarillas se había burlado de mi una vez más. Luego de acordarme no muy gratamente de toda su familia, corrí alocado por los pasillos en busca de su peluda cabeza.

El mokiavelico plan.

Correteando por los pasillos comencé a reconocer algunas estructuras, cuando de pronto una especie de cachetazo cerebral me hizo comprender donde estaba. Por Dios, ¡¡¡estaba en la Estrella de la Muerte!!!.
Elegí con rapidez alguno de mis poderes de Jedi, en caso de encontrarme con este MACUARRO.
Decidí que mi mejor alternativa era el Force Lighting, siempre me gustó la manera en que el emperador electrocutaba a sus enemigos. Ya me imaginaba la cara de Rolo con su sedosa cabellera chamuscada por mis poderes, y justo cuando una odiosa sonrisa se dibujaba en mi rostro, escuché sus pasos. Sin perder un instante giré y vi que se acercaba a la carrera empuñando su láser. Vi una oportunidad única de hacerle pasar el ridículo y mientras disparaba sobre mí, cambié rápidamente mi poder para utilizar el Force Pull. Antes de que este FARABUTE me dejara como una coladera, logré arrebatarle el arma de las manos. Por Dios, casi podía ver la expresión de su cara. Sin perder un instante, lo rebané al medio como a un bistec, mientras me miraba con OURROR (es como el horror, pero más grande) tratando de encontrar una explicación lógica a lo que acababa de suceder. Me reí a carcajadas, tanto que las lágrimas caían sin control de mis empañados ojos. Trate de contenerme antes de dejar mi cena sobre el teclado. De pronto, mi teléfono sonó, y escucho la molesta vocecita de Rolo cantándome desde su teléfono celular, con los acordes de la canción de Spiderman:

Ultima veeeeeezzz,
Ultiiima vezzz,
que me vas a agarrraaar,
¿qué no ves?, ¿qué no ves?,
que caca pronto seráaaaaaaaaaaas!!!
¡Ya está!, Rolo te agarráaaaaaraaaaa!!!

Esto no hizo más que hacerme reír, tanto que tenía los ojos empañados de lágrimas otra vez. Entonces fue cuando descubrí el verdadero motivo de ese cántico. Era una táctica distractiva, como cuando en el Counter-Strike se arroja una flashbang o una bomba de humo antes de atacar una habitación. Fue por eso que bauticé a esta canción “el soneto lacrimógeno”. Mientras trataba de quitar las lágrimas que dificultaban mi visión, Rolo se acercó por detrás y descargó un misilazo en mi trasero. No creo que haga falta que les diga que mi poderoso Jedi quedó como un tubo fluorescente en el techo, con su sable luminoso titilando en el ano.
Decidí que mi venganza sería fatal, y busqué el pasillo más largo del escenario. Planté cargas explosivas en las paredes (por lo menos 4) y puse un cañón centinela al final. Luego volví sobre mis pasos, saltando los sensores luminosos de mis hermosos regalitos, en busca de este CAFRE. Se necesitaba una carnada para atraerlo. Después de corretear por lo menos un minuto sin encontrarlo me escondí en un rincón esperando su paso. No tardó mucho en aparecer para que le aplicara un Force Grip por la espalda. Lo levanté con mi poder unos 2 ó 3 metros y lo sacudí en el aire mientras de su garganta salía un sonido horrendo. Antes de matarlo lo solté y corrí esperando que me siguiera, y lo hizo pero antes de correr tras de mí utilizó un Bacta Tank. Ya no estaba al borde de la muerte y corría tras de mí disparándome todo lo que tenía. Vi como bajaba mi escudo a cero y después mi energía, así que decidí soltar una carga en el piso. Con el pulsador en la mano, conté hasta 3 y la detoné. La bomba había estallado muy cerca de él pero no lo suficiente para matarlo. Llegué al pasillo y salté los detonadores de las cargas, refugiándome tras el cañón centinela. El resto fue como una de esas películas de Sam Pekinpah (creo que así se escribe el nombre de aquel viejo director de películas como “La cruz de hierro”). Cada vez que lo recuerdo veo en cámara lenta como el pie derecho de Rolo detonó la primer carga, expulsándolo hacia atrás.
Eso le dio tiempo a saltar y esquivar la segunda, pero su salto fue muy grande y cayó sobre la tercera, volando hacia arriba mientras el cañón centinela empezaba a dispararle. Se fue hacia atrás con lo que quedaba de su escasa energía en un intento por salvar su vida y no resistí la tentación. Salté frente a él y con Force Push lo empujé sobre la última carga, dejando lo que quedó de él dándole besos a la madre tierra. Después de semejante secuencia me sentí tan orgulloso como el primer hombre que plantó una bandera en la luna. De hecho si hubiera tenido una bandera la hubiese plantado en el trasero del cadáver de Rolo.
El resto del partido, fue un ir y volver de los puntajes. Fue casi tan parejo y aburrido, como olvidable.
De todas maneras el orgullo de Rolo fue aplastado una vez más en lo que él llama su especialidad. Esto refuerza cada vez más mi teoría de que Rolo carece de habilidad o de que sus manos tienen un comportamiento errático a la hora de jugar. Su cerebro envía órdenes a sus dedos, pero ellos reaccionan de otra manera sobre el teclado. Algo así como un pelotón de la segunda guerra mundial que corre en retirada a los gritos mientras su capitán grita: ¡¡¡Avancen!!!.
Quizás por esta razón lo llamé por teléfono al día siguiente:

Rolo: – ¿Qué haces bala vieja? Anoche corriste como una ratika. No fue honesto lo tuyo…
Moki: – Bueno, yo no empecé atacando por la espalda. Eres poco hombre y tu cola huele a guano.
Rolo: – Calla, tu madre era hija de Jabba the Hut y tu padre le lustraba la cola a Lord Vader.
Moki: – Eres un pajarillo parlanchín, aprendes rápido de tu cucú. Si hablas tanto a las 2 de la tarde
no quiero escucharte a las 12 de la noche. Rolo lamento ser yo quien te diga esto pero… tienes menos habilidad que un bot. Recuerda… nací para ser tu mofeta.
Rolo:- ¿Qué?
Moki:- Nací para mofarme de tiiiiiiii!!!!

Me voy de aquí amigos, mi Padawan Pedrito, aprendiz de Irrompible, me alcanza mi sable láser y las botas recién lustradas. Recuerden como siempre dice Rolo, si se rompe no es Irrompible.

Glosario del quemor:

Pelafustán: Persona grosera, mal hablada e irrespetuosa… bueno… como Rolo.
Macuarro: Ayudante de albañil (se utiliza en México despectivamente, aquí en Argentina solo para Rolo).
Farabute: Un mentiroso nato… bah… Rolo.
Cafre: un imbécil para manejar (¿no les recuerda a Rolo tratando de mover su mouse?).


Sebastián “Moki” Di Nardo
Mayo 2002

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