IRROMPIBLES VS. ANARCHY ONLINE
ANARQUIA EN EL REINO UNIDO. O EN EL BARRIO DE NUÑEZ.
Hoy presentamos: Una semanita de vacaciones en Rubi-Ka.
A veces, un Irrompible debe recorrer solo su propio sendero.
A veces, hay que abandonar Dagobah (ver El Imperio Contraataca para mayores datos) antes de tiempo y enfrentarse al inevitable destino.
A veces, tus compañeros de tropa se niegan a seguirte la corriente y te abandonan ante la inmensidad del desafío.
A veces, hay que ser hombre.
A veces, Moki tonto (esto último fue totalmente gratuito, pero me gustó, ¿a ustedes no? jiji).
Bienvenidos a la Realidad Real.
Mis satisfactorias experiencias con el Dark Space (relatadas aquí mismo el mes pasado) me envalentonaron como para hacerle frente a cualquier universo virtual que se me cruzara en el camino; y fue así como terminé dándole una sabrosa probadita al Anarchy online (de ahora en adelante AO) de la empresa Funcom. Peripecias que les relataré brevemente, porque no quiero arruinarles la fiesta de experimentarlo en persona; eso sería imperdonable y digno de Inodorelli.
¿Porqué AO y no uno de “esos” populares mundos medievales?, porque AO tiene muchos condimentos de ciencia-ficción a la Blade Runner con armas que meten miedo y alteraciones genéticas al por mayor, y nada de magos con togas afeminadas y apuestos caballeros rescatando doncellas con cinturón de castidad.
Lo mío son los implantes cibernéticos, las mega corporaciones corruptas y el dinero sucio y fácil.
Lo de siempre, bah.
Pero acceder a mi apartamento privado (que se puede decorar a gusto para invitar a otros jugadores a charlar, o a otras jugadoras a…) en Rubi-Ka (cortesía de la Omni Corporation) iba a requerir planificación y muchos sacrificios por parte de este ingenuo usuario de modem telefónico…
Lo primero que hice fue visitar el site oficial: www.anarchy-online.com. Allí descubrí que, o compraba el soft necesario para jugar (U$S 29.99 en USA, sin contemplar los gasto de envío) o desembolsaba $ 69 acá (que raro… argentinos pillos).
También podía respirar hondo y bajar los 649 megas encerrados en un solo archivo zipeado. ¡649 megas por módem! ¡NO WAY! Fue así como le solicité gentilmente a un amigo adinerado con cable módem (tragándome el orgullo, ¡aggg!) que me lo bajara… y al poco tiempo tuve en mi poder un CD de 80 minutos con la preciada mercancía.
Acto seguido, descomprimí e instalé el programa. Luego me conecté, me registré (una pavada; pero que requiere de tarjeta de crédito, puesto que la prueba del juego es gratuita durante siete días, y luego hay que ponerse con 13 mangos por mes, si se quiere seguir disfrutando de esta maravilla; cosa típica de estos mundillos on-line) y ¡ya está!. En pocos minutos, mi agente secreto (configurado con mis rasgos faciales, mi pelo sedoso y largo y mi figura apolínea) estaba practicando puntería contra las bizarras alimañas que pululan por el lugar.
Durante mis primeras tres horas entablé conversación con una agente de nivel 47 (una señorita de 33 años que no quiso revelarme su e-mail) que me explicó de onda como se jugaba y me llevó de paseo por la ciudad, oficiando de guardaespaldas ¡Todo un flash!, ¿se dan cuenta? tres horas de la vida de alguien que se copó y me instruyó cual maestro Jedi para que alcance los dos puntos de nivel necesarios para abandonar Newbie City (la ciudad donde nacen los peleles que recién dan sus primeros pasos).
Con el correr de los días, comprobaría que Rubi-Ka (el gigantesco planeta donde se desarrolla la acción) está repleto de gente copada dispuesta a ayudarnos y a formar clanes con nosotros.
Y de asesinos a sueldo, claro.
Volviendo al tema de la tarjeta de crédito, está claro que esta condición puede intimidar a más de uno; pero tanto Dan como yo comprobamos que antes de que se cumplan los siete días uno puede dar de baja su cuenta, y los muchachos de Funcom cumplen su palabra de no cobrarte un mango. ¡Pero no se cuelguen un día de más porque esta gente no perdona a los incautos!
Cabe aclarar, además, que es fundamental darle OK a la opción que se nos presentará al arrancar el juego por primera vez, y que nos sugiere utilizar unos 500 y pico megas extras de nuestro rígido para “acelerar” la carga de los gráficos y así no perder tiempo mientras jugamos y nuestros compañeros con cable se alejan Correteando felices, dejándonos solos en las inhóspitas carreteras de las afueras de Omni City (un lugar peligroso si los hay).
Si van a jugar AO con módem, SI O SI utilicen esta alternativa. O lo lamentarán. Son sólo diez minutos más de espera; pero el que espera, no desespera en este caso.
¿Lag? Sí, hay lag. Lamentablemente puede trepar a 800 e incluso a 1100 de ping, con lo cual el juego se arrastra durante algunos segundos cuando esto ocurre. Y hay veces en que seguirle el paso a aquellos jugadores que nos inviten a integrar un equipo será todo un problema. Está clarísimo que en el primer mundo, todos fichinean con cable…
Y supongo que AO sólo puede disfrutarse en totalidad utilizando uno, pero no está de más darle una chance con el módem como para experimentar en carne propia toda la magia y fauna del que tal vez sea el más original de estos universos virtuales.
Como el programa consta de misiones individuales (aunque puede participar otra gente comprando en los puestos habilitados en el juego un “duplicador de misiones”) y las misiones siempre son más tranquilas que el andar correteando por Rubi-Ka a los tiros y sin sentido; es en ellas donde los usuarios de módem no sufriremos las consecuencias de algún que otro tironcito producto del lagor y disfrutaremos de AO como niños.
Y las misiones nos dan buenos dividendos: armaduras, o nuevas armas (o ambas cosas) y siempre bastante dinero y experiencia; dependiendo, claro, del nivel de dificultad con que las seteemos… así que ¡a juntar valor y a formar parte de la historia del entretenimiento, jóvenes cobayos! que se acabaron las excusas (aunque sea por siete días).
He dicho.
¡Ah! y nunca lo olviden, mis queridas amebas: si se rompe, no es Irrompible.
Rodrigo “Rolo” Peláez
Enero 2002