Irrompibles vs. Flight Simulator 2004
HOY PRESENTAMOS: “ACADEMIA DE VUELO ROLO. VOLÁS O TE ESTROLO.”
Por: Rodrigo “Maverick” Peláez & Moki “Goose” Di Nardo
De cómo Rolo soñó con que Bill Gates era su primo pobre…
¡Un videoclub! naaa… ya había cientos; y con mi suerte, Blockbuster se me instala al lado, me fundo, y entonces debería alquilar mi esbelto cuerpo para satisfacer octogenarias.
¡Una cancha de Squash! hmmm… ya nadie recuerda como se juega a eso. Y Moki en pantalones cortos me da escozor; prefiero el hambre, se los juro.
¡Una LAN! ¡pero que imbécil! siendo fichinero de toda la vida ¿cómo no se me había ocurrido antes?
Llamo a Pierru, le pido que utilice su magia para instalar el Battlefield en las máquinas y… y… terminamos jugando al buscaminas (eso sí, sin lag).
No… tampoco funcionaría, y ni siquiera evalué la posibilidad de una mafia coreana que envenene mi chow fan.
La idea millonaria me vino a la mente a esas horas de la madrugada donde uno no tiene muy en claro si aún duerme o está despierto.
Ese momento donde reina un letargo del ourror y uno comprende que está atrapado en la telas de esa horrible araña llamada insomnio, y donde el Uú Uú (el peor enemigo del fichinero trasnochado, ese pájaro satánico que respawnea siempre a las cuatro de la mañana para recordarnos que nos pasamos de rosca masacrando soldados, y que ahora no colgarán medallas en nuestro pecho sinó ojeras en nuestros ojos).
En fin. La estrategia que me convertiría en magnate de la noche a la mañana ya estaba en marcha gracias a la araña, al Uú Uú y a mi colchón barato que practicaba Jujitsu en mis riñones.
Ahora sólo debía esperar que llueva. Y tener el celular sieeempre a mano.
Moki. De Irrompible a fotógrafo de materia fecal…
Mientras el periko de mi amigo perdía sus horas de sueño en busca de una quimera. Mientras aquel gnomo desperdiciaba sus preciadas horas de sueño tratando de dar con el negocio del siglo, y así vivir el resto de su vida tonteando con los fichines; yo me dedicaría al arte.
Estaba atravesando mi peor momento. Una crisis nerviosa a raíz de la mudanza y todos los problemas de una casa vieja reciclada produjeron la peor hecatombe intestinal de mi vida.
Durante una semana tenía que amarrarme al inodoro para no irme por él. Y fue entonces cuando recordé una vieja idea de Jay Pee.
Hoy en día, atravesamos en nuestro país por un exceso de brotes artísticos…
Cada vez más gente sin trabajo “descubre” su costado creativo.
Mientras algunos pintan y otros tocan algún instrumento o toman fotografías de paisajes, yo me dedicaría a fotografiar caca.
Así es. Jay Pee propuso en algún momento hacer un poster con fotos de 100 cacas distintas, y si hay gente que colecciona fotos de su caca en www.ratemypoo.com ¿por qué yo no podía hacer mi propia colección?
Por primera vez pude unirme a esa gente que dice que las mejores ideas se le ocurren a uno cuando está en el baño. El plan perfecto: viajar por el mundo con una cámara digital, sacando fotos de caca en distintas partes del planeta, y luego publicar un libro titulado “Orfebrería Anal en el mundo”.
Así como un yanki alocado sacó fotos de gente sin ropas en lugares públicos y se hizo famoso, ¿por qué yo no podía hacer lo mismo con la escultura básica que cada uno lleva en sus tripas y con la primer arcilla orgánica del planeta: la caca?… Uú Uú Uú… ¡oh Dios!, me desvelé pensando en mi proyecto, y ahora deberé soportar a ese maldito clon de cucú poseído de todas las noches…
De cómo Rolo convenció a Moki para que…
Días después salí del trabajo tarde, como salen millones de coreanos de sus trabajos. Me trepé al subte, como se trepan millones de coreanos, y al bajarme y como millones de coreanos, sentí a eso de las 20:43 horas la primera gota de lluvia golpeando mi cabellera afrodisíaca (sí, me corto mechones y tomo té de pelo para preservar mi potencia sexual ¿y qué?).
Pero a diferencia de cientos de orientales, se aprovechar un negocio millonario cuando se me presenta.
El día propicio para el experimento había llegado. Mudos relámpagos poblaban el horizonte. No tardarían en hacerse escuchar. Tomé mi celular, hice tiky tiky tiky y le grité a Moki al oído…
Rolo: – ¡IN POSITION!
Moki: – ¡Ay! gitano timador, no grites… ¿qué hacés llamando tan temprano? ¿acaso el vietcong capturó a Inodorelli y le está metiendo juguetes en la cola y…?
Rolo: – Te espero en Aeroparque en tres horas. Traé pañales. (¡click!)
Dejé a ese perico parlanchín envuelto en un mar de dudas.
Si era hombre, debería presentarse en el aeródromo virtual sin chistar tras recibir un código [I] (IRROMPIBLESINPOSITION).
Le había dado unas horas para templar su espíritu, para que se despidiera de sus parientes (Bigotín) y para que no me molestara mientras yo miraba Soy Gitano.
A propósito, ¿notaron mi parecido con El Amador Heredia?
Finalmente, a eso de las 23 horas, hostié una sesión Multiplayer en el Flight Simulator 2004, y al pulsar HOST me inserté en la Matrox (algo así como una Matrix pero más barata porque Pierru vende de esas placas).
Mi Cessna C172SP Skyhawk me esperaba fiel en la cabecera de pista.
La lluvia me calaba los huesos pero yo no la notaba debido a la excitación de saberme millonario en pocos días.
Vi un miko organillero corriendo en el otro extremo de la runway, y su voz resonó en mi cabeza debido a que había iniciado, previo al arranque del simulador, una conversación de voz vía MSN con él.
Moki: – ¡Sorry miko! No me dejaban ingresar a la pista… razones de seguridad.
Rolo: – ¿Y cómo te infiltraste?
Moki: – Nada… lo de siempre, firmé un par de autógrafos y cuando dije que me estabas esperando un guardia ordenó que me dejaran pasar. Dijo que yo tenía turno en la “Academia de Vuelo Rolo… si no volás te estrolo” y no pudo hablar más por la risa. ¿De qué se trata todo esto, guano de pantano?
Rolo: – Te engañé una vez más. Serás mi jóven aprendiz en el FS, y como recompensa por tu valor (o tu estupidez, jiji) te dejaré ser mi socio en esta empresa fabulosa. ¡Vamos, trepa a tu Cessna que bien caro me costó el alquiler!
Maldito el día en que agarré el Timón®… porque siempre viene acompañado de Pumba®
(es inútil que traten de entender este titular si no vieron el Rey León)
Si hay algo que sabía yo, es que al perikillo de Rolo le encanta ser ese orificio que todos tenemos en medio llamado ombligo. Y si hay algo que yo se, es que después de un tiempo, ese ombligo que todos creen tan importante no sirve de nada, solo está ahí molestando, como Rolo…
Nunca se puede jugar con él a nada que tenga balas y ganar, nunca se lo puede hacer parte de un equipo por sus arranques caprichosos en busca de la gloria vana y la fama virtual.
Por supuesto, él achaca sus males a su vetusto modem telefónico, cuando ya todos sabemos que su inhabilidad sobrepasa los niveles aceptables. Ahora esa mentira terminó porque este payaso optó finalemente por poner banda ancha.
Pero lo más molesto es que siempre se mofó de mi cuando yo atrasaba el horario de nuestros encuentros virtuales por mirar aquella vieja tira de Suar de los periodistas.
Ahora la ratita me llamaba para tirarme el guantazo virtual y me dejaba esperando por ver esa telenovela de Gitanos Inmortales. ¿Qué clase de hombre puede divertirse mirando una historia de actores con falso acento gitano, donde se pelean y se envenenan y nunca muere nadie? Patrañas.
Para demostrarle mi hombría, fui a buscarlo a la pista con un Cessna como me pidió, pero aclaremos que nunca en mi vida había tomado los controles de un simulador “en serio”.
Lo más cerca que estuve de la realidad fue con mi Zero Japonés del Combat Flight Simulator 2.
Pero bueno… si él podía yo también, y sinceramente la idea de formar parte de un negocio sorpresa era interesante… ¡oh… casi lo olvido!, mis pañales.
De cómo Rolo guió por cielos tormentosos a su amigo.
Y de cómo su amigo aterrizó mejor que Rolo…
La cosa no estaba NADA fácil. Este miko no había instalado en su vida un Flight Simulator (y eso que ésta, la 2004, es la versión número 9) y sus nociones de vuelo abarcaban torpes maniobras con el Corsario del Battlefield y jugar de artillero de popa en el arcaico Dambuster de la Commodore 64.
Enfrentados como vaqueros, cada uno en la cabecera opuesta de la pista, comenzó mi instrucción.
Lo primero fue indicarle que prendiera las luces de su nave pulsando la tecla L.
Volaríamos con el clima real bajado directamente desde Internet, y con la hora actual, así que poco y nada podía ver ese duende afeminado si continuaba a ciegas.
A lo lejos, vi iluminarse su cabina. El miko gritó de fascinanción por el hecho, y supe que debería haber llamado a cualquier otra farabute para ser mi futuro copiloto. Lástima que no tenía el teléfono de Fonsi…
Tuve que explicarle para que servía cada uno de los relojitos del tablero. Me conformé con que supiera interpretar medianamente los BIG SIX, los seis indicadores principales: el indicador de velocidad aerodinámica, el indicador de actitud, el altímetro, el VSI, el coordinador de giro y el indicador de rumbo.
Le dije que mantuviera firme el joystick y que corrigiera durante el carreteo cualquier torción hacia la izquierda de su aeronave, producto del elevado nivel de realismo con que realizaríamos las pruebas, y de las fuerzas que el motor del avión producían…
A mi ordén, pulsó F4 y su Cessna comenzó a ganar velocidad y a agrandarse en mi parabrisas.
Está claro que nunca, pero NUNCA deben situarse dos aviones en la pista en forma simultánea, pero este pseudo titán del ping no me hizo caso cuando le pedí que se estacione en una de las taxyways laterales…
Rolo: – Ok miko, vas bien… recordá… throttle a ful, y al llegar a los 55 nudos, un leve tirón del comando del joystick, unos 10 a 13 grados de inclinación del morro y a volar. Ahora. (tik-tak, tik-tak) Miko, ¡ahora! Te estás acercando peligrosamente a mi nave. (Tik-Tak, Tik-Tak) ¡TIRA DE ESA PALANCA APRENDIZ DE MIMO!
Moki: – ¡Ah sí!, ahí voy… sorry pero estaba buscando el pasacassette de esta cosa y… ¡ops!
¡Broooaaammm! Su Cessna C172SP pasó a escasos centímetros del mio y se perdió en la oscuridad de la noche. Yo sentí un olorcillo fecal en mi cabina, pero no había tiempo que perder… ese miko estaba librado a su suerte allá en las alturas y yo necesitaba un copiloto urgente. Despegué.
De cómo Rolo nunca me guió por los cielos tormentosos
Y de cómo a ciegas y sin saber para que eran los relojes, aterricé… mejor que Rolo.
¡Cuanto amor había en esa dichosa cabina!, no solo tenía un tablero completamente funcional y en 3D sino que además, estaba en la pista de Aeroparque con el clima lluvioso que había fuera de mi ventana.
Rolo, sin molestarse, me dijo que eso era algo normal y que me serenara, que tenía que hacerme una instrucción básica de para que servían los controles.
Nunca lo escuché, presa de la excitación, y moviendo la cabeza dentro de la cabina esperaba fascinado el momento de despegar. Volví en mi cuando me dijo: “¿cachai?” (vocablo típico de Rolo tratando de saber si entendí alguna de sus balbuceantes palabras). “Sí claro” le dije ansioso por despegar, pero por supuesto no había escuchado una sola palabra de su primer fasículo de aprendizaje oral: “Vuele usted mismo mientras urga sus fosas nasales”.
El plan del guano de mi amigo era simple, con sus pobres instrucciones de vuelo, pretendía que atravesáramos el cielo argentino de aquella noche fría, tormentosa y nublada, saliendo de Aeroparque y aterrizando en la pista de “El Palomar” (algo me decía que haber elegido esa pista tenía relación con el estado de su ropa interior).
Llegué a la pista maravillado y ansioso por ver si el cielo respetaba las condiciones climáticas que veía por mi ventana. Así fue, FS2004 chequeó por internet el tiempo y el cielo nocturno estaba cargado de nubes al igual que en la apestosa vida real.
No pude contener mi ansiedad y empujé el acelerador de mi Cessna, mientras Rolo me gritaba por MSN “apretá el punto para soltar los frenos”.
Mi avioneta carreteó por la pista, más rápido de lo que yo podía controlar, y de pronto fui conciente de una cosa… los simuladores de vuelo no son mi fuerte…
Moki: – Guano del agua, ¿donde estás? (el guano del agua es como el guano común pero flotando… básicamente, excremento de ave del que ningún pájaro se hace cargo… es el estado anterior al Guano de Pantano, que ya pudrió el agua a su alrededor).
Rolo: – Aquí adelante…
Moki: – Si serás ratika, deja de esconderte de mí, esto no es de tiros. No voy a matarte.
Rolo: – Frente al hangar.
Moki: – ¿Pero que hangar, maldito duende afeminado? Esto está lleno de hangares.
Rolo: – …cierto.
Después de un corto paseo turístico por los hangares de Aeroparque auspiciado por academias de vuelo Rolo, encontré finalmente a mi escurridizo amigo.
Me explicó brevemente como despegar y me dijo mientras carreteaba directo a su avión para que servían los relojes. Por Dios ¿cómo pensaba él que en esa mínima fracción un cerebro humano podía asimilar todo eso, entenderlo y a la vez reaccionar con los controles para no chocarlo?
Era evidente por mi refinada maniobra que:
A) mi cerebro no era humano
B) reaccióné por un acto reflejo tirando del mando hacia atrás con tanta buena suerte que mi Cessna ya había alcanzado la velocidad idónea para despegar (tantas horas de Combat Flight Simulator y mi avejentado pero efectivo MS Sidewinder 3D sirvieron de algo).
Me gustaría quedarme con la primera opción pero para ser un poco más modesto, creo que fue un poco de cada una.
Tras un vuelo a ciegas de 20 minutos, y digo a ciegas porque tenía que preguntarle a mi mentor aéreo cada cosa 2 veces, nos acercamos a nuestro destino. Digo lo de las cosas 2 veces porque cada vez que él me daba una explicación su voz se entrecortaba y yo escuchaba solo un 10% de cada lección.
Rolo: – El rel…j que ten… te sir……ra …lar …la altur… y con la t…… aterrizar… ¿¿cachai??
Moki: – ¡¡No se te entiende nada!!
Rolo: – El rel…j que ten… te sir……ra …lar …la altur… y con la t…… aterrizar… ahora …ndes??
Moki: – Dios mío, el primer caso de tartamudez y sordera virtual…
Fue así como me pasé de “El Palomar”. Cada vez que le preguntaba si El Palomar era la raya amarilla que se veía a lo lejos, solo escuchaba ruido del otro lado.
Harto de volar a ciegas y con un instructor defectuoso, apunté a aquella pista que resultó ser el aeropuerto de Don Torcuato.
Curiosamente en ese momento empezaron a escucharse mejor los consejos de Rolo, pero yo había decidido transformar a ese periquillo consejero en una locución en off (esos relatos que lo único que hacen es explicar lo que uno ve en las peliculas, intentando aclarar lo que no necesita aclaración).
Apunté con la nariz de mi nave a la pista, bajé lentamente el avión y disminuí la velocidad, mientras Rolo gritaba desaforado que estaba muy alto y que volaba muy rápido.
Aterricé suave como una mariposa y con la gracia de una gacela sobre la pista y clavé los frenos. Un aterrizaje perfecto. De repente mi amigo alado se silenció por un momento…
“Ehhh… suerte de principiante” dijo.
Su avioneta venía con serios problemas de estabilidad y el piloto parecía ebrio. Mientras yo veía esto, el decía “Estoy perfecto, vas a ver como toco el suelo”. ¡¡¡Por Dios!!! Si a rebotar en la banquina de la pista de aterrizaje se lo llama aterrizar, estamos en problemas.
El muy farabute hizo “sapito” 2 veces al costado de la pista hasta poder controlar su avioncillo.
“Bueno, no fue perfecto pero estoy entero” me dijo.
“Vení despacio que sacamos una foto”. Aceleré acercándome a mi amigo. Je, aceleré demasiado.
“¡Nooo miko enfermo! más despacio que me vas a chocaa…” ¡¡¡BOOOM!!!
Rolo: – Jajajajaja, pero sos en pene viejo, te dije que más despacio. Ahora somos 2 bolas de caca, pus y ceniza.
Moki: – Jejeje, oh lo siento petela… es que no sería una aventura Irrompible si nadie moría.
De cómo Rolo supo que era un pobre tonto que quiso volar…
Me bajé del Cessna hecho paté, sin un rasguño. Eso se debe a mi constitución Irrompible y a que en el Flight la gente no muere… sólo se lleva un buen susto.
Le comenté a Moki que tenía poco tiempo para explicarle mi plan, y que luego deberíamos correr para no pagar los daños del avión (uno nuevo cuesta unos U$S65.000, ahora… multiplicado por dos…).
Rolo: – Bueno geisha jubilada, ahora pasaremos a volar en ese DC 3 que ves allí. Será la primer nave de nuestra flota virtual. Lo compré ayer. En realidad, no lo compré, lo cambié por un CD de Jagger solista y un número de striptease que hice frente a unos empresarios japoneses…
Moki: – Pero… ¡es una porquería! ¡Tienen rajaduras tapadas con chicle! No podemos subir a nadie a esa batata.
Rolo: – No importa… el chicle me gusta, así que vamos a tener chicle siempre a mano. Y no vamos a subir a nadie, porque de eso se trata el negocio…
El primer golpe lo recibí al terminar la explicación de mi millonario negocio.
Abriríamos una flota virtual para aquellos pasajeros con fobia de volar en el mundo real. Luego les mandaríamos a los pasajeros fóbicos por mail la peliculita del vuelo grabada con las cámaras del FS 2004, y unas fotos retocadas de ellos de vacaciones en… ¿Cancún?
Nos robaríamos fotos de internet de turistas felices y les aplicaríamos las cabecitas como hacemos con nuestras notas.
Terminé sentado de ano con la mandibula dolorida y la cola en el barro mientras el miko se alejaba puteando.
Le grité… ¡Pará miko! Tengo otro negocio brillante… ¡LAN´s para mayores de 50!… si un mayor de edad va a una LAN actual lo hacen picadillo por la artrosis y los gastados reflejos, pero si sólo jugara con mayores de edad como Pierru…
¿El segundo golpe? bueno… vino de una hélice del Douglas DC 3 que no tuvo mejor idea que desprenderse cuando el miko de mi amigo comenzaba a detener su paso para escuchar lo de la LAN y los Pierrus…
Luego… todo se desvaneció. ¡Pero no se preocupen amigos!, porque como digo siempre… ¡si se rompe… no es Irrompible! así que si están leyendo esto, es porque no me rompí demasiado. He dicho.
Nota de uno de los autores (el otro tiene las manos ocupadas con caca y un cincel): Probamos el FS 2004 también conectados por modem y podemos afirmar sin miedo a la golpiza que ¡prueba superada! No hay excusa para no ser mikos alados…